España ha secundado a última hora de este martes la posición de Italia, que había advertido previamente que la fragata Alpino no accederá a la zona de exclusión decretada por Israel y, por tanto, no socorrerá a la Global Sumud Flotilla, que se encuentra ya a 175 millas náuticas de Gaza —unos 324 kilómetros— y se prepara para entrar durante la noche en la zona considerada de “alto riesgo”, en mitad de las advertencias de Israel de que procederá a su asalto y al hundimiento de algunos de los barcos que la componen.
"No podrá entrar en la zona de exclusión"
El Gobierno español envió el pasado viernes desde Cartagena el buque de acción marítima Furor. Moncloa señaló a última hora del martes que había comunicado a los integrantes de la flotilla -entre los que se encuentran la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau o la activista ambiental Greta Thunberg "que el buque de salvamento marítimo ya se encuentra en un radio operativo para realizar operaciones de rescate si fuesen necesarias".
Sin embargo, el Gobierno precisó que "el buque no podrá entrar en la zona de exclusión establecida por el ejército israelí ya que hacerlo pondría en riesgo la integridad física de su tripulación y de la propia flotilla". "El Gobierno recomienda encarecidamente a la flotilla que, en las actuales circunstancias, no se adentre en la zona de exclusión, porque hacerlo pondría en riesgo severo su propia seguridad. La misión de la flotilla es encomiable y legítima, pero las vidas de sus integrantes tiene que estar por encima", agregó el escueto comunciado.
Horas antes, las autoridades italianas anunciaron que emitirán una última llamada, y por lo tanto la última oportunidad para embarcar a los integrantes que quieran dejar la misión, la noche del 1 de octubre, alrededor de la 01.00 horas de la madrugada, cuando el buque se encuentre a menos de 150 millas náuticas de la costa de Gaza.
Decisión similar de Italia
La posición de Italia ha generado malestar entre los activistas. El Gobierno de Roma envió la fragata Alpino para prestar asistencia en caso de necesidad, pero ya ha anunciado que no la acompañará más allá de las 150 millas de la costa de Gaza. “Nos van a dejar solos en el momento más difícil, cuando estemos más amenazados”, lamentó por teléfono a Efe la ex caldesa de Barcelona, Ada Colau, una de las integrantes de la flotilla. La organización fue más allá, calificando la decisión italiana de “sabotaje” y de intento de “desmoralizar y fracturar una misión humanitaria pacífica que los gobiernos no han asumido, pese a que es su silencio y complicidad lo que nos ha llevado hasta aquí”.
Según adelantó la radio pública israelí Kan, la Marina israelí se dispone a interceptar a los barcos en las próximas 24 horas, con planes que incluyen el hundimiento de algunas embarcaciones debido a su elevado número, además de la detención, interrogatorio y posterior deportación de los activistas. La misión, compuesta por más de 500 personas a bordo de más de cuarenta barcos, ha reclamado un “paso seguro” hacia la franja y advierte de que “cualquier ataque contra la flotilla es un ataque a Palestina”.
El ministro de Exteriores de Israel, Gideon Saar, acusó este martes a la Flotilla Global Sumud, que se aproxima a la Franja de Gaza, de "orquestar provocaciones" en lugar de buscar el fin de la ofensiva que el Ejército israelí mantiene en el enclave.
"Estados Unidos, Israel y los líderes de Oriente Medio y de todo el mundo están tratando de poner fin a la guerra. El objetivo debe ser reducir la tensión, no orquestar provocaciones, como la flotilla de Hamás-Sumud", escribió el político en la red social X.
Saar llamó a la iniciativa, nacida en 2010 con el objetivo romper por mar el bloqueo que Israel mantiene sobre Gaza desde 2007, a detener su travesía y en su lugar enviar la ayuda humanitaria que carga a la Franja desde el puerto israelí de Askelón, un puerto de Chipre o "cualquier otro en la región".
Una travesía de obstáculos
La travesía no ha estado exenta de obstáculos. Desde su salida, con barcos procedentes de España, Túnez, Italia y Grecia, la flotilla denunció ataques con drones durante su escala en puertos tunecinos, además de explosiones e interferencias en las comunicaciones en alta mar. Pese a ello, sus organizadores mantienen firme la decisión de continuar. “Tenemos pleno conocimiento de los riesgos”, subrayaron, insistiendo en que “la marina italiana no descarrilará esta misión”.
La decisión sitúa a España en la misma línea que Italia: ambas naciones ofrecen respaldo humanitario y apoyo de emergencia, pero rechazan acompañar a los barcos hasta aguas próximas a Gaza. Esta postura, que los organizadores interpretan como una forma de presión y desmoralización, deja a la flotilla prácticamente sola ante la amenaza de una inminente interceptación israelí.
Entretanto, el barco Conscience, atacado con drones el pasado mayo en aguas de Malta, zarpó este martes desde el puerto italiano de Otranto rumbo a Gaza, con la intención de unirse a la expedición. Se integra así en la Flotilla de la Libertad, que desde 2008 ha impulsado más de una decena de misiones marítimas hacia el enclave palestino bajo bloqueo.
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