Donetsk, Lugansk y Jersón, territorios ucranianos ocupados por Rusia, han convocado un referéndum del 23 al 27 de septiembre para confirmar su anexión. A ellos se ha sumado Zaporiya, donde se enclava la mayor central nuclear de Europa. En plena guerra el Kremlin, en connivencia con las autoridades prorrusas de estas zonas, realiza un simulacro de votación cuyo resultado es conocido de antemano.

El autoproclamado líder de la República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, se ha dirigido al presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso: "El sufrido pueblo del Donbás se ha ganado el derecho a formar parte de Rusia, a la que siempre ha considerado su patria". En su mensaje, insta a Putin a que acepte la incorporación de Donetsk a la Federación Rusa.

La República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk no son reconocidas como autoridades legítimas por ningún Estado miembro de la ONU, salvo Rusia, Siria y Corea del Norte. Como tampoco se reconoce la anexión de Crimea a la Federación Rusa, que fue refrendada por un 97% de la población, en una consulta organizada por el Kremlin tras apoderarse del territorio perteneciente a Ucrania en 2014. El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, asegura que esta votación "no cambiará nada".

En un mensaje en Telegram, Volodimir Saldo, el líder de Jersón nombrado por Rusia, dijo que esperaba que la región se convierta en "una parte de Rusia, un sujeto de pleno derecho de un país unido", según informa Reuters. Las fuerzas rusas controlan alrededor del 95% del territorio ucraniano de Jersón, en el sur del país. Para Saldo sería una forma de dar seguridad a la región.

El Kremlin mantiene que son los funcionarios locales que ha colocado Rusia quienes han de convocar la consulta y los ciudadanos han de decidir. Pero en plena guerra, con población desplazada y desaparecida, parece poco probable que las circunstancias sean adecuadas para una votación.

A primera hora de este martes, el ex presidente Dimitri Medvedev pedía al Kremlin que permita a los separatistas unirse a Rusia. El líder de la Duma, Viacheslav Volodin, se ha mostrado de acuerdo. "Tenemos que apoyar a las repúblicas con las que hemos firmado acuerdos de asistencia mutua". Putin esgrimió esos acuerdos para ordenar la invasión el pasado 24 de febrero.

Este anuncio viene precedido por una contraofensiva exitosa de Ucrania en la región de Járkov. En septiembre las fuerzas ucranianas han recuperado unos 8.500 kilómetros cuadrados, una extensión superior a Chipre. Su objetivo es retomar las zonas del Donbás bajo control ruso, justo lo que pretende asegurar a toda costa el Kremlin.

Con estos simulacros de referéndum, el Kremlin se anexiona las zonas bajo su control en el Donbás para tener una coartada a quienes están demandando que se retire de la Ucrania ocupada. Si esas regiones quieren pertenecer a la órbita de Moscú, no tendría sentido exigir la retirada de las tropas rusas.