"Mi última petición... y una advertencia. Cualquiera menos Nawrocki". El mensaje del histórico líder de Solidarność, Lech Wałęsa, en su cuenta de X es contundente. Otros dos ex presidentes de Polonia, Aleksander Kwasnieski y Bronisław Komorowski, han pedido el voto directamente para el liberal Rafał Trzaskowski, alcalde de Varsovia. Solo el actual presidente Andrzej Duda, del nacionalpopulista Ley y Justicia (PiS), votará por Karol Nawrocki, un historiador sin trayectoria política. Con Nawrocki, al que presentan como "un candidato ciudadano", las fuerzas populistas polacas quieren ganar su primera batalla para recuperar luego el gobierno en Polonia.
Las elecciones presidenciales que se celebran en segunda vuelta este domingo en Polonia suponen un examen al gobierno que lidera el primer ministro liberal Donald Tusk, en coalición con Lewica (izquierda) y Tercera Vía (centro). Tusk lo sabe y por eso pidió disculpas en la Gran Marcha Patriota el domingo 25 de mayo por no haber cumplido con todo lo que prometió en la campaña de 2023. Sabe que no puede reprochar nada a su candidato, Rafał Trzaskowski, que lleva meses en campaña. Hace un año ganó la reelección como alcalde de Varsovia en primera vuelta.
Los sondeos de las ultimas horas dan la mayoría ventaja a Trzaskowski pero con márgenes muy reducidos, entre 0,2 y 2,4 puntos. Hay dos encuestas que atribuyen la victoria a Nawrocki, que se quedó a menos de dos puntos del candidato liberal en la primera vuelta el 18 de mayo. La participación, según el instituto IBRiS, puede ser histórica, incluso superior a la de otoño de 2023. Si se movilizan los que no votaron en primera vuelta por su desencanto con Tusk, activados por la posibilidad de que gane el candidato populista, el liberal Trzasowski tendría más opciones. Si no lo hacen, Nawrocki ganará.
La victoria de Nawrocki pondrá en riesgo las reformas pendientes del gobierno, que estará el resto de la legislatura a la greña con el presidente. A su vez el papel de Polonia, central en Europa por su apuesta por la ayuda a Ucrania y su clara visión del peligro ruso, estaría en peligro. Nawrocki ha dicho que no firmará el ingreso de Ucrania en la OTAN. El candidato populista está más en la órbita de Orbán que en la de Macron, mientras que con Trzaskowski al frente Polonia podría consolidarse como potencia europeísta.
Hay riesgo además de que si la victoria de Trzasowski es muy ajustada, los populistas recurran a unos tribunales, desautorizados por el Gobierno por estar escorados hacia sus rivales. En ese caso estaríamos ante una crisis institucional gravísima, la peor en 100 años,
Las promesas incumplidas por Tusk
En las elecciones legislativas de 2023 el partido nacionalpopulista PiS ganó sin apoyos suficientes para gobernar, mientras que Coalición Cívica, liderado por Donald Tusk, sí logró la mayoría con Lewica y Tercera Vía. Las movilizaciones previas fueron masivas, de hasta un millón de personas. Las mujeres protagonizaron las llamadas marchas negras. En Polonia había ganas de cambio tras ocho años de un gobierno populista, manejado en la sombra por Jarosław Kaczyński.
Polonia se convertía así en el primer país donde el populismo europeo era derrotado en las urnas. Desmantelar todo su aparato destinado a echar por tierra el estado de Derecho no era tarea fácil. Los populistas seguían contando con el presidente, que tiene poder de veto y Duda lo ejerció siempre que pudo para impedir la labor del gobierno. Solo con una mayoría de dos tercios se puede salvar este veto presidencial. A eso se añade que el Constitucional, tras la intromisión del PiS en sus nombramientos, dejó de ser independiente
A su vez, Tusk había prometido avances sociales como liberalizar el aborto, legalizar los matrimonios homosexuales y, sobre todo, mejorar el nivel de vida de los polacos. El milagro económico que Polonia ha experimentado deja con la boca abierta a cualquiera en el resto de Europa. Es la quinta economía de la UE solo 21 años después de su ingreso. En apenas 35 años ha hecho un viaje sideral del comunismo al capitalismo. La renta per capita en este país de 37 millones de habitantes se ha multiplicado por tres desde 1995. El paro es del 3%, según Eurostat. El déficit equivale al 6,5% del PIB y la deuda del 55%. Francia tiene más del doble de deuda.
"La situación económica del país arroja datos positivos pero los polacos van a votar con su mano en el bolsillo. La mayor promesa del gobierno actual fue que su nivel adquisitivo mejoraría pero en este sentido no se han cumplido sus expectativas", señala Marcin Duma, director del instituto IBRiS. Recuerda cómo Tusk prometió de forma concreta que tendrían "más dinero en sus bolsillos, que los precios serían más bajos y que cada hogar tendría mejores condiciones. Desde 2020 la inflación subió, por los efectos de la crisis del Covid, Ucrania, y los salarios no aumentaron de la misma forma. Solo ahora empieza a verse cierto alivio".
Un grito contra las élites
Así se entiende que el líder de Konfederacja, Sławomir Mentzen, haya sido el más votado entre los jóvenes en la primera vuelta. Son los jóvenes los que ven que van a vivir peor que sus padres, quienes vieron lo que era el comunismo y cómo el capitalismo y el ingreso de Polonia en la UE les ofreció un mundo lleno de oportunidades.
El mensaje de Mentzen es claro: menos impuestos, menos inmigración. Es decir, tendréis más dinero en el bolsillo y menos competencia. Metzen quedó tercero en la primera vuelta con un 14,8% y sus 2,9 millones son muy cotizados. No ha pedido el voto para ninguno y ha criticado a los dos en campaña ("el duopolio").
Luego se ha entrevistado con los candidatos a los que ha puesto sobre la mesa sus ocho condiciones (no a la subida de impuestos, no al ingreso de Ucrania en la OTAN, no al envío de soldados polacos a Ucrania, no al euro, no a la transferencia de soberanía polaca a la UE, no a cualquier tratado que reste papel a Polonia...). Nawrocki las firmó sin rechistar. Trzaskowski discutió con él sobre ellas sin firmar nada. A Nawrocki le sentó fatal la camaradería que mostraron Traskowski y Mentzen tras su entrevista en su canal de YouTube. Acabaron tomando cervezas en el pub de Mentzen en Toruń, su ciudad natal. El segundo más votado por los jóvenes fue Adrian Zandberg, líder de Razem, de izquierdas, que promete más ayuda estatal para viviendas.
La ola populista en Europa está revitalizada desde que Donald Trump asumió el poder. Lo hemos visto en Alemania, donde la ultraderechista AfD lidera la oposición en el Bundestag, y en Portugal, donde Chega ha pasado en seis años de contar con un diputado a sobrepasar en número de escaños al Partido Socialista. En Rumanía, Georg Simion, que ha apoyado a Nawrocki en la campaña, ha estado a punto de ser presidente. Polonia es una baza muy cotizada. Nawrocki ha ido a la Casa Blanca a principios de mayo a recibir la bendición de Donald Trump. Mentzen es también trumpista. Y superó el 6% otro candidato, Grzegorz Braun, aún más extremo y antisemita. Nawrocki no ha renunciado a apelar a sus votantes.
La apuesta de Kaczyński
La elección de Nawrocki, un historiador sin trayectoria política, sorprendió a muchos. El PiS es partido que estuvo en el poder ocho años y contaba con dirigentes con experiencia para hace frente a Trzaskowski, que ya fue candidato a última hora contra Duda en 2020. Pero Kaczyński, un político extraordinariamente astuto, eligió a un desconocido. Ya acertó en 2015 con Duda, que venció contra pronóstico con el entonces presidente, Komorowski.
Kaczyński conoce como pocos la sociedad polaca. Fue quien se dio cuenta de que los polacos estaban hartos de tener que dirigirse a Bruselas como si fueran un alumno frente a su profesor; además recuperó el orgullo por la historia nacional; y además aplicó unas políticas sociales de ayudas destinadas a las familias con menos ingresos. La base del PiS se agrandó. Ahora, cuando, la gran preocupación es la seguridad y la defensa ha elegido a un hombre fuerte, fornido, con formación en historia. Un patriota con hechuras.
"La elección es un concurso entre un candidato que es la encarnación de las élites, Trzaskowski, y otro Nawrocki, que representa al pueblo", apunta Duma. Por eso a Trzaskowski, que habla seis idiomas, los seguidores del PiS le llaman despectivamente bążur (como se lee bonjour en polaco) después de que se le vira hablando con Macron en francés con fluidez en su visita a Varsovia en diciembre pasado. Por eso, los escándalos sobre su pasado como hooligan amigo de peleas y portero de un hotel en Gdansk con tratos con prostitutas no afectan a los que ven en Nawrocki como un polaco como ellos, de complexión fuerte y gran ambición.
"Los votantes de Trzaskowski nos miran con desprecio. Ellos se creen más que nosotros. Y él miente todo el tiempo", comentaban una pareja de Częstochowa en la Marcha por Polonia celebrada en Varsovia el 25 de mayo. Para polacos como ellos alguien como Trzaskowski, hijo de un músico de jazz y educado en el Colegio de Europa y Oxford, es de otro mundo, mientras que a Nawrocki le ven cercano. No se paran a pensar quién representará mejor a su país. Y en todo caso Nawrocki ha demostrado que tiene acceso a Trump. ¿Qué más se puede pedir?
Últimas horas de campaña
Las últimas horas de la campaña han sido trepidantes. Los dos candidatos han ido de una localidad otra este viernes. En su discurso en Włocławek este viernes por la mañana, Trzaskowski ha instado a sus votantes "a convencer a todos aquellos que aún no están convencidos". La campaña del candidato liberal está volcado en movilizar a los que no votaron en la primera vuelta pero sí apoyaron a Coalición Cívica en 2023.
Trzaskowski ha dicho: "Estos valores que tanto apreciamos, la honestidad, la decencia humana básica, la motivación para construir una Polonia que piense en el futuro, prevalecerán". En Gdansk, la ciudad natal de Nawrocki, donde el alcalde de Varsovia tuvo buenos resultados en la primera vuelta, se ha dejado querer, sobre todo por grupos de mujeres con collares de coral, un símbolo del apoyo a Trzaskowski desde que la candidata Joanna Senyszyn regalara uno a la esposa del candidato liberal, Małgorzata, muy presente en la campaña.
Nawrocki ha escrito su primer mensaje el viernes a las siete. Aparece sonriente en el automóvil: "Ya estamos en la carretera". Su primera parada ha sido Gorlice, en el sureste del país, un bastión del PiS. Ha terminado el día en Wysokie Mazowieckie, donde en primera vuelta superó el 40% de apoyos. "No podemos dividir el país en mejores y peores. Por eso yo me muevo por el este del país", ha dicho Nawrocki. Polonia sigue dividida geográficamente: los voivodatos del este apoyan al PiS y los del oeste a Coalición Cívica.
A partir de la medianoche hay que respetar el silencio electoral. Será el momento del descanso de los candidatos. Y la hora de los nervios. Nadie, ni siquiera los más experimentados como el líder de Solidarność, Bogdan Borusewicz, o el diputado de Razen, Anders Zandberg, sabían qué decir al preguntarles quién ganaría finalmente. El riesgo es que Polonia, un país capaz de las mayores proezas, con una ciudadanía que dio ejemplo al resistir frente a los nazis desde el primer momento, tiene un gen autodestructivo, como comenta un veterano periodista de la radio polaca. "En la historia nos hemos suicidado muchas veces. Confío en que esta vez no sea así".
Te puede interesar
-
Yolanda Díaz acusa a Von der Leyen de "atacar el espíritu fundacional de Europa"
-
España cierra el Europeo de sprint olímpico con un total de doce medallas
-
Sánchez desmantela la estrategia de los europeos con Trump en la OTAN por sus problemas internos
-
Quién es la nueva jefa de James Bond, la primera mujer a cargo del espionaje del Reino Unido
2 Comentarios
Normas ›Comentarios cerrados para este artículo.
Lo más visto
hace 3 semanas
La extrema derecha populista lo está empeorando todo, mucho charlatán populista para volver hacia atrás, más miseria es lo que están trayendo
hace 3 semanas
Es la derecha contra el globalismo