El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido declarado en "excelente estado de salud general" tras someterse este viernes a un nuevo examen médico en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, en Bethesda (Maryland). El informe difundido por la Casa Blanca subraya que el mandatario, de 79 años, presenta una edad cardiovascular catorce años inferior a la cronológica y que mantiene "un rendimiento físico, neurológico y pulmonar sobresaliente".

PUBLICIDAD

El parte, firmado por el médico presidencial Sean Barbabella, señala que la visita formó parte del "plan de mantenimiento preventivo" del presidente e incluyó "pruebas de laboratorio avanzadas, estudios de imagen y evaluaciones de salud preventiva". Trump recibió además la vacuna contra la gripe y una dosis de refuerzo frente a la covid-19 antes de su inminente viaje a Oriente Medio, donde ejercerá como mediador en la implementación del acuerdo de paz entre Israel y Hamás.

La Casa Blanca había anunciado la visita como un "chequeo rutinario anual", aunque el propio Trump la describió ante la prensa como un "examen semestral". El mandatario ya se sometió a una revisión completa en abril y a un reconocimiento adicional en julio, cuando fue diagnosticado con insuficiencia venosa crónica, una afección común entre personas mayores que provoca hinchazón en las piernas.

"Buen corazón y una muy buena alma"

El nuevo informe médico asegura que el presidente "mantiene una agenda diaria exigente sin restricciones" y que su estado físico le permite realizar "viajes internacionales prolongados". La evaluación no actualiza parámetros como el peso, la tensión arterial o el índice de masa corporal, incluidos en el informe de abril, en el que se indicaba que Trump pesaba 224 libras (algo más de 101 kilos) y había perdido nueve desde 2020.

En los últimos meses, la salud del presidente ha sido objeto de especulación, alimentada por fotografías que mostraban hematomas en una mano y por rumores difundidos en redes sociales durante un breve periodo de ausencia pública. Barbabella explicó entonces que las marcas eran "una irritación leve derivada de los frecuentes apretones de manos y del uso de aspirina como prevención cardiovascular".

Trump, el presidente de mayor edad elegido en la historia del país, ha utilizado con frecuencia su estado físico como argumento político y ha cuestionado el de sus adversarios. En declaraciones tras su anterior examen médico, resumió con su habitual estilo el dictamen profesional: "Buen corazón, buena alma, una muy buena alma".

La Casa Blanca no ha precisado si se publicará un informe completo con los resultados detallados de la evaluación. Por ahora, el mensaje oficial repite el diagnóstico de confianza que acompaña a Trump desde su regreso al poder: "Excelente salud y aptitud total para ejercer el cargo".

PUBLICIDAD