-¿Qué tal con lo del taxi?

-Por mí como si siguen de huelga todo el año.

Preguntábamos desde nuestro emov a un conductor de VTC aprovechando el semáforo en rojo, de ventana a ventana, en una práctica espero legal.

El menudo conductor, alargando el cogote por la ventana, se vino muy arriba en su demoledora contestación. Como no había taxistas, no pudimos contrastar.

Y seguimos.

Veníamos de Chamartín, alquilamos el vehículo en Velázquez, corazón de Salamanca, ya con escaso pálpito minutos después del ejercicio de autoridad del Bernabéu, y nos dirigíamos al barrio del Retiro, siempre dentro de ese presumiblemente ambientado distrito de Salamanca, máxime en lo que se conoce como un jueves de Fitur.

Desolación. Muy pocos coches -¿la ciudad ideal?-, muy poca gente, mucho hueco para depositar nuestro servicio de carsharing en la mismísima verja del Retiro. Al lado, sí, de esa proliferación de bares de Doctor Castelo, Menorca, Ibiza, Narváez y aledaños. Nada. El emov aparcado a la primera, un jueves de Fitur. 

A todo esto, posiblemente en la mejor noche de temperatura de las últimas semanas.

Madrid siempre sigue, no lo duden. Con tuneladoras o con empanadillas. Y volverán

En la pertinente consulta orgánica con los términos huelga Madrid el resultado es mucha Última Hora con decenas de noticias de que los taxistas han colapsado la A-2, el Metro, la M-40. El cuarto de millón de personas que llega por Fitur se entera efectivamente de eso, pero ni duerme, ni come, ni cena, ni nada en la M-40. Van, o intentan ir, a sus hoteles, apartamentos, restaurantes, after o a El Rey León. ¿Cómo? ¿Quién les informa? ¿Dónde se informan? ¿Hay alguien?

Madrid aparece prácticamente vacío esta noche de jueves de Fitur. Calles como Velázquez, Menéndez Pelayo, Alcalá u O'Donnell discurren en silencio, apenas unos coches. ¿Dónde están esos 250.000 visitantes? ¿Ya en sus hoteles, y no son ni las doce? ¿Y cómo han llegado?

El fact checking no se ocupa de esto, asuntos hay de sobra para sentar cátedra y demoler con el dato frío desde la cuenta de Twitter. En Madrid no hacemos estadísticas. Lo que pasa es que, al pasear y levantar la vista, el paisaje resulta inquietante por solitario. Si algún tabernero lee estos párrafos lo mismo puede, él sí, chequear que está siendo una ruina, que la gente no está yendo a los restaurantes porque no sabe cómo. O no. Este es, sin pretensiones ni aspavientos sociopolíticos, el pálpito tras ese monumento al Periodismo que es levantar la vista y mirar.

En Madrid no informamos de estas minucias, como si nos diera vergüenza nuestra ciudad como objeto de la noticia. Sólo el brochazo gordo de la invasión de la M-11, de Ifema con barricadas.

Y cuando se acaba la Feria sin taxis ¿qué pasa?

-Por mí como si siguen de huelga todo el año.

Habla uno, pero tampoco se ven muchos más, y contrincantes no hay ni uno.

El vacío. ¿Habrán ganado los taxistas? ¿Quién ha perdido?

Madrid siempre sigue, no lo duden. Con tuneladoras o con empanadillas. Y volverán.