Primero fue la falta de microchips para automóviles que paralizó desde enero la fabricación de vehículos en España, luego el aumento del precio de la gasolina, la luz desbocada, el gas… Cada día batiendo el récord del día anterior. Más tarde llegó el atasco de las aduanas a causa del Brexit, los costes del transporte marítimo -que han aumentado un 350%- y la falta de abastecimiento de productos de alimentación y bebidas alcohólicas de importación, que empieza a notarse en los supermercados. No hay ni vidrio para envasar las bebidas, ni corcho para cerrar las botellas.

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