El inversor inteligente debe buscar con mucha perspicacia aquellos lugares en donde poder encontrar buenas oportunidades de inversión. El sentido común nos dice que allí donde todo el mundo ponga el foco (y el dinero) será más complicado encontrar compañías interesantes cotizando a un precio razonable. Las razones por las que las empresas pueden cotizar a valoraciones atractivas son muy variadas, pero hay una tremendamente obvia que apenas unos pocos inversores apuestan por explotar sistemáticamente: la inversión en compañías de pequeña y mediana capitalización (small & midcap).

La evidencia empírica es incuestionable: los índices de este tipo de compañías baten a los índices de las de mayor tamaño (aunque no existe un consenso podemos hablar de capitalizaciones de entre 150 y 1.500 millones de euros).

Los índices bursátiles de small caps baten a los compuestos por compañías de mayor tamaño

Entre 2009 y 2014, el índice Russell Top 50 (compuesto por las compañías de mayor capitalización) aumentó un 150%; el índice Russell Microcap se apreció un 220%. En Reino Unido y con un periodo mucho más amplio encontramos los mismos resultados: desde 1955, un índice de small caps ha ofrecido una rentabilidad anualizada del 15,8% comparado con un 12% de un índice con empresas de mayor capitalización. Ese aparentemente pequeño 3,8% es en realidad una diferencia absoluta de una rentabilidad 14 veces superior.

A la vista de estos datos, cabe preguntarse qué es lo que provoca que esta clase de empresas obtenga una rentabilidad superior a largo plazo. El primer factor que provoca este outperformance es el hecho de que una gran parte del mercado no se puede permitir invertir en ellas precisamente por su reducido tamaño. Cuando mucho dinero descarta una empresa, tenemos bastantes probabilidades de que su precio sea bastante razonable.

Es parecido a lo que sucede en sectores caídos en desgracia o en zonas geográficas que generan pánico en los inversores. Otro elemento importante, que va ligado al anterior, es la falta de cobertura por parte de los analistas de este tipo de compañías. Puesto que muchos inversores no pueden permitirse este nicho de mercado, las grandes casas de análisis descartan dedicar recursos a valorarlas ante la probable falta de interés del mercado. Nuevamente, otra oportunidad para aquéllos que sí se fijen en compañías pequeñas y medianas.

Las mayores empresas del mundo fueron en una fase previa empresas de pequeña capitalización

Un tercer factor que provoca estas ineficiencias es la preferencia por empresas más grandes bajo la falsa creencia de que un mayor tamaño es sinónimo de una ventaja competitiva y viceversa. Nada más lejos de la realidad, hay infinidad de pequeñas y medianas empresas que cuentan con fantásticos fosos defensivos o moats, como tanto le gusta decir a inversores como Warren Buffett y Pat Dorsey. También sucede lo contrario: muchas empresas con enormes capitalizaciones pueden ver sus modelos de negocio golpeados. Acuérdense de la cuota de mercado de la que gozaba Nokia en el año 2007 y de sus 150.000 millones de dólares de capitalización. Conclusión: ni un tamaño reducido es sinónimo de falta de un foso defensivo, ni un tamaño grande lo es de una ventaja competitiva indestructible.

Todos los inversores que por una u otra razón descartan la inversión en este universo se olvidan de una gran obviedad: las mayores empresas del mundo fueron en una fase previa empresas de pequeña capitalización. Warren Buffett se ha lamentado una y mil veces de no haber invertido en los años 70 en WalMart. De haberlo hecho, probablemente hoy las plusvalías serían superiores a las que acumula en Coca-Cola.

En Europa apenas hay 1.838 compañías con capitalizaciones entre los 50 millones y los 1.000 millones de euros. Además, es sabido que el mercado americano es más eficiente que el europeo por diferentes motivos. Como inversores haremos bien en preferir el mercado europeo al americano en igualdad de condiciones en términos de valoración. En este punto, si combinamos la inversión de compañías europeas con capitalizaciones pequeñas, es muy probable que nos encontremos sin mucho esfuerzo ante una fuente inagotable de oportunidades.


 

Pablo Martínez, responsable de relación con inversores de Amiral Gestion.