Berlín está siendo el escenario de una serie de conversaciones contrarreloj sobre la paz en Ucrania. El canciller federal alemán ha asumido la responsabilidad de apadrinar al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, junto con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Juntos forman una entente para frenar las ansias por una capitulación de los enviados de Trump, Steve Witkoff y Jared Kushner. A ellos se han sumado otros líderes europeos, pero no Pedro Sánchez. Han asegurado que hay avances, pero que "nada está acordado hasta que está todo acordado".

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En la declaración dada a conocer en la noche del lunes en Berlín, los líderes europeos
sostienen que "una fuerza multinacional liderada por Europa en Ucrania" participaría en "la regeneración de las fuerzas ucranianas, la seguridad del espacio aéreo ucraniano y el apoyo a la seguridad marítima". Operaría dentro de Ucrania.

A su vez, sobre las garantías de seguridad señalan que habrá un "mecanismo de supervisión y verificación del alto el fuego liderado por Estados Unidos con participación internacional" para "proporcionar una alerta temprana de cualquier ataque futuro" y poder atribuir cualquier incumplimiento para calmar la situación.

Lo que es crucial para Ucrania es que también piden "un compromiso jurídicamente vinculante" para "tomar medidas para restablecer la paz y la seguridad en caso de un futuro ataque armado", mediante el uso de las fuerzas armadas y acciones de inteligencia, logísticas, económicas y diplomáticas. Serían las garantías similares al artículo 5 que mencionó el presidente Zelenski en la rueda de prensa con el canciller Merz.

En la rueda de prensa previa en la cancillería, Merz ha subrayado que sin Trump no se habría avanzado como se ha hecho en estos días en Berlín. "Tenemos una oportunidad real de alcanzar la paz" por primera vez desde que empezó la invasión de Ucrania, ha destacado el canciller alemán. "Conocemos el precio de la guerra y conocemos el precio de la paz".

El canciller alemán ha propuesto al líder ruso, Vladimir Putin, que declare un alto el fuego por Navidad. "Quizá el Gobierno ruso aún tenga algún resquicio de humanidad y permita que la gente tenga paz por unos días. Esto podría ser el principio de la paz".

Merz ha recordado que se trata de lograr una paz que respete la soberanía de Ucrania. Y sobre la cuestión del territorio ha dejado claro que "es algo que solo los ucranianos pueden decidir porque son los que se han jugado la vida estos cuatro años". El canciller alemán ha dicho que EEUU parece dispuesto a ofrecer unas garantías notables pero sigue pendiente la cuestión de los territorios. En este sentido, Zelenski ha señalado que las garantías de seguridad van ligadas a la cuestión territorial. Es ahora el gran escollo: hasta dónde pueden ceder pero la línea roja son los territorios que no están bajo control ruso.

Una cumbre europea decisiva

Merz ha querido referirse también a la crucial decisión sobre los activos rusos congelados que ha de adoptarse en la cumbre de jueves y viernes. Si no se logra un acuerdo, a su juicio, la credibilidad de la UE quedará dañada "durante años o incluso durante décadas" porque le mostrará al mundo que los europeos no pudieron estar unidos en momentos decisivos. "Considero que es una cuestión clave para la capacidad de acción de la UE. Y tenemos que resolverla ahora y tenemos que resolverla de manera que todos los Estados europeos asuman el mismo riesgo", ha destacado.

Zelenski ha reconocido que trabajan contra reloj. Trump se muestra cada vez más impaciente por poner fin a cuatro años de lucha, lo que en un principio pretendía lograr para el Día de Acción de Gracias, a finales de noviembre. Zelenski ha dicho que el líder estadounidense se ha fijado la Navidad como fecha límite para llegar a un "acuerdo total" sobre un plan de paz.

Steve Witkoff afirmó en una publicación en las redes sociales que se habían logrado "muchos avances" después de que él y Kushner se reunieran con Zelenski durante cinco horas y media en la cancillería de Merz el domingo. No dio detalles. Este lunes los estadounidenses han explicado que creen que el 90% del trabajo está hecho.

El control del Donbás y las garantías de seguridad

La búsqueda de condiciones viables para poner fin a la guerra se ha topado con importantes obstáculos, sobre todo la disputa por el control de la región oriental de Donbás, en Ucrania, ocupada en su mayor parte por las fuerzas rusas. Putin pretende conseguir gracias a Trump lo que no ha logrado en el campo de batalla. Para Zelenski "la opción más justa posible" sería congelar el frente.

El domingo, Zelenski se mostró dispuesto a renunciar a la candidatura de su país para entrar en la OTAN si Estados Unidos y otras naciones occidentales ofrecían a Kiev garantías de seguridad legalmente vinculantes similares a las que se ofrecen a los miembros de la alianza.

"Hoy en día, las garantías de seguridad bilaterales entre Ucrania y Estados Unidos, las garantías similares al artículo 5 que nos ofrece Estados Unidos y las garantías de seguridad de nuestros colegas europeos, así como de otros países son una oportunidad para evitar otra invasión rusa", dijo Zelenski, en una conversación con periodistas.

Putin nunca aceptará que Ucrania esté protegida por los aliados con o sin OTAN. Sí que parece que puede estar dispuesto a aceptar su ingreso en la Unión Europea. ¿Por qué debería tener Putin algo que decir al respecto? Es presuponer que Ucrania no es soberana.

Vladimir Putin ha descrito el impulso de Ucrania para unirse a la OTAN como una gran amenaza para la seguridad de Moscú y una razón para lanzar la invasión a gran escala en febrero de 2022. Es su narrativa: no somos los agresores sino las víctimas. Difícilmente se sostiene cuando no había tropas en territorio ruso sino tropas rusas en Ucrania.

Los líderes europeos son más conscientes que nunca de que en Ucrania y en las negociaciones de paz está en juego también la seguridad de sus países. Zelenski tiene previsto reunirse más tarde con otros diez líderes europeos, los más comprometidos con la defensa de Ucrania, junto a los presidentes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo, y el secretario general de la OTAN. Con la significativa ausencia del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

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