La lista de 300 presos palestinos, dada a conocer el miércoles por el Ministerio de Justicia de Israel, ha despertado la esperanza en muchos hogares en los territorios ocupados, de donde procede la mayoría de los que pueden recuperar su libertad en las próximas horas. Hamás ha acordado con el gobierno israelí, gracias a la mediación de EEUU, Qatar y Egipto, canjear a 150 de ellos por 50 rehenes israelíes y de otras nacionalidades bajo su custodia desde el ataque terrorista del pasado 7 de octubre. También habrá una tregua que comienza este jueves a las 9 de la mañana, hora española.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el titular de Defensa, Yoav Gallant, y el ministro, Benny Gantz, van a determinar quiénes serán excarcelados finalmente, una vez que el tribunal atienda las demandas de las familias de las víctimas de estos presos. La "pausa humanitaria", que en principio, será de cuatro días podrá extenderse, si hay más entregas de rehenes, y posiblemente también se superará el número de 150 presos palestinos liberados.

Una gran parte de los que figuran en la lista inicial de 300 son menores de 18 años: en total, 123. Todos los varones son adolescentes. Los más jóvenes, cinco en total, tienen 14 años. Los detuvieron por delitos que van desde las ofensas a la autoridad al intento de quemar un arsenal. También hay numerosas mujeres: la mayor es Hanan Abudllah Barghouti, de 59 años, bajo custodia por ofender a la autoridad. Israel no incluye a ningún condenado por asesinato.

Las penas son por intento de asesinato en el caso más extremo al daño a la propiedad pública, tirar piedras, o por convocar una manifestación ilegal. La mayoría ha sido detenida entre 2021 y 2023, y los supuestos delitos se cometieron en Cisjordania o Jerusalén Este. Hay militantes de Hamás, la Yihad Islámica, Fatah, el Frente Popular y no adscritos.

En las cárceles de Israel hay cerca de 7.000 palestinos de Gaza y los territorios ocupados, según la Asociación de Apoyo a los Prisioneros Palestinos y por los Derechos Humanos (Addameer). Según Qadura Fares, responsable de la Comisión Palestina para Asuntos de Detenidos y Ex Prisioneros, son 8.300. Unos 2.000 están en "detención administrativa", es decir, arrestados de forma indefinida sin cargos.

Según un informe de la ONU del pasado verano, desde 1967, cuando Israel ocupó Jerusalén Este, Gaza y Cisjordania, un millón de palestinos ha pasado por las cárceles israelíes en algún momento, esto es, uno de cada cinco palestinos. En EEUU, el país con la población carcelaria más numerosa del mundo, la proporción es uno de cada 200. Este hecho se explica en parte porque según la orden militar 101 se prohíbe cualquier actividad que suponga simpatía por una organización considerada ilegal a efectos militares.

Nefouth Hammad, detenida con 14 años

La adolescente palestina Nefouth Hammad ha sido condenada a principios de noviembre a 12 años de cárcel por intentar apuñalar a su vecina israelí, Moriah Cohen, en el barrio Sheij Jarrah de Jerusalén. También fue acusada por obstrucción a la Justicia.

En diciembre de 2021, Moriah Cohen, que entonces tenía 26 años, estaba en la calle con cinco de sus seis hijos. Nefouth Hammad la apuñaló con un cuchillo de 30 centímetros. Resultó levemente herida.

Dvir Cohen, marido de Moriah, ha declarado a los medios locales israelíes que confía en que finalmente sus argumentos contra la liberación de Nefouth sean escuchados. "Prometimos a nuestros hijos que nunca más verían a esa terrorista. Nos da miedo volver a encontrárnosla", ha dicho Cohen, si bien reconoce que se alegra del trato por las familias de los rehenes.

Los Awad con las tijeras

Nawara Awad, de 24 años, estuvo implicada en un apuñalamiento en Jerusalén junto a su primo, Hadil Awad de 14 años. Los dos atacaron con tijeras a unos guardias de seguridad que los neutralizaron. Sucedió hace ocho años. Hadil murió como consecuencia de la respuesta armada de los soldados. Nawara fue condenada a 13 años y medio de cárcel.

También recurrió a las tijeras Asil Tit, de 24 años, que atacó a un guardia de la prisión cuando fue a visitar a su hermano en la cárcel de Ramon. El guardia resultó herido de levedad. Asil Tit dijo en los interrogatorios que lo había hecho "por Palestina y por mi hermano".

Israa Jaabis, la mujer destrozada por el fuego

La más conocida de las presas palestinas incluida en la lista es Israa Jaabis, de 38 años, recluida en Hasharon, la única prisión israelí para mujeres palestinas. Es quien lleva más tiempo entre rejas, desde octubre de 2015. Está acusada de intento de asesinato al hacer estallar su coche en un control israelí en Al Zayyim. El policía Moshe Chen resultó herido. Encontraron notas en apoyo a organizaciones terroristas.

Sin embargo, ella niega los cargos y asegura que fue un accidente. Perdió el control del automóvil cuando trasladaba muebles a su casa en el barrio de Jabal Al Mukaber. Dos semanas antes, había comenzado la Intifada de los Cuchillos, caracterizada por ataques individuales, desde apuñalamientos a tiroteos. Uno de sus abogados, como expone el documental Advocate, sostiene que Israa estaba deprimida y tenía problemas matrimoniales.

De hecho, la mujer sufrió quemaduras de primer y tercer grado en el 60% de su cuerpo, perdió ocho de los dedos de las manos, y es una persona dependiente desde entonces. "Siento miedo cuando me miro en el espejo, así que imagino lo que sienten los otros cuando me ven", ha dicho Jaabis, según reproduce Al Yazira. Se queja de que no recibe tratamiento médico adecuado.

En 2017, fue sentenciada a 11 años de cárcel por el tribunal central de Jerusalén. Vio a su hijo Motasem, de nueve años, por primera vez cuando llevaba año y medio en la cárcel. Como no tiene documentación de Jerusalén, el niño no puede acudir a ver a su madre con regularidad.

La hermana de Isra Jaabis, Mona, teme que quizá ya sea demasiado tarde para esta mujer, para quien cada día es una tortura.

Shuruk Duwayyat, la condena más larga

De todas las mujeres palestinas encarceladas en Israel quien afronta la pena más larga es Shuruk Duwayyat, de Jerusalén Este, condenada por intento de asesinato en la Ciudad Vieja. Fue acusada de apuñalar a dos judíos, hiriendo a uno de ellos. El tribunal la condenó a 16 años y a indemnizar a las dos víctimas con 80.000 shekels (20.000 euros). Ya ha cumplido nueve.

Nunca he creído que mi hija quisiera apuñalar a los colonos. Es delicada y no puede hacer daño ni a una mosca"

salah duwayyat, padre de shuruk, en al yazira

Tenía 18 años cuando fue arrestada por las fuerzas israelíes cuando regresaba a casa. Recibió el impacto de cuatro disparos, que le dejaron en condición crítica. "Nunca he creído que mi hija quisiera apuñalar a los colonos. Shuruk es delicada y no puede hacer daño ni a una mosca", señala su padre, Salah, quien confía en volver a abrazar a su hija pronto en libertad.

Varios testigos palestinos dijeron que vieron cómo un colono israelí intentaba quitarle el hiyab mientras caminaba en un acto de provocación. Ella evitó al colono y las fuerzas israelíes descerrajaron varios tiros. Había empezado su primer semestre en la Universidad de Belén, donde estudiaba geografía e historia.

Awatif Jaradat, madre hasta el final

Las fuerzas israelíes arrestaron a Awatif Jaradat, de 50 años, junto a su hijo menor, Ghait, que tenía entonces 18 años. Otro de sus hijos, Omar, de 21 años fue encarcelado y dos meses más tarde, otro más llamado Muntaser.

Acusaron a Ghait de haber perpetrado un ataque en el que murió un colono israelí y otros dos resultaron heridos. Fue condenado a cadena perpetua y 50 años más. "Israel acusó a mi madre de incitación por decir a los medios que estaba orgullosa de que sus hijos resistieran a la ocupación. Querían una condena larga, de nueve a 15 años", relata Muntaser a Al Yazira. "Era una venganza contra mi familia".

Con orgullo cuenta que su madre atendía a una compañera, Fatima Shaheen, arrestada en abril. Como consecuencia de los disparos de los soldados, Fatima se quedó paralítica. También está en la lista.