La investigación por blanqueo del fiscal suizo Yves Bertossa en la que figuran como principales sospechosos el gestor de fortunas Arturo Fasana, el abogado Dante Canónica y la relaciones públicas de alto nivel Corinna Larsen ha puesto a la monarquía española en la situación más difícil desde los tiempos de la Transición.

Las declaraciones de los implicados y los documentos que están saliendo a la luz en los últimos días, gracias al trabajo de periodistas como María Peral (El Español) o José María Olmo (El Confidencial), dejan al Rey emérito en una posición insostenible.

El resumen de los hechos es como sigue:

1º En 2008, el Rey Juan Carlos I decide crear una estructura societaria para recibir una cantidad de dinero importante proveniente del rey de Arabia Saudí, Abdulá bin Abdulaziz al-Saud. Para ello, recurre a los servicios de Fasana, gestor de grandes fortunas ubicado en Suiza, y a su abogado Canónica.

2º En la gestión de esa transferencia interviene el embajador de Arabia Saudí en Estados Unidos, Adel Al Jubeir, con el que Fasana se reúne en dos ocasiones, una en la Embajada en Washington y otra en Basilea, que es en la que le pide al gestor el número de la cuenta donde había que ingresar el dinero.

3º La arquitectura para no dejar rastro del dinero es sencilla: Fasana y Canónica crean el 31 de julio de 2008 Lucum Foundation, con domicilio en Panamá. Para dicha fundación abren una cuenta en el banco suizo Mirabaud. El nombre del Rey de España no aparece por ningún lado.

4º Una vez constituída la sociedad y abierta la cuenta, desde una de las cuentas del rey saudí se transfieren 64,8 millones de euros (unos 100 millones de dólares al cambio de la época). El motivo de la transferencia: "un regalo, una donación", según declaró Fasana que le dijo el Rey Juan Carlos I.

5º Apenas se producen movimientos en la cuenta de la banca Mirabaud. En marzo de 2011, el Rey estampa su firma en un acuerdo privado en el que asume la condición de primer beneficiario. Como segundo beneficiario sitúa a su hijo, el entonces Príncipe de España, Felipe de Borbón. Pero condiciona la recepción de esos fondos a "garantizar el mantenimiento de la familia, en particular de SM la Reina Sofía" y de las infantas Elena y Cristina.

6º En abril de 2012, el Rey sufre un accidente mientras cazaba elefantes en Botsuana. Se genera un gran escándalo en la opinión pública ya que, al mismo tiempo de conocerse esa noticia, cuando España atravesaba por una durísima crisis económica, se conoce que el Rey mantiene relaciones con Corinna Larsen.

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7º La banca Mirabaud, ante las consecuencias que pudiera tener ese asunto, decide comunicar a Fasana que debe mover el dinero.

8º En septiembre de 2012, el dinero de Lucum Foundation fue transferido desde la banca Mirabaud a una cuenta del banco suizo Gonet & Cíe situado en Bahamas. La propietaria de esa cuenta es Corinna Larsen.

9º Preguntada por el fiscal, Larsen atribuyó esa transferencia del Rey a su cuenta a una muestra de "gratitud y amor",... "porque todavía tenía la esperanza de recuperarme".

10º En marzo de 2019 el diario británico The Telegraph publica que Felipe VI es beneficiario de una cuenta de su padre en Locum Foundation. El 12 de abril de ese mismo año, el Rey de España renuncia todos sus derechos sobre esa cuenta y corta de raíz la asignación que tiene don Juan Carlos como miembro de la Familia Real.

El fiscal suizo sospecha que los 100 millones de dólares tienen su origen en una comisión por la adjudicación a un consorcio español del AVE a La Meca, que supuso un contrato de 6.736 millones de euros.

Además de blanqueo, el Rey emérito podría ser imputado de un delito fiscal. El asunto está ahora en manos de Tribunal Supremo y la Fiscalía tendría que presentar una querella para que Don Juan Carlos se sentara en el banquillo. Mientras eso sucede, es probable que el fiscal Bertossa le llame a declarar como testigo a Suiza, como hoy contamos en El Independiente.

La Justicia no debería permitirse el lujo de dejar que el Rey emérito se abrasara en el fuego del descrédito. Lo que está en peligro ahora es la supervivencia de la Monarquía

Aunque el Gobierno ha levantado un muro entre la investigación a Don Juan Carlos y Felipe VI es indudable que la institución, dado por hecho que el Rey de España ni siquiera conocía ese tema, está sufriendo un desgaste enorme.

Si hay una institución en la que es importante la ejemplaridad, esa es la Monarquía. Y el caso de las posibles comisiones del AVE a la Meca y las relaciones que mantuvo el Rey emérito con Corinna (que su primo Álvaro de Orleans-Borbón ha calificado de "tóxicas") son un compendio de todo lo que no debe hacer un monarca.

Don Juan Carlos ha dilapidado en muy poco tiempo todo un caudal de crédito político y cariño por parte de los ciudadanos (monárquicos o no) que se ganó a pulso durante la Transición.

Si la posible comisión del AVE a La Meca retrata a un personaje demasiado pendiente de sacar provecho personal de su labor como Jefe del Estado, su relación con Corinna Larsen refleja a un hombre débil, falto de voluntad, capaz de desheredar a su familia para hacerle un regalo a la mujer de la que entonces estaba perdidamente enamorado.

Como a la Monarquía no le faltan enemigos en España, algunos de ellos se sientan el propio Gobierno, este engorroso asunto debería dilucidarse cuanto antes. La Justicia no debería permitirse el lujo de dejar que el Rey emérito se abrasara poco a poco y aún más en el fuego del descrédito. Porque lo que está en peligro ahora es la supervivencia de la Monarquía.

La investigación por blanqueo del fiscal suizo Yves Bertossa en la que figuran como principales sospechosos el gestor de fortunas Arturo Fasana, el abogado Dante Canónica y la relaciones públicas de alto nivel Corinna Larsen ha puesto a la monarquía española en la situación más difícil desde los tiempos de la Transición.

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