Parece un contrasentido. Por definición, la gracia del podcast es precisamente no necesitar ondas para que se pueda escuchar. Ahora sí las tienen. Pero no son de radio. Son los prestigiosos premios que tengo la inmensa suerte de haber conocido bien, gracias a haberlos entregado y recibido. Se cierra el círculo ya con el hecho de que en esta ocasión se centran en el podcast, un maravilloso Universo de creaciones que alcanza ya los dos millones de series y casi 90 millones de episodios. Claro que hay muchos. Pero como dice en ocasiones María Jesús Espinosa de Los Monteros, Directora General de Prisa Audio y líder de la podcastfera, también hay muchos libros y canciones, y nadie se queja. Y como todo Universo que se precie, está en expansión. Cada día decenas de miles se dan de alta en las plataformas más conocidas: Spotify, Podium, Podimo, Ivoox, Apple Podcast…

Una buena muestra del fenómeno de moda está en la cantidad de candidaturas presentadas para los primeros Premios Ondas Globales del Podcast. 888, de más de 15 países. No tuvo que ser fácil la tarea del jurado. Vamos a recorrer algunos de los galardonados.

Molo Cebrián, a quién conocí como simpático deejay de Los 40, puso todo su esfuerzo en hacer que la escucha de podcast sirviera como arma de mejoramiento personal. Se lanzó como pionero en castellano para Spotify y ahora se premia su esfuerzo. Bien tirado. Su voz templada y cálida, que también habrás escuchado en infinidad de anuncios televisivos y de radio, hace que charlar sobre los temas más inherentes al ser sea hasta entretenido. Lleva 221 semanas ayudando al personal a reubicarse en esta vida que, por lo visto, elegimos.

En Chile parece que el radar de estos premios ha descubierto un nuevo ejemplo de éxito casi como el de The Serial, pero en español. Caso 63 combina misterio, ciencia ficción y una sólida interpretación nada histriónica con acierto. Sus episodios de en torno al cuarto de hora se hacen especialmente ligeros a la escucha, sobre todo para los amantes de las historias de salto en el tiempo. Por algo es la ficción más escuchada en Spotify en Latinoamérica de todos los tiempos. La producción y la trama han ido creciendo durante sus dos temporadas.

En la línea de los podcast de ficción, nada tiene que envidiar a la anterior una producción nacional que también ha recibido su correspondiente premio. La Esfera, que usa sin pudor y con inteligencia los recursos propios de la casa madre de Podium Podcast, la SER. Podemos escuchar, entre otras cosas, a locutores de esa cadena facilitar la inmersión en la historia de una invasión extraterrestre, narrada con el diseño sonoro de uno de los más hábiles productores de audio de este país: Teo Rodríguez. Desde los tiempos en los que era técnico en el despertador Anda ya, hace más de 20 años, siempre estuvo cautivado por historias, en ocasiones de terror, que llevaban a lo más profundo de la naturaleza humana. Merece la pena fijarse en los detalles.

El diseño sonoro de otros de los premiados también ha sido a cargo de otro “ex-Anda ya”, del que también recuerdo su inmenso deseo de crear cosas originales. A David Ávila le podías ver sobre un escenario de El Rey León de Gran Vía y, acabando la función, buscando el sonido creativo para alguno de los capítulos del documental sonoro “GAL: El Triángulo”, de Podimo. Un trabajo destacable de un equipo de producción que más de uno hubiésemos querido tener en la radio, con la gente de El Cañonazo y Luis María Alcázar a la cabeza. Lidiar con la realidad más oscura de las últimas décadas y conseguir darle forma no ha tenido que ser fácil.

Daría para un artículo para cada premiado, porque cada podcast es claramente un pequeño mundo en este Universo podcaster, pero si he de hacer un repaso rápido al resto de galardonados, es innegable el éxito rotundo de Buenafuente y Berto con su invento radiofónico “Nadie Sabe Nada”, que innegablemente ha arrasado en este formato.

Y, por supuesto, Buenafuente y Berto con su invento radiofónico “Nadie Sabe Nada”, que claramente ha arrasado, también en este formato.

Y es que una conversación es sin duda un recurso ganador en este tipo de contenidos, que se escuchan normalmente con auriculares, y en momentos en los que no hay que estar pendiente de otras cosas. En ese sentido, los Premios Ondas Globales del Podcast han destacado una conversación argentina, nada menos. Grandes vozarrones, temas de lo más irreverentes, y algo de argot que costará un poco al español. Hablamos de un producto realizado en un país en el que tradicionalmente sí se habla. La Cruda. Gran esfuerzo el de conseguir que dure apenas 35 minutos.

Está claro que el podcast ya no es el futuro. Es un presente bien apuntalado sobre bases firmes de crecimiento. Pero si queremos adentrarnos en el futuro, y asomarnos a lo que puede ser el podcast de la siguiente década, también ha habido premio, por su carácter experimental, para algo con uno de esos nombres que los amantes de la ciencia ficción nunca olvidaremos: Solaris.

Bueno es que nuestros más prestigiosos premios en el mundo de la comunicación se centren en destacar la labor de algunos. Lástima que no se pueda hacer con los miles de personas que ahora mismo están dejando de lado tiempo de su vida personal, de estar con su familia, o simplemente de ocio, para lanzar al mundo su mensaje, sea el que sea. La mayoría son proyectos poco sostenibles, que viven de la buena voluntad y el coraje que da el mal llamado “amor al arte”. Porque, aunque la inversión ha aumentado enormemente, para el podcast, dinero, hay poco. Y pasión, que es de lo que vive, mucha.