El caso de Pablo González (Pavel Rubtsov, según su documentació rusa) llega a la fase procesal este martes 25 de noviembre, pero de momento sigue envuelto en el misterio. La audiencia finalmente no será pública, según ha decidido el Tribunal de Distrito de Varsovia, donde tendría que comparecer el ciudadano hispano-ruso, acusado de espionaje en favor de Rusia y en detrimento de los intereses de Polonia. El acusado, que vive en Moscú tras ser objeto de un intercambio entre Occidente y Rusia, no se presentará, según ha confirmado a El Independiente su abogado español, Gonzalo Boye.

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El Tribunal ha cerrado la audiencia al público porque considera que al ser un caso de espionaje en la sala va a tratarse sobre cuestiones relacionadas con información obtenida de la Agencia de Seguridad Interna, el Servicio de Contrainteligencia Militar, la Cancillería del primer ministro, los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa Nacional, y la Guardia de Fronteras.

El caso de Pavel Rubtsov fue devuelto al Tribunal de Distrito de Varsovia después de que el Tribunal de Apelación revocara la sentencia que suspendía el proceso penal contra el espía ruso. El Tribunal de Apelación consideró que la decisión se dictó de forma prematura porque el tribunal de primera instancia no obtuvo información sobre la posibilidad de su regreso a Polonia para comparecer ante el Tribunal de Distrito.

El acusado habría de comparecer en la primera sesión para que pueda escuchar los cargos y declararse culpable o no culpable. Está en su derecho de explicarse o no declarar, pero según el artículo 374 del Código Penal de Polonia al menos ha de comparecer en esta primera ocasión. "Si quiere que reconozcan que no es culpable, debería venir. Así tendría la oportunidad de demostrar su inocencia", afirma la portavoz del Tribunal de Distrito de Varsovia, Anna Ptaszek. Estará representado por sus abogados polacos, no por Boye. El fiscal ha presentado la documentación del caso en 62 carpetas de 400 páginas cada una. El juez es Paweł du Château

Recibido en Moscú por Putin

González abandonó la custodia polaca en agosto de 2024 como parte de un intercambio de prisioneros entre Rusia y Estados Unidos y viajó a Moscú, donde fue recibido por Vladímir Putin. En virtud de ese acuerdo fueron liberados los activistas Ilia Yashin y Vladimir Kará-Murzá, entre otros. Alemania tuvo que entregar a Putin a Vádim Krasikov, que había sido condenado a cadena perpetua por asesinar en Berlín a un opositor georgiano.

Todos los agentes liberados, incluido Pablo González, fueron recibidos por Putin en agosto de 2024. "Quiero darles las gracias por su lealtad al juramento, su deber con la patria que ni un minuto se olvidó de ustedes", les dijo Putin al darles la bienvenida.

Pablo González, que se presenta como periodista de investigación, enviaba información sobre opositores rusos en el exilio a sus superiores en Moscú a cambio de dinero, según se reveló gracias a las denuncias de algunos de ellos, como Zhanna Nemtsova, hija del disidente ruso Boris Nemtsov, asesinado en febrero de 2015 cerca del Kremlin.

Las condiciones del acuerdo secreto

La decisión del tribunal de reabrir el proceso se tomó en agosto pasado tras revisar material clasificado proporcionado por los servicios de inteligencia y la Cancillería del primer ministro. El tribunal tenía dudas sobre la posibilidad de proceder con el juicio de González/Rubtsov porque había salido en virtud de un acuerdo secreto, avalado por la Administración Biden al que se sumaron varios países occidentales, entre ellos Alemania y Polonia.

El juez Paweł du Château solicitó aclaraciones a la Cancillería del Primer Ministro y a otras instituciones sobre la situación del acusado y las condiciones de su salida del país. Tras recibir las respuestas, el tribunal dictaminó que procedía a convocar el juicio, si bien los datos concretos referidos a los requisitos para viajar a Polonia no se han dado a conocer porque es información clasificada. Según la portavoz del tribunal, se ha enviado la citación a todas las direcciones conocidas del acusado.

Según informaciones de varios medios polacos, el acuerdo secreto bajo el cual González salió de Polonia, tras pasar dos años y cinco meses en una prisión polaca a la espera de juicio, no incluían la prohibición de regresar al país. Su abogado español Gonzalo Boye considera que no se trata de un juicio sino que este martes hay una audiencia en la que el juez decidirá qué pasos sigue a partir de ahora el proceso. Muy activo en redes sociales desde hace unos meses, ha comentado estos días acontecimientos de actualidad como la propuesta de 28 puntos de Trump y Putin sobre Ucrania pero no ha mencionado el proceso.

Opciones del juez

Si se confirma que realmente no hay razón en ese acuerdo secreto que justifique su ausencia, el juez puede convocar al acusado en una nueva fecha, o suspender el procedimiento.

Otra opción sería ordenar su prisión preventiva por un tiempo determinado, lo que permitiría la emisión de una orden de arresto internacional. Si el ciudadano hispano-ruso compareciera en cualquiera de los casi 200 países que cooperan con Interpol, podría ser detenido. En la práctica, este paso permite su persecución en todo el mundo. Impediría que regresara a España, donde viven sus tres hijos. Otra opción sería la orden europea de arresto para impedir que vaya a España por ser un ciudadano de doble nacionalidad, española y rusa.

Según la Fiscalía, Rubtsov/González, "desde abril de 2016 hasta febrero de 2022, en Przemyśl, Varsovia y otros lugares, participó en inteligencia extranjera (inteligencia militar rusa) y le proporcionó información que, de haber sido compartida, podría haber perjudicado a la República de Polonia, incluso como Estado miembro de la OTAN". De acuerdo con la Fiscalía, González/Rubtsov "obtuvo y transmitió información, difundió desinformación y realizó reconocimiento operativo". El acusado se enfrenta a una pena de prisión de ocho años a cadena perpetua.

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