Una reciente encuesta de Metroscopia en torno al feminismo arrojaba tres resultados muy significativos:

  1. El 53% de los encuestados considera que el actual feminismo no representa a las mujeres.
  2. El 48% opina que la mayoría de las denuncias por violencia doméstica son falsas.
  3. El 43% opina que el nuevo feminismo busca enfrentar a las mujeres con los hombres.

En efecto, las cosas están cambiando en la opinión pública y el discurso ultrafeminista parece estar perdiendo apoyos sociales a gran velocidad. En ello tiene que ver el despertar del feminismo clásico, que ha estado callado demasiado tiempo y que ahora vuelve a tomar la voz.

Un libro reciente, Maldita feminista. Hacia un nuevo paradigma de la igualdad de sexos (Seix Barral), del cual es autora la profesora Loola Pérez, es muestra de esos cambios en el discurso feminista o, si se quiere, de la recuperación del discurso feminista de la igualdad. Reproduciré a continuación unas cuantas perlas de esta joven profesora:

»El varón aparece juzgado [por el nuevo feminismo] considerando principalmente su género y sus factores socioculturales. Una conclusión peligrosa y perversa que da pie a considerar a todo hombre como machista y a todo machista como violento”.

» Está claro que somos una mezcla de herencia biológica y herencia cultural. Pero en el actual feminismo decir eso es anatema”.

» Dentro de las vacas sagradas del feminismo que hoy ocupan espacios universitarios, hay mucha mediocridad”.

»Para que el feminismo pueda funcionar tiene que permitir que todos los grupos sociales puedan hablar. Hoy parece que con ser feminista ya lo tienes todo resuelto”.

Durante el ya largo periodo de la hegemonía ideológica del feminismo radical la izquierda española ha sido invadida por movimientos identitarios (feminismo radical, nacionalismos, LGTB, etc., etc.), lo que no puede llevar sino a la destrucción de la izquierda como adalid que fue de la igualdad y como defensora de la dignidad humana de los explotados.

Esta invasión política ha tenido efectos legislativos pro femeninos que han conseguido acabar en bastantes casos con dos principios básicos de la Democracia: a) la igualdad ante la ley y b) la presunción de inocencia, además de liquidar un principio básico que también aparece en nuestra Constitución, cual es el de “mérito y capacidad”.

Ejemplos de a):

  • Creación de un tipo delictivo diferente y agravado solo cuando la víctima es mujer y el victimario hombre. Es decir, en conflictos de pareja entre un hombre y una mujer, la ley considera más grave lo que haga el hombre y establece toda una ley orgánica integral que lo abarca absolutamente todo (desde educación, sanidad, justicia…) y todo un pacto de estado para el tratamiento discriminatorio contra los hombres en beneficio de las mujeres.
  • Prioridad de la mujer sobre el hombre en los programas PRODER y LEADER en la Red Española de Desarrollo Rural.
  • Derecho a que se reconozca a priori su condición de víctima de violencia de género a través de los servicios sociales (como la violencia de género solo contempla a las mujeres como víctimas, esto no se aplica nunca a los hombres).
  • Las actuaciones de las distintas instituciones denominadas de “igualdad”, que solo contabilizan crímenes de hombres contra parejas o hijos y no los de mujeres.

Ejemplos de b):

  • La violencia de género en España solo contempla a los hombres como perpetradores de delitos y a las mujeres como víctimas. Es decir, a las mujeres como víctimas y a los hombres como agresores.
  • Asistencia especializada integral y gratuita (incluido abogado) para toda mujer que quiera denunciar a un hombre por violencia de género. Independientemente de sus ingresos. Dicho apoyo es válido para todo el proceso y también para los posibles recursos.

Las ventajas sociales que las distintas administraciones otorgan a las víctimas de la violencia de género son de tal amplitud que no pueden sino incentivar a denunciar. Otros ejemplos “ventajistas”:

  • En el ámbito universitario –y en general en el educativo- la invasión académica de la lucha contra la violencia de género es simplemente apabullante, aparte de garantizar el cumplimiento de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, en la composición de los órganos directivos y colegiados en el ámbito educativo, cualquiera que sea la distribución hombres/mujeres en el ámbito docente. En otras palabras: para las instituciones educativas Igualdad significa favorecer a las mujeres.

Pero no se queda ahí la cosa. También se quieren invadir los contenidos de las series televisivas, de la cinematografía… y de la publicidad:

  • Fomentar los convenios de colaboración (por cuenta del dinero público) con las asociaciones y sindicatos profesionales de guionistas audiovisuales, para fomentar un tratamiento de la imagen de las mujeres libre de estereotipos y prejuicios, que valore sus capacidades con el objeto de erradicar la imagen actual. En estos convenios deberán incluirse líneas de formación sobre las consecuencias de la promoción del erotismo prematuro entre las niñas en las series y otros contenidos de televisión.
  • Implicar al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales para que las empresas inscritas en su Registro tomen conciencia del relevante papel que el medio audiovisual juega en la transmisión de valores sexistas.
  • Desarrollar un sistema de co-regulación que ponga en marcha un Código de Publicidad no Sexista.

Lo cierto es que al menos para quienes vivimos “otros tiempos”, estas “medidas liberadoras” se parecen demasiado a la censura. Por eso debemos combatir estas ideas inoperantes que tienen como fin conseguir un nuevo dirigismo contra la libertad de pensamiento y la libertad de expresión.

Lo primero que tendríamos que exigirles a las feministas radicales es que respondieran a la siguiente pregunta: ¿Por qué hay más asesinatos de mujeres a manos de los hombres en los países nórdicos que en España?