Era una noche húmeda y cálida, como casi todas las de Miami Beach. 1995. Hotel Delano, propiedad de Madonna. Emilio Estefan (el genio que hay tras Gloria) me susurró en la fiesta de presentación del disco Mi Tierra: “¿Quieres conocer a mis novias?” Algo así no podía venir de él. Lo comprendí todo cuando en uno de los espacios más privados del evento me presentó a las Grandes Señoras que habían sido todo para él cuando aún vivía en Cuba.

Mientras su peluquera de cuando era niño le abrazaba con fuerza, una señora con aspecto tranquilo miraba toda la escena. Era Carmen María Gómez Vásquez, una señora que el 4 de marzo de 1953 se convirtió en madre de uno de los genios de la música latina en el mundo. Gloria siempre dijo que gracias a ella consiguió seguir con su carrera a pesar de ser, precisamente, madre. Con Carmen se quedaba su pequeño Nayib en sus conciertos.

En cuanto cumplió 7 años le compró una guitarra, que acabó rodando escaleras abajo. Ese niño se llamaba John Francis Bongiovi Jr.

Carol Sharkey fue “conejita Playboy” por mediación de su propio marido, un peluquero italiano con contactos en el mundo del espectáculo. Esa mujer se hizo beatlemaníaca y cuando fue madre, el 2 de marzo de 1962, tenía muy claro que ese bebé tenía que ser tan famoso como los de Liverpool. En cuanto cumplió 7 años le compró una guitarra, que acabó rodando escaleras abajo. Ese niño se llamaba John Francis Bongiovi Jr., y además de acortar el nombre a Jon, en su nombre artístico transformó el apellido Bongiovi paterno en uno mucho más comercial: Bon Jovi.

El mismo día, un 4 de marzo, pero de 1951, nació Christopher Anton Rea, de nombre artístico Chris Rea. Su éxito inmortal On the Beach nos llevó a sentir las olas como nadie lo había hecho antes. Fueron olas de emociones las que le llevan y traen todavía por enfermedades que nunca acaban de curarse. Y es que vivir la muerte de tu madre el día después de que nazca tu hija no deja a nadie igual. Eso le ocurrió en 1983.

Y acabo en el 6 de marzo por dos razones. La primera: ese día el mundo conoció el último éxito de esos de Liverpool que volvía loca a la mamá de Jon Bon Jovi. La canción tiene la letra que dijo a Paul McCartney su mamá mientras dormía durante las noches tras las tensas sesiones de grabación del álbum Get Barck. Que ella hubiera muerto cuando Paul solamente tenía 14 años no fue impedimento para que le susurrase en sueños, con el amor y la sabiduría que solamente una madre puede dar, esas palabras que forman parte de la Historia de la música: “Let it be”.

La segunda razón, el lector me disculpará, es mucho más personal. Ese día, en 1925, venía al mundo una mujer que también influyó en quien escribe a hacer las cosas cada día mejor. Una madre, la mía, se acostaba cada noche con el transistor bajo la almohada para escuchar al loco de la radio que era su hijo.