Las protestas contra las redadas migratorias de Donald Trump que empezaron el pasado viernes en Los Ángeles se han extendido más allá de las fronteras de California y ahora son cientos las ciudades que han convocado manifestaciones en todo el país. La nueva oleada de indignación ha provocado que miles de personas salgan a la calle de costa a costa durante toda la semana, y ahora se están programando más protestas el sábado, coincidiendo con el desfile que el presidente ha organizado para conmemorar el 250 aniversario del Ejército y que coincide con su 79 cumpleaños.
Algunas de las ciudades en las que están teniendo lugar importantes protestas en solidaridad con Los Ángeles son San Antonio, Austin, Dallas y Houston (las cuatro, en Texas), San Francisco, Oakland, Santa Ana (en California), Nueva York, Chicago, Boston, Filadelfia, Atlanta, Denver, Seattle y Spokane (las dos últimas, en el estado de Washington) y la capital, Washington. Pero de cara a este fin de semana las convocatorias se han extendido a muchas otras, como Omaha (Nebraska) y un sinfín de otras ciudades pequeñas: por el momento, los medios estadounidense cuentan que la lista de lugares donde habrá manifestaciones el domingo ya alcanza las 2.000 ubicaciones.
En las protestas, ciudadanos americanos muestran su rechazo a las políticas migratorias del Gobierno, y, en concreto, a las redadas contra inmigrantes sin papeles que los agentes de la Administración Trump están llevando a cabo en todo tipo de lugares, como centros de trabajo, colegios y también iglesias, y su apoyo a la ciudad de Los Ángeles, donde arrancaron estas concentraciones que el Gobierno estadounidense ha decidido controlar con mano de hierro, enviando a 4.000 agentes de la Guardia Nacional -una fuerza especial del Ejército reservada para casos excepcionales como invasiones o rebeliones- y a 700 marines.
A lo largo de los últimos días, se han sucedido las protestas pacíficas y en las que no se han producido arrestos ni cargas, como en el caso de las concentraciones en Washington que pedían la liberación del líder sindical David Huerta -detenido en Los Ángeles-, pero en muchas otras las detenciones se han disparado. En Filadelfia, la policía arrestó el martes a 15 personas cuando un grupo de unas 150 se congregaba alrededor del Centro Federal de Detenciones y marchaba hacia el cuartel general del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés).
En Nueva York, la policía se llevó a 86 personas bajo custodia solo el martes, y el miércoles arrestó a otras personas, sin especificar el número. Las de Nueva York están siendo las protestas más numerosas hasta el momento, reuniendo a miles de personas en el Bajo Manhattan entre los tribunales federales y las oficinas de los agentes de inmigración. En Boston también han tenido lugar reuniones de cientos de personas a las afueras del Ayuntamiento, pidiendo asimismo la liberación de Huerta, que fue puesto en libertad el lunes bajo una fianza de 50.000 dólares.
David Huerta, presidente del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios-Trabajadores Unidos de Servicios del Oeste (SEIU-USWW), está acusado de conspirar para obstaculizar el trabajo de un agente, con lo que podría ser condenado a seis años de prisión, según ha comunicado la Fiscalía. El sindicalista se ha convertido en un símbolo de la lucha de los migrantes desde el pasado viernes, pero ya era una figura reconocida por su trabajo para facilitar la integración de los recién llegados y sus raíces mexicanas. En 2014, el Gobierno de Barack Obama reconoció su trabajo por promover una reforma migratoria justa.
En Omaha City (Nebraska), cientos de personas han protestado después de que los agentes de inmigración llevasen a cabo una redada en una planta de fabricación de carne y se llevasen a decenas de trabajadores en autobuses, en uno de esos casos que explica por qué el enfado y el rechazo a las redadas se está extendiendo por todo el país rápidamente, originando una oposición que no se había visto frente al resto de decisiones de Donald Trump, aunque muchas hayan sido polémicas, problemáticas o directamente ilegales.
Trump prometió llevar a cabo la mayor deportación de la historia del país con el objetivo de echar a criminales, traficantes de drogas, violadores y ladrones, pero los manifestantes de Los Ángeles y tantas otras ciudades le reprochan que está sembrando el terror entre ciudadanos que, si bien pueden no tener permiso de residencia en el país, estaban trabajando y no han sido acusados de ningún delito. Desde hace semanas, se han viralizado vídeos de redadas y detenciones por parte de los agentes de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE, por sus siglas en inglés) en todo tipo de supermercados, tiendas o lugares de trabajo como restaurantes, y eso ha provocado la reacción de muchos vecinos, que han decidido plantarse ante las redadas y obstaculizar el trabajo de los agentes.
Austin ha sido uno de los lugares donde esa oposición ha terminado en violencia, después de que la policía lanzase gas lacrimógeno y spray de pimienta para dispersar a los cientos de manifestantes que marchaban entre el Capitolio estatal y el edificio de las oficinas del ICE y después de que algunos arrojasen piedras a la policía. Hay más de una docena de personas arrestadas. En Denver, otras 18 personas han terminado detenidas cuando intentaron cruzar la autovía en el marco de otra protesta.
Justicia emite una alerta por “disturbios” para el fin de semana
La Administración Trump está preparando un macrodesfile militar que tendrá lugar este sábado en Washington, y frente al que se están convocando protestas. El motivo del desfile es el 250 aniversario del Ejército estadounidense, pero la fecha coincide con el 79 aniversario del presidente, Donald Trump. "Va a ser un desfile mejor y más grande que cualquiera que haya tenido este país", ha dicho el magnate en un vídeo que ha publicado en Truth Social esta semana. "Va a ser algo muy, muy especial".
"En lugar de permitirle que su desfile de cumpleaños sea el centro de gravedad, haremos que el ruido en todas partes sea lo que haga historia en Estados Unidos ese día", han escrito los organizadores, "que la gente se una en comunidades en todo el país para rechazar las políticas de un hombre y la corrupción". El lema de la protesta es No kings, es decir, No a los reyes, y el mismo grupo, una coalición de grupos progresistas, ya ha organizado otras protestas este año contra Trump. El presidente ha asegurado que los manifestantes se encontrarán con una oposición "muy fuerte".
El Departamento de Justicia ha enviado un aviso a los fiscales federales para que estén en alerta ante la posibilidad de “disturbios” y “obstrucción” en el marco de las protestas. La directiva se ha emitido este jueves a 93 oficinas de fiscales en todo el país y a la división criminal de todo el Departamento, buscando que se preparen para presentar cargos criminales, llevar a cabo registros en el caso de que aprecien “conductas criminales” en las manifestaciones. La fiscal general, Pam Bondi, ha prometido presentar cargos federales contra cualquiera que viole la ley en las protestas.
“A lo largo del país hemos visto casos de disturbios, saqueos, incendios provocados, destrucción de la propiedad, incendios provocados, destrucción de la propiedad, agresiones a agentes federales, estatales y locales y obstrucción de los esfuerzos federales en materia de inmigración”, ha señalado la directiva, insistiendo en que el Departamento tiene “tolerancia cero para cualquier tipo de comportamiento criminal”. “No dejaremos de hacer cumplir la ley y nada nos disuadirá de mantener seguros nuestros distritos”.
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