El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha acusado a los "terroristas rusos" de la "destrucción" de la presa de Nova Kajovka, que conlleva riesgos para la central nuclear de Zaporiya, aunque Energeatom ha dicho que "la situación está bajo control". Están siendo evacuados decenas de pueblos en las inmediaciones de Jersón. La presa suministra agua a Crimea y a la central.

En un post en Twitter, Zelenski ha dicho: "La destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka no hace sino confirmar al mundo entero que hay que expulsarlos de todos los rincones de la tierra ucraniana. No se les debe dejar ni un metro, porque utilizan cada metro para el terror". Y añade que "todos los servicios están trabajando". Ha convocado el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa.

Las autoridades locales rusas primero negaron que la presa hubiese sufrido daños y luego culparon del derrumbe a los bombardeos ucranianos. Hay fuentes que señalan que han resultados dañados 11 de los 28 vanos de la presa.

El embalse contiene 18 kilómetros cúbicos de agua y el nivel está disminuyendo a gran velocidad. Hay unos 80 pueblos amenazados que están siendo evacuados al igual que Jersón. La policía nacional y el servicio de emergencias de la región de Jersón ha alertado a las poblaciones de Mykolaivka, Olhivka, Lyovo, Tyaginka, Poniativka, Ivanovka, Tokarivka, Poniativka, Prydniprovske, Sadove y en parte la ciudad de Jersón, que Ucrania retomó a finales de 2022.

El gobernador de la región de Jersón, Oleksandr Prokudin, ha dicho que unas 16.000 personas están en la "zona crítica" en la orilla derecha del Dniéper, controlada por Ucrania. Van a llevarlos en autobús a Jersón y desde allí en tren a Mykolaiv y otras ciudades. La zona izquierda del río, controlada por Rusia, también está en riesgo. Allí habría unas 22.000 personas.

Imagen satelital de la presa de Nova Kajovka, tomada en noviembre de 2022.
Imagen satelital de la presa de Nova Kajovka, tomada en noviembre de 2022.

Freno a la contraofensiva

La destrucción de la presa podría ser un intento de Rusia de frenar la contraofensiva de Ucrania porque así se amplía el obstáculo natural que supone el río Dniéper. Por la zona de Jersón la contraofensiva sería más complicada, debido a que el movimiento por esa zona sería más complicado. Lo que llama la atención es que también pone en peligro el suministro de agua dulce a Crimea.

El asesor del presidente ucraniano, Mijailo Podolyak, ha dicho en su cuenta de Twitter: "El propósito es obvio: crear obstáculos insuperables en el camino del avance de las Fuerzas Armadas ucranianas; interceptar la iniciativa informativa; ralentizar el justo final de la guerra. En un vasto territorio, se destruirá toda forma de vida; se arruinarán muchos asentamientos; se causarán daños colosales al medio ambiente".

La presa, parte de la central eléctrica, atraviesa el enorme río Dniéper de Ucrania, reteniendo una enorme reserva de agua. La presa, que se construyó en 1956, mide 30 metros de alto y cientos de metros de ancho, según informa The Guardian.

Crimea y la central de Zaporiya

El agua del embalse abastece al sur a la península de Crimea, anexionada ilegalmente por Rusia en 2014, y al norte a la central nuclear de Zaporiya, la mayor de Europa. La destrucción de la presa agravaría los actuales problemas energéticos de Ucrania, después de que Rusia pasara semanas a principios de este año atacando infraestructuras vitales. Pero también afecta al sistema de canales que riga el sur de Ucrania, incluida Crimea.

En cuanto a la central nuclear de Zaporiya, que se sitúa aguas arriba, está afectada porque necesita el agua para refrigerar los reactores, aunque cuatro de ellos están desconectados. Otros dos están en parada caliente y producen una pequeña cantidad de energía para la ciudad vecina.

En un tuit, el Organismo Internacional de la Energía Atómica ha informado de que sus expertos están siguiendo de cerca la situación. De momento no veían riesgo para la seguridad de la central, bajo control ruso.