La semana pasada tuve ocasión de presenciar una conversación entre Yanis Varoufakis, ex ministro de finanzas de Grecia, y Peer Steinbrueck, ex ministro de finanzas de Alemania, en el terreno neutral de un hotel londinense. Éstas son mis impresiones después de escucharles, y mis conclusiones como inversor.

Presentaron dos paradigmas opuestos sobre cómo solucionar la situación económica europea. El modelo alemán propone realizar muchas reformas estructurales y reducir déficits, para atraer capital y nuevos proyectos empresariales que generen crecimiento y creen un ciclo positivo. Por el contrario, el modelo griego plantea aumentar el gasto público y que los países ricos realicen transferencias a los que tienen problemas de sostenibilidad de la deuda. Llegando incluso a quitas en algunos países, para que se produzca el ansiado crecimiento, que en un futuro permita reducir el déficit.

El griego es favorable a que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga sus medidas no convencionales de compra de activos; mientras que en Alemania, país de ahorradores, la población no está contenta con los tipos de interés negativos, ni con las compras que está realizando el BCE, ni hay apetito político alguno para realizar más transferencias a otros países, que consideran no están haciendo sus deberes.

Esta situación hace difícil aprovechar la oportunidad que nos está dando el BCE con su política actual para hacer las reformas necesarias, tanto a nivel de país como comunitario, que aseguren la continuidad del euro con la actual formación de países.

Ambos líderes coinciden en la necesidad de realizar numerosas reformas, y que las propuestas de los dos modelos podrían ayudar, pero en general no se están haciendo. Los países periféricos no quieren tomar medidas estructurales porque son muy duras en el corto plazo, y la capacidad política para implementarlas se ha reducido después de esta larga crisis. Los cambios a nivel comunitario, y las posibles transferencias de unos países a otros, no son populares en el Norte de Europa, donde piensan que no se puede ayudar más a países que no realizan las reformas necesarias.

Esto hace que ambos líderes sean poco optimistas sobre la continuidad del euro tal y como hoy lo conocemos. Mr. Vaorufakis, piensa que se producirá una situación muy negativa con una depreciación muy fuerte en los países salientes, con inflaciones altas y recesión. En los países que se mantengan, la apreciación del euro con el superávit por cuenta corriente de los países del centro y norte de Europa, producirá una caída fuerte de la actividad económica, con empresas cerrando y el paro en aumento.

La visión del alemán es más optimista, con un bloque reforzado de unos diez países con criterios y medidas estrictas. Los que no puedan formar parte de ese núcleo irían saliendo, con todo lo que implica para estos países y sus sistemas financieros. O bien tendrían que tomar medidas muy duras para alcanzar los criterios necesarios en un periodo transitorio relativamente corto.

Como inversor, mis conclusiones son que en los próximos meses tenemos que seguir de cerca las medidas que cada país y la Unión Europea tomen, para entender como avanzamos, ya que cuando el BCE deje de comprar activos, esa ventana de oportunidad para reformar se reduce, y si no se han hecho las tareas podemos encontrarnos con un periodo convulso en la zona Euro, donde algunos países podrían no continuar, lo que tendrá implicaciones para los mercados de renta fija y renta variable.  Sería una pena desaprovechar la situación actual porque, aunque los paradigmas sean distintos, con buena voluntad y haciendo parte de sus propuestas, se puede salir de esta situación. Si no vemos mejoras, los inversores tendremos que prepararnos para la posibilidad de un escenario negativo tanto económico como de mercados que ojalá seamos capaces de evitar. Estamos a tiempo.

 


 

Pablo González López es consejero delegado y fundador de Abaco Capital  SGIIC.

Tras una dilatada experiencia como director ejecutivo y gestor de fondos en Nueva York, Londres y Madrid en entidades financieras internacionales de primer nivel, en 2008 funda Abaco Capital, gestora de fondos independiente que sigue una filosofía de inversión value. González es ingeniero agrónomo y MBA por el IESE.