
El presidente ruso, Vladimir Putin, habla durante una reunión con los directores de las principales escuelas de ingeniería y sus socios industriales
Putin, que va perfeccionando en sus comparecencias una pinta como de Rumpelstiltskin subido a un taburete, ha vuelto a sacarnos las armas nucleares como el abuelo que saca la garrota, o la pata de palo hecha garrota, entre la ira, la impotencia y el batacazo. Y es que Putin ya no tiene otra cosa que sacar, es como cuando el Dúo Sacapuntas o la Bombi sacaban su estribillo en el Un, dos, tres, una cosa esperada y agotada que todo el mundo coreaba mientras el actor hacía mutis por aquel decorado con chulapos de macetero o corsarios de desayuno en el que el personaje se disolvía hasta el siguiente estribillo. Armas nucleares, o al menos su sombra ojival, su amenaza presente, invisible, obsesiva, como la Pelos para Beatriz Carvajal… Pues claro que Putin saca las armas nucleares, no nos va a amenazar con sus bandas de música, por mucho que en ellas parezca aglomerarse toda la marcialidad y la metalurgia que les queda.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La Asociación de Diplomáticos se queja por los nombramientos como embajadores de Iceta y Héctor Gómez
- 2 Marruecos y Portugal firman en la COP28 una declaración conjunta sobre un proyecto de interconexión eléctrica
- 3 Una comisaria y el jefe de Cataluña, favoritos para dirigir la Comisaría de Policía Judicial