Desde el sábado por la noche no se sabía nada del líder del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, a quien el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, ofreció acoger en su país. En un audio de 11 minutos en su cuenta de Telegram, Prigozhin asegura que sus mercenarios no van a firmar ningún contrato con el Ministerio de Defensa. De esta manera, Wagner está abocada a desaparecer el 1 de julio, lo que quiso evitar al marchar hacia Moscú el sábado. Ha dicho también que este avance hacia Moscú ha demostrado los problemas de seguridad en Rusia.

Prigozhin justificaba su denominada Marcha por la Justicia por ver en juego el futuro de su ejército de mercenarios, de los más poderosos del mundo. De esta manera, el jefe de Wagner mantiene el pulso con la élite militar rusa. El viernes acusó al Ministerio de Defensa de bombardear a sus efectivos y el sábado organizó un avance de sus tropas hacia Moscú, que suspendió a 200 kilómetros de la capital rusa con el fin de evitar "un baño de sangre", en palabras de Prigozhin.

El líder de los Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha dejado claro que no tenía como objetivo derrocar a Putin: "No marchamos para derrocar a los dirigentes de Rusia". Niega que haya intentado dar un golpe.

En su mensaje a la nación, Putin calificó de "traidores" a los participantes en la marcha hacia Moscú y prometió severos castigos. "Han dado una puñalada por la espalda a la nación rusa", indicó. Prigozhin defendió a sus hombres, a quienes calificó de "héroes, no traidores" y dijo a Putin que se equivocaba al apoyar al ministro de Defensa, Serguei Shoigu.

Hasta el sábado Prigozhin nunca había incluido en sus críticas a Putin. Su tesis es que le ocultan información sobre la evolución de la guerra y que la invasión tuvo lugar por el interés personal de Shoigu, que buscaba ser aclamado tras una victoria que no se produjo.

Según el llamado chef de Putin, "el objetivo era evitar la destrucción de Wagner y pedir cuentas a los funcionarios que con su actuación poco profesional han cometido un gran número de errores. La sociedad lo exigía". Está refiriéndose, una vez más, a los fracasos de la "operación militar especial" en Ucrania.

Apoyo de la población

"Nuestra decisión de dar marcha atrás tuvo dos factores: no queríamos derramar sangre rusa. En segundo lugar, marchamos como demostración de nuestra protesta", ha remarcado Prigozhin, quien mantiene que cuentan con el apoyo de la población. En Rostov del Don, donde tomaron las principales instalaciones militares, la población les despidió el sábado por la noche como héroes.

En Bajmut fueron los mercenarios de Wagner los que se batieron con las tropas ucranianas durante diez meses y finalmente lograron tomar la localidad, ya desierta y arrasada.

Prigozhin ha reconocido que sus tropas habían matado a pilotos rusos durante su sublevación. "Lamentamos estos ataques contra aviones, pero golpeaban a nuestras fuerzas con bombas y cohetes", ha dicho. Mantiene que 30 de sus efectivos murieron en los bombardeos ordenados por el propio Ministerio ruso de Defensa.

Ha asegurado que si sus mercenarios hubieran tenido el mando y control en Ucrania, el plan A que consistía en tomar rápidamente Kiev habría tenido éxito. Ha añadido que su marcha hacia Moscú es una clase magistral de lo que deberían haber hecho en Ucrania. "Si la acción del 24 de febrero la hubiera llevado a cabo una unidad con un nivel de entrenamiento como el Grupo Wagner, la operación especial podría haber durado un día. Está claro que allí hubo otros problemas, pero demostramos el nivel de organización al que debería ajustarse el ejército ruso".

Los mercenarios de Wagner se dieron la vuelta el sábado a última hora, después de llegar a un acuerdo con el presidente bielorruso, que medió a instancias del líder ruso, Vladimir Putin. Habría aceptado retirarse a cambio de garantías de seguridad para sus hombres y su salida hacia Belorrusia.

Sin embargo, medios oficiales rusos han informado el lunes que los cargos contra Prigozhin se mantienen. El Ejército ruso se mostró dispuesto a acoger a los mercenarios que no participaron en el avance sobre Moscú y a perdonar a los que lo hicieron, en nombre de sus méritos en la guerra en Ucrania.

En relación al acuerdo alcanzado tras sus conversaciones con Lukashenko, Prigozhin ha dicho que el líder bielorruso se ofreció a encontrar formas "para que Wagner continuara su trabajo legalmente".

Mientras Prigozhin sigue mostrándose crítico con el Ministerio ruso de Defensa, las autoridades del Kremlin se empeñan en dar sensación de normalidad. En Moscú y otras ciudades afectadas ya se han levantado las medidas excepcionales para hacer frente a la amenaza que suponía el desafío de Wagner. El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, se ha dejado ver en el frente en Ucrania, mientras el presidente Putin acudía a un foro empresarial, en el que no mencionaba el motín de su antiguo aliado. Prigozhin no ha dicho dónde se encuentra, pero sus efectivos salieron de Rostov del Don en dirección al este de Ucrania.