Lo de Casado como candidato a la investidura no parece muy realista, pero uno entiende que estén pensando en proponer a Borrell, o a cualquier otro socialista que tenga ya terminado su retrato o su medallón de socialista, de Nobel socialista. Alguien que no tenga que estar, como Sánchez, posando ni distrayendo ni aparentando hacer país ni socialdemocracia por las ferias cucañeras, porque todo eso lo tenga hecho desde hace mucho. Pedro Sánchez ya no es sólo un aventurero peligroso, o no es ni siquiera un aventurero peligroso, que es casi peor. Ahora mismo, es solamente alguien que está intentando ganar por pereza, por fastidio, por aburrimiento, por agotamiento de los demás y del país, sin importarle que España vaya languideciendo con la espera o la ponzoña, y que la economía empiece ya a dormirse en la misma flojera y en la misma siesta de cama balinesa que este presidente que sólo aspira a ser abanicado.

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