En el Día de la Resistencia Indígena, versión bolivariana del Día de la Hispanidad, Nicolás Maduro, coronado con plumas y armado con un arco y una flecha, llamó a "ganar la paz" frente a Estados Unidos, seguro de que Venezuela recibiría ayuda de "brigadas indígenas" en caso de ataque de la primera potencia global. Unos días más tarde pedía al pueblo de EEUU que escuchara su mensaje, en un inglés macarrónico: "Not war, yes peace on the people United States". Y añadió "de parte de the people bolivarian republic". El líder chavista sabe que Donald Trump ha pasado a la ofensiva con su régimen: el presidente de Estados Unidos ha puesto a Nicolás Maduro en su punto de mira. Para evitar su caída Maduro está dispuesto a todo.

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En las bambalinas del poder en Caracas reina el nerviosismo. Saben que los estadounidenses tienen localizados sus escondites. A la vez la vigilancia de los cubanos, que controlan la seguridad de Maduro, es implacable. Nadie se fía de nadie. Sobre todo están bajo la lupa los movimientos de los militares venezolanos, los que podrán provocar la caída de Maduro y sus acólitos. El despliegue militar de EEUU en el Caribe, el mayor desde la invasión de Panamá, tenía como objetivo inicial las narcolanchas pero también hacer evidente la amenaza. A Trump le gusta ejercer el poder mostrando sus cartas. 

La prioridad ahora es forzar la salida de las principales figuras del Gobierno venezolano, preferiblemente mediante la dimisión o un traspaso de poderes acordado, pero con la clara amenaza de que, si Maduro y su círculo más cercano se aferran al poder, los estadounidenses podrían utilizar la fuerza militar selectiva para capturarlos o matarlos.

Trump seguirá escalando sus amenazas y eso podría implicar la posibilidad de ataques de precisión dentro de Venezuela"

JOHN POLGA-HECIMOVICH, US NAVAL ACADEMY

Escalada de provocaciones

"Trump quiere la salida de Nicolás Maduro. Su estrategia para lograr ese objetivo no es clara. Hasta ahora ha realizado una escalada de provocaciones para forzar bien un quiebre en el círculo interno del madurismo, bien deserciones del alto mando militar o que Maduro actúe de forma imprudente", explica John Polga-Hecimovich, profesor de Ciencia Política en la US Naval Academy y autor del libro Authoritarian Consolidation in Times of Crisis. Venezuela under Nicolás Maduro. "Creo que Trump seguirá escalando sus amenazas y eso podría implicar la posibilidad de ataques de precisión dentro de Venezuela. Hasta ahora han sido ataques marítimos pero  veo que hay una posibilidad real de ataques dentro de Venezuela. Antes consideraba imposible una invasión, ahora muy poco probable". 

Trump, guiado por su secretario de Estado, Marco Rubio, busca demostrar una superioridad militar abrumadora y lograr su objetivo sin tener que enviar tropas. Rubio es de origen cubano y es quien defiende la mano dura con los chavistas. Pete Hegseth, secretario de Defensa, que ha cambiado el nombre del Departamento y ahora es Departamento de la Guerra, es muy partidario de cualquier operación que implique que EEUU muestra su poderío militar. El almirante Alvin Holsey, responsable del Comando Sur, deja su cargo probablemente por su desacuerdo con el despliegue en el Caribe y su sucesor se atendrá a los deseos de Hegseth.  

Como parte de la presión psicológica, ha reconocido que ha autorizado operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela. ¿Con qué fin se anuncia una operación encubierta, es decir, secreta? Principalmente siembra el terror en el enemigo. ¿Quién me va a traicionar ahora? A su vez, esta semana bombarderos B-52 sobrevolaron la costa venezolana. También se vieron imágenes de un entrenamiento en el Caribe de comandos estadounidenses con helicópteros Black Hawk.

El plan sería derrocar a Maduro y los otros 14 que EEUU persigue por narcoterrorismo"

HÉCTOR SCHAMIS, GEORGETOWN

Maduro lo ofrece todo

A la vez desde el régimen chavista combinan la difusión de imágenes de Diosdado Cabello en pie de guerra, machete en mano, y el anuncio de ejercicios militares, con los globos sonda sobre supuestas ofertas a la Administración de EEUU de personas del régimen como los hermanos Rodríguez. O sobre la disponibilidad de Maduro a ceder todo lo que quiera Trump en cuanto a recursos a cambio de "la paz". De dejar en paz a Maduro en suma, que se anda con pies de plomo para no enfadar a Trump, a quien no hace objeto de su ira explícitamente. El viernes, Trump respondió a un periodista, antes de almorzar con el presidente ucraniano, que efectivamente Maduro "ofrecería todo porque no quiere que le jodan los Estados Unidos".

Asignatura pendiente del primer mandato

Como señala Anna Ayuso, investigadora senior especializada en América Latina en el Cidob, "Venezuela es una asignatura pendiente del primer mandato de Trump, cuando hicieron la Operación Guaidó. Esta segunda etapa es revanchista y ha cambiado la manera de enfocarlo. Entonces se intentaba un cambio interno ahora se persigue el objetivo a través de amenazas. La incógnita es saber hasta dónde va a llegar Trump". Ayuso añade que en términos de política interna Trump puede buscar contentar la comunidad latina de Florida, tras su decepción por el trato a los inmigrantes. 

"Hay también intereses económicos. Maduro lo que ha intentado es vender la idea de que ellos podían garantizar la estabilidad de los negocios. Es lo que hizo con Biden. Se priorizaba el acceso al petróleo a la confrontación. Hay una confluencia bipartidista con respecto al régimen. Los dos partidos han aplicado sanciones a Maduro. Lo que cambia es la narrativa y los medios", añade Ayuso. 

La táctica de las intimidaciones

Ahora Trump parece inclinarse por la conclusión de que no hay otra forma de resolver el problema venezolano que haciendo que Maduro desaparezca de la ecuación, así como una serie de colaboradores clave. A Maduro lo considera el líder de una banda de narcotraficantes, y por ello ofrece por él 50 millones de dólares. "El plan sería derrocar a Maduro y los otros 14 que EEUU persigue por narcoterrorismo. Lo que hay en Venezuela no es un régimen político sino que es una organización criminal que controla el Estado venezolano, lo que ha afectado la paz y la seguridad de las Américas", afirma Héctor Schamis, analista internacional y profesor en la Universidad Georgetown

Schamis también cree que lo único claro es que Trump considera que el tiempo de Maduro se ha terminado. "Trump es impulsivo. No se sabe si hay un plazo para que se vaya Maduro. En Oriente Medio logró el alto el fuego con intimidaciones a unos y otros. Ahora  lo único que dice es que Maduro tiene las horas contadas. Van aumentando la presión día tras día", apunta. Y añade que "las Fuerzas Armadas venezolanas no tienen capacidad de resistencia. Solo se han preparado para reprimir a los venezolanos, nunca para resguardar fronteras".

Sin embargo, no parece que Trump esté preparando una invasión a gran escala de Venezuela. "En la región, no ha movilizado ni siquiera una tercera parte de las fuerzas que llevaron a cabo una operación similar en Panamá en 1989. Y eso que Panamá es un país varias veces más pequeño que Venezuela", subraya John Polga-Hecimovich.

La geopolítica entra en juego

Como Trump es transaccional, tampoco se puede descartar que en un momento dado haga cálculos y prefiera sacar partido del acceso a los recursos de Venezuela, un país rico en petróleo, oro y coltán. Lo que sí persigue la Administración Trump es reducir la presencia de China en América Latina. Ya lo está consiguiendo en Argentina gracias a Javier Milei. Venezuela es en realidad una extensión de Cuba, que domina todo el apartado de represión sobre todo del sector militar. Con Rusia mantiene acuerdos de cooperación, recientemente renovados.

Venezuela, con sus reservas de petróleo, pero también de oro y diamantes, es un bocado apetecible no solo para Estados Unidos, sino también para China. Su regreso a los mercados internacionales del petróleo provocaría un nuevo desplome de los combustibles y el colapso de la economía rusa.

Al ver que el compromiso es imposible, Maduro ha comenzado a movilizar sus fuerzas. Ha anunciado que puede contar con "millones" de seguidores. No se trata solo del ejército profesional, sino también de las "milicias populares". Sin embargo, en caso de intervención estadounidense, el régimen solo podrá movilizar fuerzas mucho más reducidas. También se sabe que el ejército, que hasta ahora solo se ha enfrentado a civiles indefensos, podría resultar poco eficaz frente a las fuerzas armadas estadounidenses. Dispone de armamento obsoleto y vehículos a menudo averiados, para los que no hay piezas de repuesto. 

El Nobel a la 'bestia negra' del chavismo

No está claro si el objetivo de Trump sería entregar el poder a la recién galardonada con el Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado, y a Edmundo González, su candidato, quien ganó las presidenciales de julio de 2024. María Corina Machado logró sortear todos los obstáculos del régimen y su movimiento fue capaz de un hito histórico: demostrar el fraude cometido por Maduro al divulgar las actas electorales, a lo que se negó el chavismo. El Nobel a María Corina Machado ha sido una bofetada al chavismo y todos los que lo sostienen en el mundo.

"El Nobel da un manto de legitimidad internacional eterno y la reconoce como la constructora de todo", apunta Schamis, quien sostiene que si terminar con el régimen no será fácil, la tarea más ardua comenzará después. "Venezuela es un país difícil de gobernar. Han destrozado la economía, la sanidad, la educación... Y la sociedad está fragmentada".

Hay un grave riesgo de que la destitución de Maduro derive en caos, violencia e incluso en una guerra civil. En las calles de Venezuela este duelo entre Trump y Maduro se vive con temor y expectación. Ni se puede felicitar a María Corina Machado por el Nobel en público sin exponerse a caer preso. La creatividad se ha hecho patente en una decena de universidades donde se han desplegado pancartas donde puede leerse: "Está pasando. Libertad. Descargado un 95%.

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