"Conozco el sabor del éxito y la amargura del fracaso. Pero no conozco la palabra capitulación". El primer ministro polaco no va a rendirse tras la derrota de su candidato en las presidenciales el pasado 1 de junio. Donald Tusk ha expuesto ante el Sejm (Parlamento) las razones por las que su coalición tiene que seguir adelante y ha anunciado cambios, "nuevas caras en el Gobierno", en julio y antes incluso un portavoz. Tusk ha superado la moción de confianza con 243 votos a favor, y 210 en contra.
Los partidos de la coalición suman 242 escaños de los 460 del Sejm, de modo que tenía margen para sacar adelante la moción. Sin embargo, no han querido correr riesgos de modo que la diputada de Plataforma Cívica, Aleksandra Uznańska-Wiśniewska, tuvo regresar precipitadamente desde Florida, donde su esposo, el astronauta Sławosz Uznański-Wiśniewski, se prepara para un lanzamiento espacial, programado para este miércoles desde Cabo Cañaveral.
La oposición del PIS, ausente
Los diputados del principal partido de la oposición, Ley y Justicia (PiS), no han escuchado el alegato de Donald Tusk. Ha argumentado que su discurso era pura propaganda del primer ministro y por eso se han ausentado de la sala. Sí ha intervenido cuando todos los diputados que lo han solicitado han formulado preguntas al gobierno, un total de 280, todo un récord.
En sus intervenciones los diputados del PiS han sido tan combativos como Tusk. Zbigniew Dolata, se ha dirigido al primer ministro polaco en alemán: "Herr Tusk, raus!". El ideólogo del PiS, Jarosław Kaczyński, eterno enemigo de Donald Tusk, ha acuñado el mantra del sentimiento antialemán y suele tildar al primer ministro de marioneta de Berlín.
La victoria del historiador Karol Nawrocki en las presidenciales, el candidato ciudadano al que apoyaban, les ha dado un gran impulso. Lo ven como la gran oportunidad para volver al poder, incluso antes de que acabe la legislatura si cae la coalición formada por Plataforma Cívica, Lewica (Izquierda) y Tercera Vía (conservadores). Esta alianza logró desbancar al PiS como consecuencia de las elecciones legislativas del 15 de octubre de 2023. Ganó el PiS pero sin mayoría para gobernar. Ahora sueñan con emular lo sucedido en 2020, cuando el triunfo de Duda fue el preludio de la victoria en las legislativas meses más tarde.
Fin de las disputas
En su alegato Donald Tusk ha llamado a la unidad de la coalición, para que no pierda el tiempo en peleas que desgastan y dificultan la labor de gobierno. Muy futbolero, ha aludido a lo caro que se pagan los errores cuando no hay equipo como le ha sucedido a la selección polaca que perdió frente a Finlandia tras el plante de Lewankowski por no entenderse con el entrenador.
. "No toleraré disputas que se conviertan en peleas públicas... No cometamos esos errores. Tenemos que entender lo que significa el trabajo en equipo", ha dicho Tusk. "Cuento con el hecho de que estos casi dos años y medio sin elecciones son un momento único. Dos años y medio sin todas esas disputas. Dos años y medio sin estar constantemente enfrentándonos. Eso es mucho tiempo", ha añadido el primer ministro en la sesión del Sejm.
Muchas promesas de la coalición, como la liberalización del aborto, no han salido adelante por las diferencias entre los partidos del gobierno que van desde la izquierda de Lewica a los conservadores de Tercera Vía (PSL-Polonia 2050). A ello se suma el veto del presidente Andrzej Duda, que también es del PiS. Su mandato termina el 6 de agosto.
Tusk ha sacado pecho por los resultados económicos de Polonia. "Actualmente tenemos el mayor crecimiento económico de toda la Unión Europea. Lo logramos en un año y medio. En 2023, estábamos estancados; ahora tenemos el mejor resultado de Europa. La inflación en 2023 fue del 18%, ahora es del 4% y sigue bajando. La gente siempre querrá ganar más, pero cabe destacar que, gracias a la baja inflación, los aumentos salariales y el bajo desempleo, el crecimiento real de los salarios aumentó un 9%. Esto es construir un Estado honesto y competente", ha dicho Tusk.
También Tusk ha recordado que varias figuras del anterior Gobierno, entre ellas el ex primer ministro, Mateusz Morawiecki, afrontan diversas acusaciones, "un hecho sin precedentes en la historia de los Estados europeos".
El viceprimer ministro y líder del PSL, Władysław Kosiniak-Kamysz, ha señalado que prefiere ver el vaso "medio lleno" y ha destacado que Tusk se ha referido a temas fundamentales como la seguridad en Polonia. Ha aludido a cómo el aumento del gasto en Defensa ha permitido financiar nuevos proyectos, como el Escudo Oriental. Ha subrayado que Polonia mantiene sus buenas relaciones con EEUU.
También ha mostrado su satisfacción el viceprimer ministro y vicepresidente del partido Nowel Lewica, Krzysztof Gawkowski, quien ha dicho que lo planteado por Tusk es "suficiente" para votar a favor de la moción de confianza "con placer y convicción".
Tusk, tarjeta roja o amarilla
Sin embargo, Adrian Zandberg, líder de Razem, de izquierdas, ha explicado que su voto en contra se explica porque en las elecciones presidenciales quien perdió realmente fue Donald Tusk, no Rafal Trzaskowski. Para Zandberg fue una tarjeta roja, no amarilla. Razem cuenta con cinco diputados en el Parlamento polaco. "Tusk anunció que desconoce la palabra capitulación. Quizás debería familiarizarse con la palabra pensión", ha señalado Adrian Zandberg tras el discurso del jefe de gobierno en el Sejm. Zandberg, que fue candidato presidencial, fue la segunda opción preferida por los jóvenes.
Tampoco ha convencido a Sławomir Mentzen, el líder de Konfederacja, el partido ultranacionalista que los sondeos ya colocan por encima del 20%. Mentzen, que rozó el 15% en la primera vuelta de las presidenciales, ironizaba en sus redes sociales sobre lo rápido que había convencido Tusk a sus socios de coalición para que le permitieran seguir, si bien lo único que les une, a su juicio, es evitar que gobierne la oposición.
Según la última encuesta del CBOS de finales de mayo, el 44 % de los votantes se opone al Gobierno, mientras que el 32 % expresaba su apoyo, el 20 % se mostraba neutral y el 4 % estaba indeciso. El 52 % estaba descontento con la trayectoria del Gobierno, el 35 % estaba satisfecho y el 13 % se mostraba indeciso. En cuanto a Tusk, el 53 % tenía una opinión negativa del primer ministro, el 35 % una opinión positiva y el 12 % no tenía opinión sobre él.
Hay quienes sostienen, como el politólogo Antoni Dudek, que Tusk solo está ganando tiempo y que debería retirarse. "Donald Tusk recibió una tarjeta roja de los votantes junto con Rafał Trzaskowski y ahora, por supuesto, insistirá en que no abandonará el campo, aunque pueda hacerlo". Según Dudek, Tusk puede sostener el gobierno mucho tiempo aunque depende de que apruebe el presupuesto para 2026.
Lo que está claro es que Tusk no se va a dar por vencido. Gran amante del deporte, Tusk ha aludido a la tenista Iga Świątek y al lema de Roland Garros para referirse a cómo afronta los dos años largos que quedan de legislatura: "La victoria pertenece a los más perseverantes".
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