El proceso electoral en Estados Unidos empezará a rodar este mismo viernes. Aunque el día de las elecciones presidenciales y legislativas es el 5 de noviembre, este viernes Carolina del Norte empezará a enviar las papeletas a quienes han solicitado votar por correo, y dentro de diez días los ciudadanos de Pensilvania podrán empezar a votar (16 de septiembre). Un día después lo harán en Misuri, seguidos de Minnesota, Dakota del Sur y Virginia (20 de septiembre).
Quienes primero podrán acudir a las urnas en persona serán los ciudadanos de Dakota del Sur, el de 20 septiembre, 46 días antes de la fecha oficial y siempre y cuando justifiquen que no podrán hacerlo entonces.
La disparidad de fechas refleja lo complejo del sistema electoral de un país con 333 millones de habitantes y más de nueve millones de kilómetros cuadrados. Oficialmente la campaña electoral no ha comenzado aún, quedan 61 días para los comicios, aunque realmente en Estados Unidos las campañas arrancan muchos meses antes de la fecha oficial desde hace años. En esta ocasión, se hace más palpable porque el proceso electoral arrancará antes de que haya tenido lugar ninguno de los debates previstos entre los dos candidatos que ahora se presentan a presidentes.
El cambio del Partido Demócrata, que en julio dejó atrás a Joe Biden después de intensas presiones internas para nominar a la vicepresidenta Kamala Harris hará que el primer debate entre los nuevos candidatos no sea hasta el próximo martes 10. Unas semanas después tendrá lugar el de los candidatos a vicepresidentes, el 1 de octubre. Así, algunos pensilvanos tendrán menos de 10 días desde el cara a cara para decidir a quién votarán -y este es uno de los estados clave que decantarán los comicios, a día de hoy muy ajustados-.
Registrarse para votar
Pero antes de eso deberán registrarse para votar. Esa es otra particularidad del sistema electoral estadounidense, que obliga a los candidatos a repetir el lema REGISTER TO VOTE incluso por encima de las apelaciones al voto a su partido. Al contrario que en España, donde todos los electores reciben automáticamente su tarjeta censal en su domicilio, los estadounidenses tienen que inscribirse para votar antes de todas y cada una de las elecciones. Y esto complica que muchos voten. En 2020, solo el 72% de los electores se registró para votar.
Es un proceso que puede ser más o menos complicado dependiendo del estado. Como norma general, para conseguir derecho al voto es obligatorio ser ciudadano estadounidense, vivir en el lugar en el que se está registrado, tener 18 años y no estar cumpliendo una sentencia judicial por un delito. Pero más allá de eso hay que seguir un proceso que incluye asegurarse de poder votar, buscar y llevar a cabo con éxito el registro, subsanar a tiempo los posibles errores y emitir el voto en el plazo correcto. Hay que realizar estos pasos alrededor de un mes antes de las elecciones, aunque esa fecha depende del estado donde resida el votante, por lo que es importante estar atento a la información que emita cada administración.
Hay que apuntar que este noviembre los estadounidenses elegirán a su próximo presidente o presidenta -en cuyo caso sería la primera mujer en el cargo de la historia del país- pero también a sus representantes al Congreso, en concreto 435 de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 escaños del Senado, que se renueva a razón de un tercio cada elección. Otro punto a recordar es que las elecciones presidenciales tienen una importante particularidad: quien gana la mayoría de los miembros del Colegio Electoral de un estado, se lleva todos los votos de dicho territorio.
Es por eso que tanto Trump como Harris están insistiendo especialmente en los estados bisagra o swing states, aquellos que no tienden a votar al mismo partido cada cuatro años, porque de ellos dependerá que lleguen a la Casa Blanca. Este martes, Harris inició una gira en autobús por varios estados con los derechos reproductivos como protagonistas: comenzó en Palm Beach, continuará en Jacksonville, también en Florida, y desde ahí hará al menos 50 paradas en estados clave durante el otoño, según el programa adelantado. Trump, por su parte, no tiene agendado ningún acto hasta el próximo sábado, día en que celebrará un mitin en Mosinee (Wisconsin). El jueves, su aspirante a vicepresidente, el senador por Ohio JD Vance, hablará en Phoenix (Arizona).
Las encuestas siguen apretadas
A falta de dos meses para las elecciones, las encuestas siguen mostrando una carrera presidencial muy, muy ajustada. Según una de CNN publicada este miércoles, Harris está por delante en Wisconsin y Michigan, dos de los estados clave, pero solo por seis puntos, mientras que Trump ganaría en Arizona. Pero estos pronósticos no serían suficientes para que la demócrata se llevase los comicios, puesto que en Georgia, Nevada y Pensilvania las encuestas dan resultados muy igualados, y previsiblemente serán estos estados los que terminen desequilibrando la balanza.
Según la media de encuestas nacionales que realiza la web FiveThirtyEight, sería Harris quien ganaría la intención de voto con el 47% del total, frente al 44% del republicano. El próximo martes por la noche, madrugada en España, ambos se enfrentarán en su primer cara a cara televisivo y también fuera de los platós, porque no han coincidido hasta la fecha, ni durante esta campaña ni antes de ella.
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