Los tres baluartes institucionales fundamentales de la España contemporánea son la Corona, la Unión Europea y la Justicia. La Corona, siempre en su sitio en los momentos críticos en defensa del bien común, sigue mereciendo –aún políticamente postergada en los últimos tiempos– una consideración ciudadana muy por encima del parlamento y los partidos políticos. De momento no parece que peligre el sostén de la UE, cuya pertenencia tanto en el orden político como económico y monetario ni siquiera discuten -por ahora- ni los populistas ni los independentistas. La Justicia, sin embargo, que siempre fue vista con recelo junto con el respeto a la ley por la izquierda y los secesionistas se encuentra ahora más amenazada que nunca. 

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