Nadie se atreve a vaticinar quién será el próximo presidente de Polonia. Los dos candidatos, el liberal Rafał Trzaskowski y el historiador populista Karol Nawrocki, compiten este domingo en la segunda vuelta apuran los últimos días para recabar los votos que les permitan garantizarse la sucesión de Andrzej Duda. La campaña en este último tramo está al rojo vivo: cada día se conoce un escándalo nuevo relacionado con el aspirante populista, un historiador sin trayectoria política al que apoya el partido Ley y Justicia (PiS). Peleas como hooligan, supuesto proxeneta aficionado, adicto la nicotina, timador de ancianos y despifarrador de dinero público.
¿Afectarán las revelaciones sobre su turbio pasado a la candidatura de Nawrocki? ¿Seguirán viéndole los votantes conservadores como alguien apto para representar a Polonia? Está pasado apuros en la campaña porque un día presenta una demanda y otro ha de hacerse un control anti drogas, pero eso no quiere decir que vaya a perder el domingo. Los sondeos prevén de momento un resultado ajustado. Una encuesta de Ipsos para TVP los da empatados al 47%: la incógnita es saber qué harán los votantes que se inclinaron por otros candidatos en primera vuelta: alrededor del 40%.
La cuestión es relevante para dilucidar hacia dónde avanzará Polonia. El primer ministro, el liberal Donald Tusk, argumenta que el presidente Duda ha sido un obstáculo que ha impedido que el gobierno cumpla con sus promesas al electorado. Para culminar su tarea necesita que Trzaskowski, número dos de su partido, sea el presidente. En primera vuelta ganó pero se quedó a solo dos putos de Nawrocki.
Si gana Nawrocki, puede ser el principio del fin del gobierno de Tusk. El PiS, liderado en la sombra por Jarosław Kaczyński, gobernó entre 2015 y 2023. El actual presidente, Andrzej Duda, del PiS, termina su mandato de diez años, no prorrogable.
La bolsita de nicotina en el debate
Las marchas convocadas por los dos candidatos el pasado domingo movilizaron a decenas de miles de polacos pero ninguna fue espectacular, como las del millón de corazones previas a las elecciones de 2023. Tampoco el debate del viernes anterior acabó con un claro ganador, si bien el alcalde de Varsovia fue más presidencial. Lo peor para Nawrocki fue verle metiéndose una bolsita de nicotina (ilegal en Polonia) entre el labio y la encía mientras esperaba su turno. Sus enemigos le ha reprochado su falta de control y ha terminado haciéndose una prueba de drogas que ha resultado negativa.
De la mala gestión al apartamento del anciano
El primer escándalo en el que los medios polacos han involucrado a Nawrocki estalló en Gdansk, donde fue director del Museo de la Segunda Guerra Mundial de 2017 hasta 2021. Ahora es director del Instituto de la Memoria Nacional, que trabaja sobre la narrativa nacionalista de la historia. Ha luchado para eliminar monumentos soviéticos y por ello Rusia lo tiene en su lista negra.
Su gestión está bajo la lupa. La Oficina Superior de Auditoría reveló graves irregularidades en la gestión de las finanzas públicas por parte del Instituto de la Memoria Nacional bajo el liderazgo de Karol Nawrocki, según informó TVN24. El informe de auditoría que abarca los últimos tres años de actividad del IPN indica mala gestión, falta de fiabilidad y posible abuso de fondos por valor de 72 millones de zlotys (unos 17 millones de euros).
Según publicó Gazeta Wyborcza antes de la primera vuelta, compró por el 10% de su valor un apartamento en Gdansk a un octogenario identificado como Jerzy Z, que había confiado en el historiador hasta el punto de testar a su favor. Jerzy Z. había sido condeado po agredir sexualmente a una mujer y Nawrocki le prestó ayuda. En lugar de ocuparse del anciano, Jerzy Z. acabó en una residencia municipal por falta de ingresos. Nawrocki acabó prometiendo que daría el dinero a acciones benéficas.
Recientemente también se ha sabido que Nawrocki participó en 2009 en una reyerta de hooligans en Gdansk en la que participaron unos 140 hinchas rivales, algunos de los cuales fueron condenados posteriormente por delitos. Nawrocki describió la pelea como una forma de combate "noble". Cuando Trzaskowski le reprochó en el debate esta actitud de matón, Nawrocki aprovechó para presentarse como un candidato "fuerte", incapaz de amedrentarse ante los enemigos de Polonia.
Las prostitutas del Grand Hotel de Sopot
Esta semana las novedades han sido publicadas por el digital onet, del grupo Springer, que indaga también en la juventud de Nawrocki, cuando trabajaba en la seguridad del Grand Hotel de la ciudad báltica de Sopot. Según compañeros de Nawrocki en aquella época, Nawrocki se encargó de contratar prostitutas para clientes del Grand Hotel.
"Una noche, durante el turno, Karol me preguntó si quería ganar algo de dinero extra, porque él y un grupo de guardias de seguridad conseguían dinero proporcionando prostitutas a los huéspedes del hotel. Se suponía que recibiría una parte por esto. No puedo decir que eso me molestara. No soy hipócrita", confesó un colega de Nawrocki de la universidad.
El medio, al que Nawrocki ha denunciado, afirma que los testigos con los que ha hablado están dispuestos a confirmar estos hechos ante la Justicia. El primer ministro polaco, Donald Tusk, líder de Plataforma Cívica, el partido de Trzaskowski, le instó a que recurriera al procedimiento electoral que puede resolver sobre la cuestión en 24 horas. Pero es cierto que no suele inmiscuirse en informaciones periodísticas.
Donald Tusk, al ataque
En una entrevista en Polska TV, Tusk fue implacable con Nawrocki, a pesar de que muchos ven muy arriesgado que se inmiscuya tanto en la campaña en un momento crítico. "Quiero que este caso quede claro porque el pueblo de Polonia necesita escuchar la verdad", dijo Tusk, añadiendo que múltiples fuentes, incluidas algunas registradas, han descrito los presuntos vínculos de Nawrocki con círculos criminales serios. En su alocución el domingo en la Gran Marcha de los Patriotas, Tusk indicó que ahora no son los "políticos criminales" los que aspira al poder sino directamente "los gángsteres".
La historia de las prostitutas era un secreto a voces, al que se refirió Tusk en su cuenta de X el 8 de mayo. Tusk se dirigió a Jarosław , quien movió los hilos para elegir a Nawrocki, aunque se presenta como "candidato ciudadano", independiente.
"Lo sabías todo, Jarosław. Estabas al tanto de las conexiones con los gánsteres, lo de las chicas, lo del apartamento del amor en el Museo de la Segunda Guerra Mundial, el fraude del apartamento y otros asuntos que aún permanecen ocultos. ¡Toda la responsabilidad de esta catástrofe recae sobre ti!", escribió Tusk.
Realmente llama la atención que Kaczyński no haya optado por ninguno de los ministros o viceministros del PiS en sus ocho años de gobierno. O no se fiaba de ellos por si estuvieran implicados en caso de corrupción, o temía que se independizara demasiado. Es difícil creer que el todopoderoso Kaczyński no conociera bien el perfil de su candidato. Es un gran kingmaker que siente bien qué desea la mayoría de los polacos. En 2015 sacó de su chistera a Andrzej Duda que se impuso contra pronóstico al entonces presidente Bronisław Komorowski, que partía como claro favorito.
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1 Comentarios
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hace 16 segundos
Eso le pasa al gobierno de España y le siguen votando…