"Las relaciones entre Rusia y China están en el mejor momento de la Historia". El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, ha presumido de su amistad con el líder chino, Xi Jinping, que ha elegido Moscú como primer destino de sus viajes al exterior, tras ser confirmado para un tercer mandato al frente de la superpotencia asiática. Para Xi, los lazos entre Moscú y Pekín son "vitales para el destino de la humanidad".

La sintonía entre Xi y Putin llama la atención, cuando el líder ruso es defenestrado por Estados Unidos y la Unión Europea, sobre todo, después de que el Tribunal Penal Internacional haya emitido una orden de arresto por su supuesta vinculación con la deportación de niños ucranianos a Rusia. Xi ha invitado a Putin a visitar Pekín este año. China, como Rusia y Estados Unidos, no reconocen el Tribunal Penal Internacional.

El mensaje principal que traslada esta cumbre es que sus relaciones están blindadas"

xulio ríos, auto de 'la china de xi jinping'

"El mensaje principal que traslada esta última cumbre es que sus relaciones están blindadas. Pueden tener diferencias en algunos temas pero hay una comprensión de la situación estratégica a nivel global que pesa mucho. La apuesta por el mundo multipolar les une. Envían el mensaje de que los vínculos resisten", señala Xulio Ríos, asesor emérito del Observatorio de Política China y autor de La China de Xi Jinping, entre otras obras. Veamos las razones que explican por qué Rusia y China viven un momento de idilio:

1. ¿Qué une a Rusia y China ahora?

Es relevante destacar que Xi Jinping haya elegido Rusia como destino en su primer viaje internacional tras confirmarse su tercer mandato y lo ha hecho, según un comunicado oficial, "por lógica histórica, porque somos las potencias vecinas más grandes, y porque somos socios estratégicos".

Xi Jinping considera que vivimos en un periodo en el que se están dando cambios excepcionales. Y China se ve en el epicentro. "Lo principal es la coyuntura estratégica (diplomacia internacional, avance tecnológico, poder militar ) y en estas cuestiones acercan posiciones. Hay una idéntica percepción del momento que estamos viviendo. Quieren acabar con la hegemonía de Estados Unidos y abogan por impulsar un orden internacional multipolar que va más allá de Rusia y China", añade Xulio Ríos.

En esta cumbre en Moscú ha quedado claro que la relación entre Xi y Putin interesa a los dos países en un momento de crisis internacional. A Putin le permite mostrarse al lado de un socio estratégico poderoso. Y a Xi le permite mostrarse como el líder de un país que no se deja presionar y lleva un camino propio. Más que aliados son socios con intereses comunes, que cada vez son más.

2. ¿Es el mejor momento de la relación?

Rusia y China estuvieron distanciadas en los años 60 e incluso llegaron al enfrentamiento en 1969. En el siglo XXI su relación ha ido mejorando, especialmente durante la última década. Poco antes de la invasión rusa de Ucrania, que Xi llama "conflicto", se vieron en los Juegos Olímpicos de invierno en la capital china y los dos hablaron de "una relación sin límites" entre Pekín y Moscú. Es el mejor momento en 50 años.

"Por primera vez en muchos años la relación entre China y Rusia es pacífica y constructiva, y evoluciona a ritmo ascendente. Hay una dinámica de complementariedad interesante en las dos economías. Hay posibilidades de beneficio reciproco y una visión estratégica común", indica Ríos.

Desde que Rusia empezó a recibir sanciones de Occidente, cuando se anexionó Crimea en 2014, y sobre todo en el último año, desde que invadió Ucrania, China ha sido una de sus tablas de salvación. EEUU y la UE buscaban el aislamiento de Rusia pero con China de su lado ese objetivo no es posible. A su vez, China logra recursos energéticos a buen precio y un mercado. Putin ha llegado a ofrecer a China que ocupe el vacío que han dejado las firmas occidentales que se han ido del país. Y se ha mostrado a favor de usar el yuan en los intercambios internacionales en América y Asia.

3. ¿Hay química entre Xi y Putin?

Todo indica que sí, o al menos hay una sintonía que ninguno de los dos muestra con otros dirigentes. Putin le llama "querido amigo" y reconoce que "nunca ha establecido una relación tan cercana con otros dirigentes internacionales". Xi, que le dio el título de "mejor y más íntimo amigo", dijo en uno de sus encuentros en Pekín: "Sean cuales sean las fluctuaciones internacionales, China y Rusia siempre van a considerar sus relaciones como una prioridad".

Son como un emperador y un zar, los dos obsesionados con las revoluciones de colores"

alexander gabuev, investigador en carnegie endowment for international peace

"Comparten edad, un pasado parecido, con una infancia de necesidades y una juventud con dificultades. Y son como un emperador y un zar, los dos obsesionados con las revoluciones de colores", señala Alexander Gabuev, investigador en el Carnegie Endowment for International Peace, en Politico. Su primer encuentro cercano tuvo lugar en 2013, cuando compartieron la celebración del cumpleaños de Putin en una cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico en Bali. Xi se presentó con una tarta y Putin puso el vodka. En 2018, en un foro económico en Rusia, festejaron el aniversario de Xi. Esta vez Putin llevó la tarta y el helado. En total se han visto en más de 40 ocasiones.

4. ¿Cómo es la relación económica?

Los lazos económicos entre Rusia y China son cada vez más sólidos. Este año se prevé que se superen los 200.000 millones de dólares en intercambio comercial. En esta cumbre han puesto las bases para seguir impulsando esta asociación económica. Han impulsado el gasoducto Power of Siberia 2, que pasa por Mongolia, y permite una alternativa a la exportación que antes tenía como destino Europa. China ha importado en 2022 energía rusa por valor de 81.300 millones, unos 30.000 millones más que en el año precedente. En enero Rusia se convirtió en el principal suministrador de gas a China.

También Putin ha abogado por el uso del yuan en las transacciones comerciales en América y África, el llamado sur global, donde China es cada vez más poderosa. Las sanciones han dañado menos la economía rusa gracias a que China ha comprado petróleo y gas a buen precio. Y también Pekín ha vendido microchips, equipamiento 5G y maquinaria industrial.

5. ¿Y la relación política?

Xi Jinping ha dicho a Putin que está convencido de que si se vuelve a presentar a las elecciones volverá a ganar. China hará lo posible para que Putin siga al frente en Rusia, ya que con él al frente cuenta con un aliado con el que se entiende y que comparte su visión del mundo. De momento, no se plantea prestar ayuda militar, ya que en política exterior se guía por el principio de no apoyar a países en guerra.

Su deseo de frenar a Estados Unidos les une, de forma que si se sienten presionados, más se acercarán. Los dos tienen aversión a las revoluciones liberales, que asocian a la inestabilidad y el caos. Es una de las razones por las que China plantea su hoja de ruta para favorecer las negociaciones sobre "el conflicto de Ucrania": a Pekín no le favorece que Putin sea derrotado por Ucrania y sus aliados.

De ahí que el líder ruso haya dicho que el plan de 12 puntos propuesto por China en el primer aniversario de la guerra es una base para negociar. "Hay muchos puntos en los que se refleja la visión de Rusia", ha señalado. Es una forma de consagrar a Xi Jinping como mediador internacional, un papel que le agrada. Ha conseguido un éxito reciente al promover y albergar las negociaciones entre Arabia Saudí y Yemen.

Sin embargo, en este caso las tesis de China son ambiguas en puntos cruciales. Defiende la integridad territorial de los países (como demanda Ucrania) pero se refiere al respeto a las garantías de seguridad (como aboga Rusia). ¿Cómo se conjuga esa garantía de la integridad territorial de Ucrania y la de Rusia? Urge para que se declare un alto el fuego, algo que a Rusia en este momento de la guerra, cuando está llegando el armamento más moderno desde sus aliados occidentales, le conviene para tomar aire. Aún así, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, está dispuesto a hablar con Xi, a quien quiere convencer de sus tesis. Si Xi quiere desempeñar un papel de mediador, tendría que escucharle.

Tanto Rusia como China saben que Estados Unidos y la Unión Europea pasan por un momento crítico. Los efectos de la pandemia, sumados a la guerra en Ucrania, han provocado un alza de la inflación que afecta mucho a los ciudadanos. El descontento crece, como puede verse en Francia, por ejemplo. El hartazgo de la guerra puede hacer daño, y algunos dirigentes europeos puede que busquen una salida. A eso se suma la reciente crisis bancaria. En Estados Unidos la situación puede dar un giro de 180 grados si en las presidenciales de 2024 ganan los republicanos, ya que varios líderes, sobre todo Trump, no son favorables a mantener el apoyo a Ucrania. Y en ese contexto el vínculo entre Pekín y Moscú es sólido como una roca.