El tuit de Albert Rivera pidiéndole a Cristina Morales que quemase los 20.000 euros del Premio Nacional de Narrativa me ha parecido el mejor final para el mes de las autoras. Si alguien no sabía quien era Morales, tan joven, tan ella, tan todo, Rivera se ha encargado de resolverlo. También ha dejado entrever que, para él, el galardón no sólo tendría que valorar la calidad y originalidad de una novela, sino, además, analizar la ideología de su autor. Ahora hay cinco meses de cola en las bibliotecas para poder leer un libro de Morales.

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