¿Biden? ¿Trump? Lo sabremos en las próximas horas o días, probablemente previa intervención del Tribunal Supremo.

Sea el candidato republicano o el demócrata el próximo presidente de los Estados Unidos, hay algunas conclusiones que ya podemos extraer sobre las reñidas elecciones de 2020.

1º Las empresas encuestadoras han vuelto a equivocarse. Todas menos una (Rasmussen Report) dieron ganador con holgura a Biden.

2º Los grandes medios de comunicación (a excepción de la cadena Fox), que han apoyado abiertamente al candidato demócrata, han demostrado que tienen poca o nula influencia entre los votantes rurales del centro y el sur, que tradicionalmente apoyan a los republicanos.

3º La incorporación de millones de jóvenes tampoco ha supuesto un vuelco a favor del candidato demócrata, como se preveía. Biden y Trump han mantenido un pulso muy igualado también entre los nuevos votantes.

4º La mayoría de los analistas ha subestimado la importancia que la situación económica tiene a la hora de votar en EEUU. Los norteamericanos viven hoy mejor que hace cuatro años y eso ha pesado indudablemente a la hora de emitir el voto.

5º La participación histórica en estas elecciones (casi 240 millones de votantes) es el reflejo de la extraordinaria polarización de estas elecciones. La sociedad norteamericana sale más dividida que nunca tras la jornada del 3 de noviembre.

6º Las dos Américas han cristalizado en la confrontación electoral incluso en su forma de encarar el Covid: mientras Trump ha reunido a sus seguidores en masa y sin mascarilla, Baiden ha hecho pequeños mítines con sus seguidores subidos a sus automóviles.

Tanto Trump como Biden han jugado a polarizar el voto. La sociedad sale más dividida que nunca y el sistema democrático cuestionado tras la acusación de posible fraude por parte del presidente

7º Trump, al cuestionar el resultado electoral e insinuar que los demócratas pueden haber cometido fraude, ha erosionado la credibilidad del sistema democrático, lo que echa gasolina al fuego del populismo.

8º Si, finalmente, gana Trump tendrá que hacer frente a una Cámara de Representantes con mayoría demócrata. Los demócratas le tildan de "dictador". Ese escenario no augura que la polarización vaya a desaparecer de la vida política.

9º Si, finalmente, gana Biden, tendrá que hacer frente a un Senado con mayoría republicana y a un cuestionamiento insólito de su victoria: la mitad de los norteamericanos no le reconocerán, al menos al principio, como su legítimo presidente.

10º Tanto Biden como Trump son responsables de la polarización. El candidato demócrata, que no es precisamente un líder carismático, ha tenido en la demonización de Trump su mejor baza. Por su parte, el presidente no ha tenido reparo en utilizar todo tipo de argumentos -algunos de ellos falsos- para desacreditar a su contrincante, al que lo menos malo que le ha dicho es que es "débil".

¿Biden? ¿Trump? Lo sabremos en las próximas horas o días, probablemente previa intervención del Tribunal Supremo.

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