El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, estaría considerando vender el Tesla que adquirió a modo de gesto político hacia Elon Musk, con quien ha roto relaciones de forma abrupta. Así lo ha señalado un funcionario de la Casa Blanca citado por medios como The New York Times y ABC News, que subrayan que el coche –un Model S rojo– sigue estacionado en la residencia ejecutiva.

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Trump compró el vehículo en marzo, durante un acto celebrado en la Casa Blanca, como muestra de apoyo al empresario, entonces todavía al frente del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). En aquel momento, Tesla atravesaba un periodo delicado: ataques a su red de carga, caída en bolsa y descenso en las ventas acompañaban a la pérdida de popularidad de su fundador.

Una ruptura muy pública

La relación entre ambos se deterioró públicamente este jueves tras un cruce de acusaciones en redes sociales. Musk criticó el plan fiscal de Trump, que incrementaría la deuda pública en más de dos billones de dólares, y el presidente respondió con amenazas de cancelar contratos gubernamentales con las empresas de Musk. El enfrentamiento escaló cuando el empresario insinuó que Trump aparece en documentos vinculados a Jeffrey Epstein y afirmó que sin su respaldo, el presidente no habría ganado las elecciones de 2024.

En declaraciones telefónicas a ABC News este viernes, Trump afirmó que Musk "perdió la cabeza" y aseguró no estar interesado en retomar el contacto. En otra entrevista con CNN, insistió en que no piensa hablar con él "en un tiempo" y minimizó el impacto de la disputa: "Ni siquiera estoy pensando en Musk".

Fuentes cercanas al entorno presidencial describieron a Trump como "decepcionado" más que enfadado por la ruptura. Mientras tanto, las acciones de Tesla, que el jueves cayeron un 14 % tras el estallido del conflicto, rebotaron con una subida del 6 % en la apertura de este viernes.

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