Tras la ratificación por parte del Supremo de la sentencia de los ERE, los periodistas de partido y el gobierno repiten como un mantra “ellos no se enriquecieron con el dinero de los ERE”, como si desviar malintencionadamente 680 millones de euros de dinero público no fuese delito, porque no terminaron en sus bolsillos sino en los de sus amigos. Claro, cuando los líderes del procés fueron indultados por este Gobierno, no importaron los más de 3 millones de euros que malversaron con aquel referéndum ilegal porque no se enriquecieron con ello. Es el argumento más ridículo para seguir justificando y no condenando el mayor escándalo de corrupción de la democracia española.

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