"Kriegstüchtigkeit". El objetivo del ministro alemán de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, es que el Ejército federal esté preparado para la guerra. "Hay que restructurar la Bundeswehr de tal manera que esté óptimamente posicionada incluso en caso de emergencia, en caso de defensa, en caso de guerra", ha dicho Pistorius al presentar su plan de renovación de las Fuerzas Armadas alemanas. "A nadie debería ocurrírsele atacar el territorio de la OTAN. Es lo que queremos transmitir", ha remarcado, justo el día en que la Alianza Atlántica cumple 75 años. Es la reforma más amplia acometida por la Bundeswehr desde la Guerra Fría.

Tras décadas bajo mínimos, el Ejército alemán ha de adaptarse al nuevo contexto geopolítico en el que Rusia es una amenaza real, como ha quedado claro desde que perpetró la invasión de Ucrania hace más de dos años, tras haberse anexionado Crimea y atacado el este del país en 2014.

"Desde que Rusia ha puesto en entredicho el orden de paz europeo, ha surgido una situación de amenaza especial para Alemania y sus aliados", señala el comunicado del Ministerio alemán de Defensa. En menos de cinco años Rusia podría atacar algún país de la OTAN, según fuentes de la Inteligencia occidental. Para evitarlo los Bálticos, Finlandia y Polonia, vecinos de Rusia y su aliada Bielorrusia, abogan por el rearme de los países europeos. Alemania se suma también a ese objetivo.

Esta transformación se enmarca en lo que el canciller federal, Olaf Scholz, llamó Zeitenwende (cambio de época), en su intervención ante el Bundestag apenas tres días después del inicio de la guerra en Ucrania. Scholz anunció una inversión de 100.000 millones de euros para modernizar las Fuerzas Armadas. Prometió aumentar el presupuesto de Defensa al 2% del PIB, el mínimo que exige la OTAN a sus aliados.

En 2024 Alemania cumplirá por primera vez con este requisito. Y no es el mejor momento para la economía alemana, con un crecimiento de apenas un 0,1%, prácticamente en recesión. El ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, va a exigir reducciones a todos los Ministerios salvo a Defensa.

España, sin embargo, apenas llega al 1,3% este año: se sitúa a la cola solo superada por Bélgica y Luxemburgo. Alemania se ha unido a Francia y Polonia para presionar a países como España e Italia que no están aumentado al ritmo requerido por la amenaza rusa sus presupuestos de Defensa.

El nuevo ejército alemán se organizará en cuatro ramas: el ejército tradicional, la Marina y la Fuerza Aérea, así como una nueva rama cibernética y especializada en información. También habrá comandos operativos y de apoyo. Solo habrá un interlocutor central con la OTAN.

La nueva rama cibernética se encargará de las amenazas híbridas y de tareas tácticas como la guerra electrónica. Los cambios se irá introduciendo en los próximos meses. Hasta ahora el Ejército alemán se orientaba a la gestión de crisis y operaciones humanitarias.

Con esta remodelación se busca ser más eficiente y aprovechar mejor el dinero del contribuyente. Para Pistorius, Ucrania se ha convertido en un laboratorio donde los ejércitos europeos pueden aprender cómo se libran las guerras en la actualidad.

"No hay ninguna guerra, y casi ninguna situación de combate [que observemos] en Ucrania, en la que la capacidad digital de mando y control no desempeñe un papel central a la hora de garantizar que se pueda [ganar] una batalla", ha señalado. Es decir, la Inteligencia Artificial es clave: ayuda a procesar la información en tiempo que se aproxima al tiempo real.

Cómo atraer reclutas

La Bundeswehr tiene dificultades para atraer reclutas, de modo que el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, ha reconocido que se están planteando reintroducir el servicio militar, que fue eliminado en 2011, aunque reconoce que se precisa un gran consenso social.

En las próximas semanas el Ministerio va a presentar una propuesta sobre un modelo de servicio nacional para jóvenes. Una opción sería el llamado modelo escandinavo, con un servicio militar voluntario y abierto a todos los géneros.

Entre 1958 hasta 1972, el ejército de lo que era Alemania Occidental pasó de 249.000 a 493.000 efectivos. Hasta la caída del Muro de Berlín, el número de tropas rondó los 480.000 efectivos. Cuando la Bundeswehr integró el Ejército Nacional Popular, con el objetivo principal de eliminar progresivamente sus estructuras, el número volvió a aumentar ligeramente. Unos 20 años más tarde, sólo quedaban unos 200.000 soldados en la Bundeswehr. En 2023, son 181.000 miembros. Solo una pequeña proporción de estos soldados están entrenados para ser desplegados en combate como parte de las misiones de la OTAN. El objetivo es que haya más de 200.000 efectivos en 2031 y tengan capacidad para responder al enemigo en una guerra. Solo así funcionará la disuasión.

Pistorius versus Scholz

Con esta reforma, Pistorius se sitúa en el foco en un momento de debilidad del gobierno federal. Cuando fue designado ministro de Defensa en enero de 2023, los medios alemanes destacaron que apenas tenía experiencia en el sector. Había sido ministro del Interior y de Deportes en Baja Sajonia, y alcalde de la ciudad de Osnabrück.

Sin embargo, como destaca John Kampfner, autor de In Search of Berlin, en Politico, Pistorius se ha convertido en el político más popular de Alemania. "En cierto sentido no es mucho decir, ya que la mayoría no se han cubierto de gloria, pero tiene su mérito, ya que la mayoría de los que han ocupado esta cartera han sido un desastre. Muchos han arruinado su carrera en el puesto", señala Kampfner.

Pistorius está mostrando determinación, donde el canciller Scholz titubea. Por ejemplo, Scholz, que ya dudó en autorizar el envío de los Leopard-2 a Ucrania, ahora vuelve a ser igual de comedido con los misiles Taurus. Scholz siempre tiene cuidado en que Alemania dé pasos por su cuenta y quiere siempre coordinarse con EEUU. Defiende que hay que ayudar a Ucrania sin contribuir a la escalada.

Como señala Kampfner, Pistorius ha roto un tabú, lo que es un encomiable trabajo. "Desde la rendición del régimen nazi en 1945, el mantra en Alemania siempre ha sido 'nunca más'. Con el tiempo, sin embargo, esto se ha transformado de lo que debería haber sido, nunca más al fascismo o la dictadura, en otra cosa: nunca más a la guerra. Esto es, en el mejor de los casos, es ingenuidad, y en el peor, apaciguamiento".