Estos días son muchos los que me preguntan si de nuevo vamos a leer algún manifiesto los tres periodistas que subimos al escenario hace poco más de dos años en la Plaza de Colón. No hemos recibido al respecto ninguna propuesta, pero es cierto que a mí me lo pidieron el día antes de la convocatoria. Lo que sí he podido comentar con los compañeros María Claver y Carlos Cuesta es que los tres estamos muy orgullosos de lo que hicimos y lo volveríamos a hacer, a pesar de las críticas de otros compañeros, los problemas laborales que eso significó y el señalamiento público del que fuimos víctimas.

De entre los presentes aquel día, me sorprendió la actitud del exministro socialista José Luis Corcuera, que con 73 años y su marcapasos salió solo de su casa, compró una bandera de España en un puesto ambulante y se encaminó hacia Colón como uno más. No fue el único socialista que ese día estaba allí y les aseguro que este 13-J habrá muchos más socialistas en Colón.

Prácticamente todos los barones del partido han mostrado su contrariedad con los indultos del procés, aunque otra cosa es tener la valentía de Corcuera y dar la cara en Colón. Sánchez maneja el partido con un politburó de afines, sin contar con las estructuras del PSOE, como hizo con la lista de Gabilondo a la Asamblea de Madrid, que se hizo en Moncloa, no en Ferraz.

Hay que estar en la foto de Colón, a pesar de la manipulación que pondrán en marcha algunos medios de la izquierda, tergiversando lo que allí suceda y lo que allí se diga. Ya lo hicieron en 2019, acusando a los partidos allí presentes de representar a la “España en blanco y negro” y manipulando el manifiesto con falsos argumentos jamás escritos en él, o encendiendo la guerra de los asistentes que Delegación del Gobierno cifró en 45.000 y eran más de 200.000. Entre los medios afines y los acomplejados repitieron una y otra vez estas mentiras que calaron en parte de la sociedad. Sobre todas ellas una especialmente: que la foto de Colón perjudicó a los partidos que salieron retratados en ella. Es otra falacia de la propaganda de Moncloa. Tras esa foto Ciudadanos sacó el mejor resultado de su historia con 57 diputados. 

La primera convocatoria en Colón se hizo para exigir a Pedro Sánchez la convocatoria de elecciones tras ocho meses ocupando la Moncloa sin convocarlas, y a los tres meses las convocó. Esta nueva convocatoria en Colón tiene como argumento principal mostrar el rechazo a los indultos que van a conceder antes de verano a los políticos del procés. Desgraciadamente en esta ocasión no cambiará de opinión.

Es bueno recordar el motivo de la convocatoria porque la propaganda ya se ha puesto en marcha, son unos cuantos los que consideran que con la carta publicada recientemente por Junqueras, se justifica la concesión de esos indultos y pierde fuelle el acto del domingo. Nada más lejos de la realidad. Cuando se celebró la primera convocatoria de Colón, Junqueras manifestó en una entrevista: “El indulto se lo pueden meter por donde les quepa”. Los más cercanos a él aseguran su férrea convicción de volver a intentar un referéndum, nada ha cambiado excepto el tono de la carta publicada y reclamada con urgencia varias veces por Moncloa como gesto de buena voluntad. Sabe también Junqueras que le quedan dos años de gobierno a Sánchez y que luego tendrá mucho más complicado conseguir los favores de un gobierno débil. Su objetivo es la Hacienda Tributaria catalana y la transferencia única de la Justicia. Si hay que cambiar la Constitución lo propondrán, porque la financiación de su procés y no volver a pisar la cárcel, son el objetivo de los que gobiernan Cataluña. 

Esta convocatoria de Colón no es la de 2019, en poco más de dos años Pedro Sánchez ha ejecutado todo lo que prometía no hacer jamás en campaña electoral, sus socios son los que repudiaba, sus ministros los que no le iban a dejar dormir y la nefasta gestión de la pandemia será la puntilla que terminará con su carrera política. Auguro que serán los suyos los que le echen del partido por segunda vez. Mientras tanto, miles de españoles le volverán a decir en la calle que hay límites que ningún político debe cruzar y él los ha cruzado ya casi todos.

Estos días son muchos los que me preguntan si de nuevo vamos a leer algún manifiesto los tres periodistas que subimos al escenario hace poco más de dos años en la Plaza de Colón. No hemos recibido al respecto ninguna propuesta, pero es cierto que a mí me lo pidieron el día antes de la convocatoria. Lo que sí he podido comentar con los compañeros María Claver y Carlos Cuesta es que los tres estamos muy orgullosos de lo que hicimos y lo volveríamos a hacer, a pesar de las críticas de otros compañeros, los problemas laborales que eso significó y el señalamiento público del que fuimos víctimas.

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