Dos semanas. Esa es la tregua que Paco de Lucía le dio al tabaco antes de abandonarnos en una playa mexicana justo seis años atrás, el 25 de febrero. Y es que a los Genios de la Música no les puedes andar haciendo pasar por el aro. Ni siquiera por su bien. Cuando él rasgaba sus primeros acordes, y su padre antes que él, para comprar las cuerdas “de tripas” de sus guitarras tenían que hacerlas pasar por un aro, sí. El del calibrador que se llevaban a la tienda para saber si luego iban a encajar. Hasta que un listo en Manhattan inventó las primeras de nylon para Andrés Segovia en 1951.

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