Nepal atraviesa una de sus crisis sociales más violentas en las últimas décadas. Tras la decisión del gobierno nepalí de prohibir el acceso a 26 redes sociales, miles de jóvenes han comenzado protestas multitudinarias que han dejado al menos 30 muertos y y cerca de 400 heridos.

PUBLICIDAD

Las protestas comenzaron en la ciudad de Katmandú, donde los manifestantes lograron romper los cercos de seguridad y avanzar hasta zonas restringidas en las inmediaciones del Parlamento. La policía respondió con gases lacrimógenos y disparos, lo que intensificó los enfrentamientos.

En pocas horas, la protesta había derivado en disturbios generalizados, y los jóvenes habían incendiado varios edificios públicos, incluido el Parlamento y el complejo gubernamental de Singha Durbar, el más grande de Asia . También se han registrado daños en sedes de partidos políticos, juzgados y medios de comunicación.

Las figuras políticas del país se han visto atacadas de manera violenta. El ministro de Finanzas, Bishnu Prasad Paudel, ha sido agredido por un grupo de manifestantes y arrojado a un río. Paralelamente, la esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal ha muerto este martes en el incendio de su vivienda en Katmandú, después de que la multitud prendiera fuego a la casa.

La violencia no se ha limitado a la capital. En otras ciudades de Nepal, las protestas han incluido saqueos, ataques a sedes gubernamentales y daños a infraestructuras. En algunos centros penitenciarios se han registrado fugas de reclusos después de que las instalaciones fueran asaltadas, lo que ha llevado a la policía y al Ejército a intensificar la seguridad en varios distritos.

Ante este escenario, el primer ministro K.P. Sharma Oli ha presentado su dimisión y el Ejército ha asumido el control de la capital bajo toque de queda hasta este jueves. Pese a que el Gobierno ha levantado la censura digital, las manifestaciones no se han interrumpido. Los jóvenes continúan movilizados y reclaman cambios políticos de mayor alcance.

PUBLICIDAD