"Era cuestión de tiempo". Las fuerzas especiales rusas iban a la caza del piloto ruso Maxim Kuzminov, de 28 años, asesinado a tiros el pasado 13 de febrero en el garaje de la casa donde vivía alquilado en Villajoyosa. Una llamada a su ex pareja permitió a los rusos seguirle la pista. "Lo que sabemos es que había invitado a su ex pareja a trasladarse con él y después le encontraron muerto", apuntan fuentes de la Inteligencia ucraniana.

Cuando Kuzminov desertó el pasado verano, su ex pareja se había quedado en Vladivostok, en el Lejano Oriente ruso, cuando el piloto desertó respondiendo al llamamiento de los ucranianos. Le dieron medio millón de dólares por dar este paso. Su madre ya había salido del país previamente pero su novia de entonces se quedó. No estaba al tanto de sus intenciones.

En un video difundido en septiembre pasado, el piloto ruso explicaba cómo le había contactado la inteligencia militar ucraniana. Harto de la guerra, aceptó pasarse al otro lado y ponerle al día con los datos que manejaba. De Kuzminov sus compañeros hacen un retrato en el que destacan su tranquilidad y su voluntad de realizar un trabajo pacífico.

Pánico a morir

Sus colegas aseguran que tenía pánico a morir en la guerra así como a ser capturado en Ucrania. Quería dejar el Ejército desde antes de la guerra, de modo que a medida que pasaba el tiempo se veía más atrapado.

"Durante tres o cuatro días nadie entendió lo que me pasó. Aterricé y me recibieron en Ucrania", dijo sobre aquel traslado a Berlín. Kuzminov explicó ante los medios ucranianos su caso: "No hay fascistas ni nazis. Siento muchísimo lo que está pasando. Los asesinatos, las lágrimas, la sangre".

Los servicios especiales tenían especialmente vigilados a todos los contactos de Kuzminov que con su gesto se convirtió en enemigo de Putin. Y ya sabemos el destino que aguarda a quienes se atreven a desafiar al líder ruso.

Lo hemos visto en el caso de Alexei Navalni, el más famoso de los disidentes rusos. Primero intentaron envenenarlo en el verano de 2020. Logró entonces salir del país y le salvaron la vida en Berlín, donde confirmaron que le habían intoxicado con Novichok, el agente químico que utiliza el Kremlin contra los agentes incómodos.

Navalni regresó a Moscú en enero de 2021 y en el mismo aeropuerto fue detenido. Desde entonces estaba en prisión. En diciembre pasado fue trasladado al penal Lobo Ártico situada en Jarp, en el Ártico, donde se informaba de su muerte el viernes pasado. Aún su familia no ha podido recuperar el cadáver. Cuando se lo den, nadie podrá saber qué pasó realmente.

Acribillado a balazos

Con Kuzminov la mano negra del Kremlin actuó de forma diferente. Lo acribillaron a tiros en el garaje de la vivienda donde vivía alquilado bajo una identidad falsa. En las inmediaciones se encontró un vehículo calcinado, presumiblemente el que usaron los agresores en su huida. Al principio se creía que la víctima de Villajoyosa había sido asesinado en un ajuste de cuentas. Llevaba documentación ucraniana con otro nombre.

La Guardia Civil envió a analizar las huellas dactilares del cadáver encontrado en el garaje de Villajoyosa. La Interpol fue el organismo que le identificó como Maxim Kuzmiov, y posteriormente lo confirmaba la Inteligencia ucraniana, según informa Carlos Frías.

Ese traidor y delincuente era un cadáver moral desde el momento en que cometió su terrible y sucio crimen"

serguei nariyshkin, jefe del espionaje ruso

El jefe del espionaje ruso, Serguei Naryshkin, ha dicho el martes, en relación al piloto desertor: "Este traidor y delincuente era un cadáver moral desde el momento en que planeó su terrible y sucio crimen". El jefe del espionaje se refiere a la deserción del piloto. Con esta contundente declaración el superespía estaba reconociendo de forma implícita la relación con el asesinato del piloto ruso.

Kuzminov había servido en el regimiento 319 de helicópteros en Primorye, en el Lejano Este de Rusia. Dos compañeros volaron con él pero no estaban al tanto de la operación. No quisieron secundar el acto de Kuzminov y fueron ejecutados al aterrizar en Ucrania. Los ucranianos le facilitaron un pasaporte y le pagaron con medio millón de dólares por abandonar las filas rusas y dar publicidad a su acción.

Los servicios secretos ucranianos mantienen que podría haberse quedado en Ucrania, donde estaría más vigilado. Sin embargo, el joven piloto quiso dejar atrás la guerra y como muchos compatriotas, tanto civiles de clase media como oligarcas, eligió España como destino. En nuestro país pensaba que pasaría desapercibido en una provincia como Alicante, donde se han establecido tanto ucranianos como rusos tras la invasión rusa de Ucrania, de la que se cumplirán dos años el próximo sábado.

Sin embargo, seguía en el punto de mira del Kremlin. El daño reputacional que el paso dado por el piloto ruso causó en Moscú tenía que pagarlo antes o después. El 23 de agosto de 2023 Kuzminov a bordo de un helicóptero Mi-8 cruzó las líneas enemigas. No sabía que había firmado su sentencia de muerte.