Marca los tiempos y la agenda. Este sábado el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu volvió a despreciar las retiradas llamadas de la comunidad internacional a ejercitar la prudencia y la moderación en una escalada bélica de consecuencias impredecibles. Los ataques israelíes sobre Irán prosiguieron con el ministro de Defensa Israel Katz celebrando que “Teherán ardía” bajo el plomo israelí. Teherán también respondió con otra oleada de misiles. Las acciones de Israel acabaron trastocando la agenda de la administración Trump, sin cuya cobertura y amparo incondicional el Estado judío no se mostraría tan envalentonado. La consecuencia fue directa: la nueva ronda de negociaciones nucleares entre Estados Unidos e Irán, prevista para hoy domingo, fue cancelada.
Debía celebrarse en Mascate, la capital de Omán, pero el ministro de Asuntos Exteriores del sultanato, Badr Albusaidi, confirmó su suspensión a última hora de este sábado, un día después de que Israel lanzara una ofensiva aérea a gran escala contra Irán, que segó la vida de comandantes y científicos y bombardeó instalaciones nucleares. Washington dijo estar comprometido con las negociaciones y confió en que “los iraníes se sienten pronto a la mesa”.
Omán suspende las negociaciones
La agresión israelí trastoca los planes de Trump, que se había mostrado partidario de una vía diplomática en la que Netanyahu -obsesionado a lo largo de su carrera política con el régimen de los Ayatolás- jamás creyó. El premier israelí ni siquiera respetó el tiempo solicitado por Washington para explorar las conversaciones auspiciadas por el sultanato de Omán, el mediador que ya forjó el pacto nuclear entre Irán y la administración Obama que abandonó unilateralmente Trump.
El sábado, en tono desafiante, Teherán advirtió de que no aceptará la supervisión de la Organización Internacional de la Energía Atómica en mitad de acusaciones contra su director general, el diplomático argentino Rafael Mariano Grossi, de haber actuado bajo los dictados de Tel Aviv. Israel, que tiene armas nucleares, no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP/NPT), por lo que no está obligado ni es parte de los mecanismos de salvaguardas de la OIEA.
Irán acusó, además, a Estados Unidos de haber permitido la ofensiva israelí y lanzó amenazas contra bases militares de EE. UU. y Reino Unido en la región. Trump reconoce que EEUU fue informado con antelación de los ataques, pero su administración se ha distanciado durante días de la acción israelí, calificándola de unilateral. Sin embargo, los analistas tildan de posible que Washington haya desempeñado un papel de apoyo y que participe en la defensa de Israel contra los contraataques iraníes.
Por su momento y su carácter a gran escala, los ataques de Israel tenían por objeto descarrilar completamente las conversaciones
“Los ataques sin precedentes perpetrados por Israel durante la noche en Irán tenían como objetivo acabar con las posibilidades del presidente Trump de alcanzar un acuerdo para contener el programa nuclear iraní”, señala Ellie Geranmayeh, directora adjunta de programas e investigadora sénior del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR). “Se trata del mayor ataque militar al que se ha enfrentado Irán desde la guerra con Irak en la década de 1980 y está siendo considerado por Irán como una declaración de guerra”, desliza.
“Los ataques israelíes sin precedentes se produjeron 48 horas antes de que el enviado especial estadounidense Steve Wifkoff se reuniera con el ministro de Asuntos Exteriores de Irán para una sexta ronda de negociaciones nucleares cruciales. Aunque algunos funcionarios israelíes sostienen que estos ataques tenían como objetivo reforzar la influencia de Estados Unidos en la vía diplomática, está claro que su momento y su carácter a gran escala tenían por objeto descarrilar completamente las conversaciones”, subraya. Los ataques tuvieron como prólogo la resolución de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que censuraba a Irán por no cumplir sus obligaciones legales relacionadas con las actividades nucleares a principios de la década de 2000.
Misión: ¿derrocar a los Ayatolás?
El ataque abortó esa sexta ronda y puede complicar aún más cualquier tentativa de retomarla, mostrando además unos objetivos en los que Trump y Netanyahu no coinciden. “Es posible que esta vía oficial quede ahora en suspenso mientras se desarrolla el enfrentamiento militar entre Israel e Irán”, pronostica Geranmayeh. Las acciones de Israel parecen tener la misión de forzar la caída del régimen de los Atayolás pero su éxito puede ser incierto.
“Es poco probable que el cambio de régimen sea un objetivo declarado de Israel, entre otras cosas porque, si lo fuera, probablemente generaría una reacción nacionalista en Irán, pero las autoridades israelíes pueden estar esperando que, al debilitar suficientemente al régimen y demostrar su debilidad a sus ciudadanos, se creen las condiciones para que los opositores políticos puedan actuar, como hicieron en Siria el año pasado”, apunta a El Independiente Kristian Coates Ulrichsen, investigador sobre Oriente Medio en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice.
Israel puede estar esperando que, al debilitar suficientemente al régimen y demostrar su debilidad a sus ciudadanos, se creen las condiciones para que los opositores políticos puedan actuar, como hicieron en Siria
Los analistas consultados consideran el colapso de la República Islámica un escenario poco probable aunque admiten que tiene escaso margen de maniobra. “Irán tiene pocas opciones para defenderse, y si intenta atacar a las fuerzas estadounidenses y occidentales en los Estados del Golfo o cerrar el estrecho de Ormuz, es poco probable que tenga éxito y solo profundizaría el aislamiento de Teherán”, apunta Coates Ulrichsen.
Segunda jornada de fuego cruzado
En el cielo de Israel e Irán la guerra siguió dejando destrucción este sábado. La tensión bélica entre ambos países escaló con una serie de ataques cruzados que dejaron decenas de muertos, daños en infraestructura clave y nuevas preocupaciones internacionales por la estabilidad en Oriente Próximo.
Israel firmó su segundo bombardeo contra territorio iraní, concentrándose en instalaciones militares y nucleares, así como objetivos energéticos, golpeados por primera vez. La respuesta de Irán fue inmediata: lanzó misiles balísticos y drones hacia diversas ciudades israelíes, incluyendo Tel Aviv y Jerusalén.
Las fuerzas israelíes atacaron más de 150 objetivos en suelo iraní, incluyendo centros de enriquecimiento de uranio, bases del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés) y puestos de mando. En uno de los ataques más significativos, fueron alcanzadas instalaciones cercanas a la planta nuclear de Natanz, centro neurálgico del programa atómico iraní.
Primeros ataques contra campos de gas en Irán
Además, Israel bombardeó parte del campo de gas South Pars, uno de los mayores del mundo y compartido entre Irán y Qatar. El impacto provocó un incendio en la unidad 14 del complejo y la suspensión de al menos 12 millones de metros cúbicos diarios de producción. Las autoridades iraníes confirmaron que el fuego fue controlado horas más tarde. El ataque israelí tuvo repercusiones económicas inmediatas: se registró un aumento del 9 % en el precio del petróleo, en medio de temores por una disrupción prolongada en el suministro energético.
El ataque israelí tuvo repercusiones económicas inmediatas: se registró un aumento del 9 % en el precio del petróleo
La represalia iraní no se hizo esperar. El Ministerio de Defensa israelí informó que Teherán lanzó más de 150 misiles balísticos y drones explosivos en varias oleadas a lo largo del día. Algunos de estos proyectiles lograron burlar el sistema antiaéreo israelí e impactaron en zonas residenciales.
En Tel Aviv, Ramat Gan, Rishon LeZion y Haifa se registraron explosiones que causaron la muerte de al menos cuatro civiles israelíes y dejaron más de 200 heridos, entre ellos personal médico alcanzado por metralla mientras asistían en zonas afectadas. También se reportaron daños severos en edificios residenciales, derrumbes parciales y cortes de suministro eléctrico.
Por su parte, las defensas antiaéreas iraníes fueron activadas ante lo que describieron como una nueva oleada de misiles lanzados por Israel durante la madrugada del sábado. El aeropuerto internacional de Teherán detuvo operaciones brevemente.
La jornada representa uno de los episodios más violentos en el conflicto entre Israel e Irán desde la guerra Irán-Irak, marcando una escalada que ya no se limita a enfrentamientos indirectos o cibernéticos, sino que compromete directamente infraestructura civil, energética y poblaciones urbanas. Israel, el país que inició la agresión, insiste en que continuará golpeando “cada centro del régimen de los ayatolás” mientras considere que la amenaza persiste. Irán, por su parte, ha jurado represalias “más allá del terreno conocido”.
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1 Comentarios
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hace 1 segundo
Y algunos dirán ahora que Irán es el malo, ahora se la devolvía con lo más gordo que tenga