Las elecciones andaluzas están ya al caer y sólo queda despejar la incógnita de si el PP va a conseguir mantener el segundo puesto y quedar así por delante de Ciudadanos o va a perder la posición y con ello parte importante de sus perspectivas de cara a las municipales y autonómicas que se van acercando y en las que se mantienen todavía demasiados nombres por conocer.

La batalla de Madrid va a ser importantísima, más la del Ayuntamiento que la de la Comunidad, con ser ésta también determinante. Y eso es porque en Madrid  se juegan los partidos, todos, una primogenitura política y moral que dará al ganador una extraordinaria fuerza para acometer las elecciones definitivas, las generales, que ya se sabe que Pedro Sánchez va a intentar convocar en el límite del tiempo, aunque no está claro que lo consiga.

Pero la alcaldía de Madrid se disputa en mayo y a estas alturas todo son conjeturas en torno a los candidatos del PSOE y del PP. La de Manuela Carmena es una candidatura confirmada aunque en su caso el misterio está en cómo va a conformar su equipo una vez que seis de los concejales de Podemos han quedado  cautelarmente  fuera de la formación morada en vista de su gesto  de rebeldía al renunciar a competir en primarias por los lugares adjudicados en las listas conformadas por el número uno, el ex general Julio Rodriguez. De modo que lo único que sabemos con seguridad  es que Manuela Carmena va a salir a pelear por conservar su sillón de alcaldesa.

Los tambores de Ferraz hablan insistentemente del actual ministro del Interior

También Begoña Villacís es la candidata segura de Ciudadanos. Pero ¿qué va a hacer el PSOE? Los tambores de Ferraz hablan insistentemente del actual ministro del Interior y hasta el pasado mes de junio magistrado  de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska. Él dice que nadie le ha propuesto formalmente entrar en la batalla municipal y añade además que no quiere participar en ella. Argumenta que está muy bien donde está, que ocuparse del ministerio con el que tuvo tanta relación desde su puesto de juez en la Audiencia y que, por lo tanto, conocía ya aunque desde la distancia obligada, le satisface sobremanera. Por otra parte, tantos y tan bruscos cambios en su vida supondrían una dosis excesiva para sus deseos y no cabe duda de que saltar a la arena electoral -una experiencia del todo inédita para quien ha sido juez y ahora es ministro del Gobierno socialista pero no miembro de ningún partido- le supondría una mudanza de muy grueso calibre.

Todo eso es verdad pero le va a dar igual si el Partido Socialista y sobre todo Pedro Sánchez concluye que el ahora ministro del Interior es su mejor baza para conquistar Madrid. Y la verdad es que lo es. Fernando Grande-Marlaska sería un excelente candidato. Moderado, centrista en sus posiciones -la prueba es que forma parte del Gobierno socialista y fue también vocal del Consejo General del Poder Judicial propuesto por el PP- moderno en su imagen y en sus ideas y físicamente  atractivo, es el candidato perfecto para un PSOE que lleva 30 años sin ocupar el poder municipal en la capital de España.

Desde el año 1979 en que se celebraron las primeras elecciones municipales en democracia, Madrid solo ha tenido dos alcaldes socialistas: Enrique Tierno Galván (1979-1986) y Juan Barranco, quien le sustituyó a su muerte y luego fue elegido en 1987 pero no consiguió mantenerse toda la legislatura porque fue derribado en 1989 por una moción de censura.  Y desde entonces, nada. Así que la sola idea de volver a sentar en el sillón del ayuntamiento de Madrid a un alcalde que ha ganado en nombre del partido socialista aunque no pertenezca al partido y concurra en calidad de independiente pone los ojos de chiribitas a todo socialista que se tenga como tal.

Sería un magnífico candidato y tendría muchas posibilidades de salir vencedor porque los madrileños quieren alcaldes con personalidad y con un perfil  sólido a la altura de la importancia de la ciudad. Y Grande-Marlaska cumple todos esos requisitos. Pedro Sánchez acertaría con su elección aunque eso le abra un hueco en su Gobierno. Pero es menos complicado encontrar un buen ministro del Interior que un candidato ganador a la alcaldía de Madrid.

Para el actual PP es tan necesario o más que para el PSOE ganar las elecciones madrileñas

¿Y qué piensa Pablo Casado sobre esta plaza? Para el actual PP es tan necesario o más que para el PSOE ganar las elecciones madrileñas, sobre todo si no sale bien librado de los comicios andaluces, cosa nada descartable. Pero la fuerza de Madrid es tal que incluso un tropiezo en Andalucía podría ser compensado con una victoria en Madrid. Y a eso tiene que jugar el PP porque le va en ello la vida. Según se dice, Casado guarda en la cartera otra opción muy interesante que tiene muchas posibilidades de confirmarse: Javier Maroto, actual vicesecretario general de Organización de su partido.

Hombre joven, centrista, moderado, con posiciones avanzadas dentro de su partido en las cuestiones sociales, con una buena imagen ante la opinión pública y con un dominio de la palabra que le hace un hombre convincente en cada una de sus intervenciones, sería también un excelente candidato como alcalde de Madrid. Tiene la ventaja además de tener experiencia de gestión municipal porque fue durante cuatro años (2011-2015) regidor de la ciudad de Vitoria de la que había sido concejal desde 1999. Y no es probable que se resista a encabezar la candidatura madrileña.

Si todas estas candidaturas se consolidan, y ojalá que así sea, el pueblo de Madrid puede celebrarlo: Manuela Carmen, Begoña Villacís, Fernando Grande-Marlaska, Javier Maroto. ¿Quién querría pedir más?  No podría ser una contienda electoral más atractiva ni  de mayor altura. Es más, dado que en unas elecciones se suele votar más a la persona que al partido que representa, es probable que a muchos madrileños les resultara difícil elegir a uno de ellos y dejar fuera a los otros. Con eso está todo dicho. Esperemos que los rumores que circulan por los mentideros se acaben confirmando. Madrid se lo merece.