Friedrich Merz, el candidato a la Cancillería de la Unión (CDU y CSU) ha fracasado en su intento de ser investido en la primera votación. Ha logrado 310 votos pero necesitaba 316, la mayoría de los 630 diputados del 21º Bundestag. La votación se ha repetido por la tarde y se ha culminado con éxito. Pero las dudas de lo que ha ocurrido esta mañana se mantienen
El voto para elegir al canciller es secreto, de modo que será difícil conocer a los rebeldes que por la mañana no votaron como se esperaba, a menos que ellos quieran rebelar su protesta. Tanto conservadores como socialdemócratas, que suscribieron la coalición de gobierno el lunes, habían asegurado que querían una mayoría estable. Pero se trata de una mayoría frágil, como ha quedado de manifiesto este martes en la votación.
La Unión (CDU y CSU) fue la fuerza más votada en las elecciones del 23 de febrero con el 28,5% de los votos. Cuenta con 208 escaños. Los socialdemócratas, que fueron terceros, suman 120 diputados. En total, son 328, 12 más de la llamada "mayoría del canciller". Pero no estaban presentes los 630 diputados del Bundestag, sino 621. En total, 18 no han votado por Merz.
Quien más ha celebrado esta derrota ha sido Alternativa para Alemania, partido que logró el 20,8% de los votos en las elecciones. Cuenta con 152 diputados: s el principal grupo de la oposición. "Esto demuestra sobre qué débiles cimientos se asienta la pequeña coalición de la CDU/CSU y el SPD, expulsada por los ciudadanos", ha escrito Weidel en X.
Una rebelión inesperada
Las sospechas recaen sobre los socialdemócratas pero ellos lo niegan. No se sabe aún si ha sido una rebelión orquestada o no. También ha quedado de manifiesto la falta de experiencia tanto de Merz como de Lars Klingbeil a la hora de dirigir una coalición. Los jefes de estos dos grupos parlamentarios serán Jens Spahn (CDU) y Matthias Miersch, secretario general del SPD.
Merz no es popular entre los socialdemócratas, y también hay conservadores a quienes les resulta antipático. Pero las bases del SPD dieron su apoyo a la coalición por más del 84% y los dirigentes conservadores también lo suscribieron. Como ha dicho Lars Klingbeil, quien será vicecanciller y ministro de Finanzas, "no es puramente SPD ni puramente CDU/CSU... Es un contrato que asume la responsabilidad para toda Alemania". La imagen de Alemania queda dañada por este mal comienzo.
París y Varsovia, pendientes
El plan del día tendrá que reajustarse a toda velocidad. Friedrich Merz iba a ser designado oficialmente por el presidente, Frank-Walter Steinmeier, y por la tarde tenía previsto reunirse por primera vez con su gobierno, formado por siete socialdemócratas, siete de la CDU y tres de la CSU.
Por primera vez en 60 años el ministro de Exteriores será de la CDU. Johann Wadephul sucederá a Annalena Baerbock, quien dará el salto a presidir la Asamblea de la ONU. El socialdemócrata Boris Pistorius seguirá al frente de Defensa. Es el único ministro que sobrevive de la coalición liderada por Olaf Scholz. El canciller saliente será diputado raso, aunque mientras no haya nuevo canciller sigue a cargo.
También están pendientes los viajes de Friedrich Merz a París y Varsovia. En su primer día en el cargo tiene previsto entrevistarse con el presidente Emmanuel Macron y con el primer ministro polaco, Donald Tusk. Es un mensaje que quieren siempre trasladar los cancilleres alemanes: su compromiso europeo con Francia y Polonia.
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hace 2 horas
Tal y como está el patio alemán, lanzar consignas altisonantes y mostrar formas presuntuosas antes de ser proclamado ha sido una imprudencia. El partido le ha aplicado una cura preventiva de humildad.
El SPD, probes, no están en lo de entorpecer y menos tras la consulta sobre la coalición a los militantes.