Frixuelos y hórreos. En un gran momento de lucidez, el nuevo prohombre del PP, en una reciente visita a Asturias, recomendó a los asturianos estudiar algo más que frixuelos y hórreos.

Con todo el respeto del mundo, ¿cómo se puede ir por la vida dando lecciones tan a la ligera? Le podría recomendar ser más prudente, o, quizás, le hubiera venido bien haber trabajado en algún sitio en vez de haberse dedicado toda la vida a medrar en política para acumular algo más de ilustración. Haber aprobado media carrera en un cuatrimestre no le legitima. Con ese bagaje, cuando se desvaría de una forma tan colosal y frívola, se corre el riesgo de ser calificado como un analfabeto funcional.

Ya puestos a emplear tópicos, ¿por qué no les recomienda a los catalanes que estudien algo más que masías y pan con tomate? Y, ¿a los vascos txokos y merluza a la bilbaína? O, ¿a los andaluces palmas y pescadito frito? Es muy fácil hablar por hablar, pero con ellos no se atreve.

La cuestión es que la ignorancia es atrevida, pero deberíamos ser mucho más indulgentes con usted, su metedura de pata no llega a la suela del zapato de la que perpetró un ex presidente socialista del Principado de Asturias. Afirmó que el éxodo de los jóvenes asturianos era una leyenda urbana, lo cuál es bastante más ultrajante, teniendo en cuenta que él vivía allí, conocía la realidad de la región.

Los asturianos somos gente con fuerte arraigo por nuestra tierra, nobles y algo grandones

Recientemente fallecido, fue despedido en olor de multitudes. No entiendo muy bien por qué, tal vez fue un buen alcalde de su ciudad o un extraordinario profesor de matemáticas, pero de lo que si estoy seguro, es que fue protagonista directo del magnífico despilfarro de los fondos mineros junto con muchos otros. Entre ellos, el inefable y antaño todopoderoso señor Villa, actualmente parece ser que en situación de demencia para evitar la cárcel.

Si lo que pretendía usted es evitar que perdamos el tiempo con el tema del bable y batallas locales baladís en vez de centrarnos en cuestiones más relevantes y afrontar el futuro con amplitud de miras, pues estoy de acuerdo con usted.

En general, los asturianos somos gente con un fuerte arraigo por nuestra tierra, nobles, algo grandones, por qué no reconocerlo. Orgullosos de nuestra historia, génesis de la nación española y bastión de la cultura occidental. En este sentido, parece que cometemos el error de considerar que el resto del mundo nos debe algo en compensación por nuestros hitos, logrados muchos años atrás, incluso muchos siglos.

Somos como el hidalgo Don Quijote, una región venida a menos, un solar. No hemos sido capaces de sacar provecho de la fuerte cultura industrial de la región en el proceso de reconversión. Nos cuesta mucho encontrar motivos para ser optimistas con nuestra región.

Mantenemos un aislamiento secular por una cuestión física, las montañas nos separan. También por una mala planificación y un maltrato perenne. Sólo para dirigirse por carretera a las comunidades del noroeste desde Madrid hay que sufrir el pago de un peaje. Asturias es la única comunidad en la que hay que pagar un segundo peaje. Seguro que usted no lo pagó cuando vino.

La oferta de aviones es muy limitada. El tren, bueno lo del tren es una comedia. Para entrar en la región se pasa por unas vías del siglo XIX. Se tarda lo mismo en tren desde Oviedo a León (125 kilómetros), que desde León a Madrid (325 kilómetros). La variante de Pajares, acceso ferroviario a la meseta, lleva un retraso de 15 años, 3.500 millones de euros para hacer un túnel que ha tenido filtraciones porque se hizo mal el estudio geológico. Por si fuera poco, los políticos no son capaces de ponerse de acuerdo sobre si el ancho de la vía debe de ser ibérico o internacional. Impresionante, reír por no llorar.

Los fondos mineros han sido dilapidados con nula visión estratégica; pan para hoy y hambre para mañana

No todo es culpa de los demás, nosotros mismos -mejor dicho, nuestros políticos- perdimos la oportunidad de transformar la región. Se encargaron de dilapidar los inmensos recursos provenientes de los fondos mineros en prejubilar con sueldos astronómicos a gente con cuarenta y pico años. A pagar cursos de inglés en Canadá a jóvenes de las cuencas o a desarrollar infraestructuras inútiles. Nula visión estratégica, sólo táctica, pan para hoy y hambre para mañana.

En 2018 se puso fin a la extracción de carbón en las minas después de 200 años. Sólo es un símbolo, pero llamativo. Alcoa cierra su fábrica por los inasumibles costes energéticos. Llevaba años reclamando al Gobierno regional algún tipo de política energética específica para la industria. Respuesta: ninguna. Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, pero cuidado que Arcelor supone aproximadamente el 12% del PIB asturiano.

La demografía tampoco juega a nuestro favor. La natalidad es baja, la diáspora de jóvenes con formación es imparable ante la falta de oportunidades. En definitiva, despoblación y envejecimiento.

Yo le recomiendo al amigo Casado que deje lo de los consejos para otros más capacitados y que se centre en que no le coman la tostada los partidos que se sitúan a su izquierda y a su derecha. Si es posible, que nos ayude a buscar la inspiración para un futuro mejor, de Asturias y de España, porque no se entiende la una sin la otra.

Como decía antes, estamos orgullosos de nuestra tierra, de nuestra historia, de nuestro paraíso natural, pero no podemos ser sólo eso, necesitamos oportunidades para nuestra gente. La globalización supone una amenaza, pero mucho más una oportunidad. No estamos en la época en la que empresas públicas enormes van a sacar las castañas del fuego, solo podemos exigirle al Estado que mantenga el terreno de juego en buenas condiciones.

La iniciativa privada, la innovación, la tecnología y el emprendimiento son los únicos que pueden sacar esta región hacia adelante. Sabor local con alcance global. Con ingenio, ganas de trabajar y esfuerzo se puede conseguir todo, hasta erradicar los oscuros nubarrones que actualmente se ciernen sobre nuestro horizonte. Suerte.