Si a mi hijo le doy a elegir entre pasar media hora con la tablet o media hora frente a la televisión, no lo duda, prefiere la tablet. Hagan la prueba, estoy segura de que el mío no es un bicho raro. Las nuevas tecnologías, el VOD (Video On Demand) y las nuevas plataformas de streaming han modificado sus hábitos de consumo televisivo y los niños hoy son una parte importante de ese nuevo pastel de ingresos. Nuestros hijos ya no tienen paciencia, no están acostumbrados a depender de una programación o de un horario para ver sus dibujos favoritos. Esto, que puede resultar un arma de doble filo, no es el futuro, es el día a día. Los tweenies del siglo XXI consumen más internet que televisión.

Según un estudio realizado por Ipsos para Youtube, en España dos de cada tres niños menores de cinco años tiene acceso a una tablet familiar. Los menores de siete años siguen consumiendo televisión pero, a partir de esa edad, internet es el centro de su interés, cada vez que entran en la red, ellos pinchan en Youtube para entretenerse. Los niños ya no sueñan con ser bomberos, policías o conductores de ambulancia, de mayor quieren ser YouTuber.

En España, dos de cada tres niños menores de cinco años tienen acceso a una tablet familiar

Los directivos de las cadenas se han visto obligados a seguir a los menores en su evolución. Primero fueron el ordenador y la consola; después, los móviles y tabletas y, ahora, la televisión conectada. De los programas infantiles de antaño, pasamos a canales de contenido infantil exclusivo; más tarde las tabletas provocaron el crecimiento de los canales de Youtube y, por último, con Netflix y HBO aterrizó la televisión a la carta.

En el siglo XXI la televisión ha perdido fuelle, el consumo televisivo infantil han menguado de manera inversamente proporcional al crecimiento de las nuevas tecnologías y la aparición de nuevos dispositivos. Este debería ser uno de los grandes temores de los medios de comunicación, su audiencia envejece.

Hasta hace poco los niños eran un público clave en el consumo televisivo. De hecho, eran los que más tiempo pasaban delante de la pantalla. Sus consumos llevaban de cabeza a psicólogos y psiquiatras que en la década de los años 90 se lanzaron a estudiar las consecuencias que podrían acarrear en sus inmaduros cerebros esa sobreexposición televisiva. ¿Quién no ha leído aquello de que la tele era la nueva niñera y que estaban desperdiciando, por no decir deformando, su cerebro frente a la caja tonta? En el capítulo IV de la Ley 25/94 bajo el epígrafe de la protección de menores ya se atendía a la “especial preocupación por la protección de la infancia y de la juventud frente a la programación televisiva, ya entonces se establecieron franjas horarias protegidas en las que no se podían emitir programas susceptibles de provocar perjuicio a los menores”.

Regresemos al consumo televisivo infantil en el siglo XXI. Los niños entre 5 y 15 años aumentaron la media de consumo de contenido online durante el último año en una hora y 18 minutos. ¡Dedican una media de 15 horas a la semana en internet! Los preescolares (de tres a cuatro años) se pasan una media de ocho horas y 18 minutos conectados a la red.

Youtube, el favorito de los niños

¿Saben qué ven sus hijos en internet? La mayoría, seguro, buceará por Youtube donde tienen acceso a todo. El océano cibernético es la libertad total. Si no se ha molestado en utilizar el control parental, si no ha instalado una de tantas aplicaciones que existen en el mercado para proteger y controlar a los menores, usted está dejando a su hijo solo en un universo donde podrá toparse con lo mejor, pero también con lo peor de cada casa.

El 75% de los niños entre 5 y 15 años conocen algún YouTuber y son usuarios del canal

Las cifras cantan, el 75% de los niños entre 5 y 15 años conocen algún YouTuber y son usuarios del canal. En 2016 nació YoutubeKids, la plataforma surgió para alejar a los niños de contenidos inapropiados y para pseudotranquilizar a los padres. Con un diseño sencillo y llamativo, la aplicación facilita el acceso de los pequeños con imágenes grandes e iconos destacados. Además, incorpora búsquedas de voz de forma que los niños que todavía no saben escribir pueden encontrar los vídeos que buscan. Allí conviven todos los héroes infantiles que han migrado de la televisión a internet.

El peligro gracias a YoutubeKids parecía controlado, pero la tecnología evoluciona a pasos agigantados. Los cambios que se producen en 10 años tecnológicos pueden ser los mismos que los vividos en un siglo analógico. En menos de un año y medio han desembarcado en España plataformas de televisión en streaming que permiten ver la serie o película que quieras en el momento que desees. A los niños también. Tanto Netflix como HBO poseen una oferta muy amplia de series, dibujos animados y películas para niños. Los pequeños pueden encontrar a su héroe favorito con un golpe de click, en el ordenador, en la tablet, en el teléfono incluso en la televisión. Al mismo golpe de click que pueden acceder a una película no apta. De nuevo apelamos al control y a la responsabilidad parental.

Lo que sí hace Netflix es ayudar a que el control parental sea efectivo. Desde hace algunos meses tiene instalada la posibilidad de asignar la etiqueta de infantil a un perfil, de forma que no aparezcan contenidos no aptos para menores de 12 años.

Código de autorregulación

Vivimos en un mundo globalizado, lo sé, suena a topicazo, pero no deja de ser verdad. Los menores tienen la posibilidad de acceder a contenidos inapropiados con la misma facilidad que acceden a sus programas favoritos. Con las cosas así, yo me pregunto: ¿Qué sentido tiene el horario protegido en la televisión? ¿No se ha quedado un poco obsoleto? Según el código de autorregulación firmado por las grandes cadenas generalistas “se establecen tres franjas horarias consideradas de protección reforzada tomando como referencia el horario peninsular: entre las 8 y las 9 horas y entre las 17 y las 20 horas en el caso de los días laborables y entre las 9 y las 12 horas sábados, domingos y fiestas de ámbito estatal. Los contenidos calificados como recomendados para mayores de 13 años deberán emitirse fuera de esas franjas horarias, manteniendo a lo largo de la emisión del programa que los incluye el indicativo visual de su calificación por edades”.

No conozco un niño que encienda la televisión y le interese la retahíla de chorradas que dicen en Sálvame

Señores reguladores, no conozco un niño que encienda la televisión y se quede mirando la novela o que le interese la retahíla de chorradas que dicen los colaboradores de Sálvame o las opiniones de los tertulianos políticos. Si por casualidad, al salir del colegio, tras completar la clase extraescolar de turno y con los deberes realizados, nuestros pequeños tienen tiempo (que ya lo dudo) para el ocio, van directos a los canales temáticos o a la tablet familiar y con ella pululan por todo el universo anterior. Me parece que es tiempo de educar en la responsabilidad y eso empieza por reeducarnos como padres. No deleguemos nuestra responsabilidad en las normativas externas, no nos llevemos las manos a la cabeza cuando escuchamos barbaridades procedentes de programas de la telebasura mientras dejamos en las manos de nuestros hijos el universo de internet abierto con un smartphone y una tablet en la mano.