Hace unos días supimos que Bolaños, el nuevo Ministro de la Presidencia, recibió la orden directa de Sánchez para no cometer más errores con el nombramiento de nuevos ministros, quería saber si había alguna mancha en el pasado de cada uno de ellos, que pudiera provocarle otra crisis de gobierno. El listón se puso muy alto cuando llegó Sánchez a Moncloa provocando un aluvión de dimisiones, y muy bajo después, dejando que la opinión pública protestara ante nombramientos escandalosos  como el de la Fiscal General. Ahora se aproximan elecciones y hay que vigilar cada gesto y el pasado de todos ellos, para volver a parecer coherentes por unos meses. 

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

Opciones de suscripción

¿Todavía no estás seguro? Consulta aquí todas las ventajas de suscribirte a El Independiente.

¿Ya eres usuario Premium?

Identifícate