Al tiempo que el presidente ruso, Vladimir Putin, ha renovado su confianza n el primer ministro, Mijail Mishustin, las fuerzas rusas intensifican su ataque sobre Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, en un intento de abrir un nuevo frente de guerra.

El Ministerio ucraniano de Defensa ha reconocido este viernes que las Fuerzas Armadas rusas habían intentado atravesar sus líneas de defensa cerca de la ciudad de Vovchansk. Las autoridades han llamado a que se desalojen las localidades de Vovchansk y Lyptsi. Desde hace unos días se ha observado una concentración de tropas al otro lado de la frontera, en Belgorod.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha asegurado en rueda de prensa que los efectivos ucranianos han parado los pies a los rusos "con fuego de artillería". Según Zelenski, los ucranianos estaban preparados para esta contraofensiva rusa. Sin embargo, no descartó que hubiera nuevas oleadas, según informa la agencia Efe.

El influyente bloguero militar ruso Rybar ha descrito el ataque como un "reconocimiento forzoso" más que como un asalto a gran escala. La zona de combate abarcaría unos dos o tres kilómetros de profundidad de algunas áreas fronterizas.

Rusia ha intensificado gradualmente las operaciones militares en torno a Járkov durante el último mes, aprovechando las limitadas defensas aéreas ucranianas para bombardear la ciudad. En Járkov permanecen más de 1,3 millones de ucranianos que resisten a pesar de ser una de las ciudades más castigadas por los ataques rusos en la guerra desencadenada por Putin el 24 de febrero de 2022. El objetivo de Putin es convertirla en una zona gris apenas poblada. Librar una batalla por su control sería muy costoso.

"Rusia carece de fuerzas para tomar Járkov, pero ese no sería el objetivo en realidad. Es probable que lo que busquen los rusos sea atraer efectivos ucranianos a Járkov para permitir ofensivas en Donetsk", decía a The Guardian el investigador Michael Kofman, del Carnegie Endowment.

Járkov, situada a 30 kilómetros al sur de la frontera rusa, resistió los primeros meses tras la invasión en 2022. La contraofensiva ucraniana de ese año llevó a muchos ucranianos que habían salido de Járkov a volver. Pero su vida dista mucho de haber sido fácil allí.