Israel ha aceptado una propuesta de alto el fuego temporal en Gaza mediada por Estados Unidos, Egipto y Qatar, que contempla una tregua de 60 días, la liberación de rehenes y un aumento sustancial de la ayuda humanitaria. Sin embargo, el acuerdo se he enfrentado una vez más a la fuerte resistencia de los ministros de extrema derecha del gobierno israelí, al tiempo que los bombardeos sobre la Franja continúan dejando decenas de muertos.

Según confirmó la Casa Blanca y medios israelíes, la propuesta fue aceptada por el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu como “base para negociar”. El plan incluye una primera fase de cese al fuego y liberación de rehenes israelíes a cambio de prisioneros palestinos, seguida por negociaciones hacia una solución más duradera, apenas una semana después de la tregua pactada por Israel e Irán.

“Mis representantes han mantenido hoy una larga y productiva reunión con los israelíes sobre Gaza. Israel ha aceptado las condiciones necesarias para finalizar el alto el fuego de 60 días, durante el cual trabajaremos con todas las partes para poner fin a la guerra”, señaló Trump en Truth Social tras una reunión en la Casa Blanca entre altos funcionarios estadounidenses y el ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, el principal aliado del primer ministro Benjamin Netanyahu.

La posición, no obstante, es similar a la que enfrentó su predecesor, el presidente estadounidense Joe Biden, y su actual enviado a Oriente Medio, Steve Witkoff. Hamás exige un acuerdo que incluya garantías sobre el fin permanente de las hostilidades y la garantía de que Israel no reanudará los combates tras el fin de la tregua temporal. El movimiento islamista Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, ha asegurado estar “considerando” la propuesta. Fuentes del grupo consultadas por El Independiente no han respondido a la decisión que adoptarán finalmente.

Amenaza de hacer descarrilar el plan

Mientras tanto, la situación sobre el terreno continúa deteriorándose. En los últimos tres días, intensos bombardeos israelíes en Ciudad de Gaza, Jan Younis y Rafah han provocado han matado a al menos 170 personas, según el Ministerio de Salud en Gaza y. Hospitales colapsados y edificios residenciales destruidos agravan la crisis humanitaria, que ya ha dejado más de 56.000 muertos desde octubre de 2023.

A nivel político, la propuesta de alto el fuego ha desatado una tormenta en el gobierno de coalición israelí. Ministros clave del ala ultraderechista, como Itamar Ben-Gvir (Seguridad Nacional) y Bezalel Smotrich (Finanzas), han rechazado públicamente el acuerdo. Ben-Gvir instó a continuar la operación militar hasta la “aniquilación total” de Hamas y ha amenazado con abandonar la coalición si Netanyahu lo implementa. Smotrich calificó la propuesta de “peligrosa” y “una rendición ante el terrorismo”.

En contraste, sectores más moderados del gabinete ven la tregua como una oportunidad para liberar a los rehenes israelíes aún en manos de Hamás y aliviar la presión internacional. Netanyahu, presionado tanto por los familiares de los rehenes como por Estados Unidos, se ha limitado a decir que “cualquier acuerdo será implementado solo si permite alcanzar los objetivos de guerra”.

Analistas políticos advierten que el frágil equilibrio entre los intereses estratégicos y las tensiones internas podría provocar una crisis política en Israel si el acuerdo avanza. Por su parte, la población palestina en Gaza sigue atrapada entre los ataques aéreos y la incertidumbre, sin señales claras de un alto al fuego efectivo en el horizonte inmediato.