Entre el 6 de junio de 2015 y el 14 de septiembre de 2016 mantuve un total de cuatro conversaciones con un colaborador de Luis Bárcenas, alguien que pertenecía al equipo de gestión de las finanzas del PP y que, por negarse a participar en sus trapicheos, acabó teniendo un duro enfrentamiento con él.

Hasta ahora no he publicado el contenido de dichas conversaciones porque mi interlocutor tenía esperanzas de no verse implicado en un asunto en el que realmente él actuó como mero instrumento a las órdenes del tesorero del PP: el pago de las obras de remodelación de la sede del PP sita en la calle Génova, 13 (Madrid). Pero creo que ha llegado el momento de que se conozcan algunos aspectos del lado oscuro de la financiación del PP cuyo responsable fue durante muchos años el hombre que ahora dice que quiere "tirar de la manta".

Probablemente, si Luis Bárcenas no hubiera comenzado, de nuevo, una campaña que sólo tiene como fin hacer daño al partido al que le debe todo -literalmente todo- sin ningún escrúpulo, no hubiera revelado el contenido de dichas conversaciones. Pero la opinión pública tiene derecho a saber lo que esta persona me contó y de cuya veracidad estoy seguro por las averiguaciones que he hecho en estos años en otras fuentes del PP.

Bárcenas puede ser un estafador, pero no es tonto. Agita de nuevo la contabilidad B del partido (a la que él calificó en su declaración ante la Audiencia Nacional el 28 de octubre de 2017 como "contabilidad extracontable"), los sobresueldos a sus dirigentes, habla de negociaciones secretas, etc. Pero él sigue manteniendo el secreto -o la mentira- sobre cómo amasó un total de 48,2 millones de euros en cuentas en Suiza, que no declaró a Hacienda porque, según su declaración ante la Audiencia Nacional el 17 de enero de 2017, "ese dinero lo tenía como un fondo de pensiones fuera de España". Como si fuera lo más natural del mundo.

En sólo diez años (entre 1988 y 2008), Bárcenas logró unas rentabilidades por supuestas inversiones que dejarían en pañales al mismísimo George Soros. Comparen por un momento ese capital (48,2 millones) con el total de la Caja B del PP durante veinte años: 8,2 millones de euros. ¿No les parece extraño que el gestor de lo que algunos llaman "la mayor trama de corrupción de la democracia" lograra recabar para sí mismo seis veces más de lo que consiguió su partido y en la mitad de tiempo?

Mi interlocutor diferenciaba claramente lo que era la Caja B del PP, los sobresueldos a los altos gerifaltes del partido y la fortuna de Bárcenas.

Esto es lo que me contó sobre esos tres asuntos:

"La recaudación se hacía normalmente en comidas. Bárcenas y Lapuerta (se refiere al anterior tesorero, Álvaro Lapuerta) comían con empresarios y luego, normalmente, volvían contentos: 'Nos ha ido bien', decían"....

"Lapuerta, con el que yo me llevaba bien, me dijo en una ocasión: 'Los empresarios pagan para que se les tenga en cuenta. Si un empresario quiere presentarse a un concurso público en una comunidad autónoma gobernada por el partido, yo llamo al consejero de turno y le pido que le reciba porque con nosotros se porta bien'."

"Una parte del dinero en efectivo se ingresaba en la cuenta de donaciones del PP: los propios empleados de Génova los ingresaban en tandas de 60.000 euros para no superar el límite legal. Luego a los empresarios se les daba un papel, una especie de recibí, en el que figuraba que habían entregado la cantidad acordada y que ésta se había ingresado en las cuentas del partido".

El pago de sobresueldos en negro se estableció tras llegar Aznar a Moncloa: "Lo propuso Lapuerta para compensar a los vicesecretarios que habían sido nombrados ministros"

"Bárcenas, que es muy listo y ambicioso, llevaba la contabilidad B, incluso cuando él era gerente y Lapuerta tesorero, para tener trincados a los jefes del partido".

Una copia de la contabilidad B fue publicada por El País el 31 de enero de 2013. Posteriormente, el 9 del mes de julio de ese mismo año, ya con Bárcenas en prisión, El Mundo publicó los originales de esos papeles.

Antes de que se publicaran esos famosos "papeles", el 18 de enero de 2013, El Mundo publicó que algunos de los principales dirigentes del partido (entre los que se encontraban Mariano Rajoy, Rodrigo Rato, Federico Trillo o Javier Arenas, entre otros) habían cobrado durante años sobresueldos en dinero negro.

Esto es lo que mi interlocutor me dijo de los sobresueldos:

"Los sobresueldos los puso en marcha José María Aznar cuando llegó al poder. Se lo pidió Lapuerta. En principio, ese mecanismo era para compensar a los que habían sido vicesecretarios del PP y luego fueron nombrados ministros. Con los sobresueldos se les igualaban los sueldos que ganaban como ministros a los que tenían anteriormente como vicesecretarios. Se estableció como una medida provisional, pero luego se institucionalizó. Naturalmente se pagaba en B y no se declaraba".

Los sobresueldos aparecen reflejados en la contabilidad B que llevaba Bárcenas en unos apuntes hechos a mano pero perfectamente legibles.

Otra cosa era el dinero que movía Bárcenas al margen del partido, aunque siempre sirviéndose del PP. Esto es lo que me dijo mi interlocutor:

"Bárcenas siempre me estaba proponiendo negocios. Me ofreció comprar pisos en Polonia y unos apartamentos en Estoril. Yo no le hice caso, pero Lapuerta entró en algunos de esos negocios".

"Bárcenas se peleó con Correa porque, según me dijo, había cobrado una comisión de 50 millones de Martinsa y no le había dado nada a él ni al partido"

"En una ocasión me propuso comprar unos locales con un crédito. No te preocupes, me dijo, luego los locales se los alquilamos al partido y con el alquiler pagamos el crédito".

"Yo le dije que no me gustaba entrar en esos negocios y el me respondió: 'No te equivoques, aquí todo el mundo está al business'".

"Bárcenas, que hacía muchos negocios con Correa (Francisco Correa), se enfadó con él porque, según me contó, había cobrado una comisión de Martinsa de 50 millones por un asunto en Arganda y no le había dado nada a él ni al partido".

Mi interlocutor estaba convencido de que el dinero de Suiza no provenía de la sustracción de dinero de la Caja B del partido, sino de los negocios que hacía Bárcenas, con o sin Correa, al margen del partido, pero aprovechándose de cargos públicos del partido, fundamentalmente alcaldes. También estaba seguro de que el dinero de Suiza no era sólo de Bárcenas. "Ese dinero pertenecía también a otros altos cargos del partido, que eran mu amigos suyos".

En cuanto a la reforma de la sede del PP, mi fuente me dijo que creía que se habían hecho tres pagos en negro por un total de un millón de euros. "El arquitecto no quería cobrar el B, pero Bárcenas tenía que dar salida a una parte del dinero y le dijo que o aceptaba una parte del pago de esa forma, o no le contrataría".

Estamos pues ante un contumaz delincuente que ahora pretende pasar por justiciero. ¡Ojalá cuente de una vez todo lo que sabe! Empezando por revelar el origen de su elevada fortuna y el nombre de sus protegidos socios.

Entre el 6 de junio de 2015 y el 14 de septiembre de 2016 mantuve un total de cuatro conversaciones con un colaborador de Luis Bárcenas, alguien que pertenecía al equipo de gestión de las finanzas del PP y que, por negarse a participar en sus trapicheos, acabó teniendo un duro enfrentamiento con él.

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