Trump quiere elevar el muro, mientras China dice que es imposible frenar la rueda de la globalización. En este nuevo orden mundial, el gigante asiático quiere jugar un papel más relevante que el de una simple economía emergente. Sí, es cierto que hay un auge de poder económico político, diplomático y social de este país milenario pero, en esta transformación de un país emergente a uno de los líderes mundiales, aún hay distancia y mucho trabajo por delante. Entre otras cosas, mejorar la calidad de vida del pueblo chino e implementar un modelo de desarrollo económico más sostenible.

Por eso, el presidente chino, Xi Jinping, ha anunciado en numerosas ocasiones este camino hacia la innovación para el cambio estructural de la economía china. En 2012, anunció una estrategia de desarrollo basado en la innovación, después habló de eliminar todas las barreras del pensamiento, mecanismos y sistemas que la obstaculizan. De hecho, desde entonces, la palabra “innovación” ha salido más de mil veces en los discursos públicos del máximo mandatario chino.

Si China quiere situarse en el centro del mundo, tendrá que elevar el valor añadido de sus productos

Si China quiere situarse como el país en el centro del mundo, como ya lo fue en otros periodos de la historia, tendrá que innovar para incrementar el valor añadido de sus productos y crear mayor valor por cápita. China ya es la factoría mundial desde 2010, pero su gobierno quiere que, en el año 2020, sea una nación basada en la innovación y que para 2050 lidere el desarrollo científico. Dicho eso, la tecnología será el eje impulsor para desarrollar el nuevo modelo de crecimiento chino, basado en la innovación liderada por el sector doméstico.

¿Es China un país innovador? ¿Puede innovar? ¿Sabe innovar? Una de las famas que tiene este país precisamente es su debilidad en la protección de propiedad intelectual, lo cual sigue siendo uno de los factores negativos para muchos empresarios a la hora de hacer negocios con China, por mucho que el magnate chino Jack Ma, fundador de Alibaba, llamase a su pueblo a no participar en el juego de la falsificación de productos.

Dicho eso, esta percepción e imagen solo tiene una parte de verdad. Parece otro cuento chino, pero no lo es, que la innovación de China es una realidad, aunque quede mucho camino por recorrer. Por mucho que percibimos que China está compitiendo con un bajo coste laboral, imitando productos de otros países, e incluso utilizando competencia desleal, no se puede negar la existencia de una realidad tan abrumada como que, desde el año 2012, China lidera el ranking de solicitud de patentes a nivel global de WIPO (World Intellectual Property Organization), por delante de la UE y EE.UU.

La inversión china en actividades científicas alcanzó los 1,43 billones de yuanes en 2015

Se estima que la inversión del país en las actividades científicas alcanzó los 1,43 billones de Yuanes en 2015, una cantidad aproximadamente de 195.000 millones de euros, según la tasa de cambio actual. Se duplicó esta cantidad en comparación con 2010, y las inversiones empresariales en I+D pesan más de 77%.

La empresa china Huawei y ZTE están en la lista de las empresas con mayores patentes globales solicitadas, e invierten más del 10% de sus ventas anuales en I+D. China es número uno a nivel mundial en la cantidad de obtención de títulos de licenciado, master y doctor en ciencia-ingeniería y también es el número uno en la exportación de productos tecnológicos. De mismo modo, el gobierno chino ha puesto en marcha numerosas políticas para atraer los talentos chinos y extranjeros, para contribuir a la construcción de este nuevo modelo económico, basado en la innovación.

En el otro lado del mundo, hemos visto como España ha recortado su partidas de inversión en I+D+i. Un investigador sabe los pocos fondos que puede conseguir del gobierno central y que la única opción de financiación real para investigar pasa por obtener un fondo europeo. Posiblemente, la Unión Europea es la única forma de hacernos sentir fuertes ante este nuevo escenario mundial, enfrente de un Trump que quiere que resurja la gran EEUU, y de un ambicioso país en crecimiento, como China, que reclama su posición decidido a hacer carrera en la innovación.


Yingying Zhang es profesora de Cunef.