Qin Gang, de 57 años, ha sido destituido como ministro chino de Exteriores justo cuando se cumple un mes sin que se sepa sobre su paradero. Su predecesor, Wang Yi, le sustituirá a cargo de la diplomacia de la República Popular, según informa el medio oficial chino CCTV. No se han dado razones sobre este cambio, ni sobre su desaparición de la escena pública.

El anuncio se conoce después de semanas de especulación sobre el paradero de Qin Gang, cargo que asumió en marzo pasado. La última vez que compareció en público fue el 25 de junio, cuando se encontró con diplomáticos de Rusia, Vietnam y de Sri Lanka, según la web del Ministerio de Exteriores de China.

No se informó oficialmente sobre la razón de su ausencia, aunque los medios extranjeros preguntaron a los portavoces oficiales si eran razones de salud. Es lo que se arguyó pero solo para las primeras faltas.

Ha sido Wang Yi, de 69 años, director de la Oficina de la Comisión Central de Asuntos Exteriores, quien ha sustituido al ministro de Exteriores durante su ausencia. Así recibió a los ex secretarios de Estado de EEUU Henry Kissinger y John Kerry en Pekín la semana pasada. Wang fue ministro de Asuntos Exteriores de China en el primer y segundo mandato de Xi.

La decisión de destituir a Qin se tomó en una sesión extraordinaria del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, que tuvo lugar un día después de que el máximo órgano decisorio, el Politburó, se reuniera el lunes.

Según las normas actualizadas en junio del año pasado, el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional celebra una sesión cada dos meses. El presidente del Comité puede convocar una sesión intermedia para casos especiales.

La destitución de Qin como ministro de Asuntos Exteriores se ajusta a la Ley Orgánica de la Asamblea Popular Nacional, que entró en vigor en marzo de 2021. La norma faculta al Comité Permanente, y no a un congreso nacional, a nombrar o destituir a algunos miembros del Consejo de Estado.

Antes de ser ministro de Exteriores, Qin Gang fue embajador en Estados Unidos durante 17 meses. Era un diplomático de verbo afilado, uno de los llamados lobos guerreros y tenía una relación cercana con el presidente Xi Jinping, con quien había viajado con frecuencia como jefe de protocolo.