Ya no nos hará falta la electricidad, porque nos alumbrará la lámpara verde de la hoja de la maría y flotaremos en su humo como en una alfombra mágica oriental. Ya no nos hará falta gasolina, porque todo funcionará a pedales y además van a quitar los puticlubs, o sea que el heteropatriarcado ya no va a saber adónde ir. Se llevarán los puticlubs con su cosa de barco casino y los puteros babosos y los feos tristes los verán pasar en su despedida como el trasatlántico de Amarcord, arrastrando su noche de estrellas de pezón. Yo no sé si las putas viejas y santas llorarán por esto con su lágrima de orzuelo, o lo celebrarán. Pero ellas, y los quintos maternalmente desvirgados, y los sin novia, y los concejales de feria de turismo, y Villarejo, todos podrán al menos fumarse un canuto con el sello ducal del estanco. Sin coche, con tele a monedas, con la colada para la madre, con un peta de centinela, con porno de los 80 como teleprogramas viejos, yo creo que esta España de progreso va a parecer la puta mili.

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