Mientras no exista una ley que regule todas las modalidades de la gestación subrogada y se cree una legislación internacional, o por lo menos de las democracias de nuestro entorno todo serán preguntas sin respuesta.

Lo de Ana Obregón es un auténtico disparate: una señora de 68 años es una abuela, en ningún caso una madre. Para cuando la niña tenga 12 años la abuela tendrá, si vive para contarlo, que esa es otra, 80 años. Y la cosa no habrá hecho más que empezar. Me refiero a los cambios de humor de las/los adolescentes, sus idas y venidas en lo que se refiere a su aceptación por el grupo y cosas así.

La abuela, con 8o años, no va a ser capaz de entender nada de lo que le pase a su hija-nieta. Y esto si es que Ana Obregón no ha dejado para entonces una huérfana en este mundo. No hay dinero, por mucho que tenga la señora Obregón, que cubra las necesidades de apoyo psicológico de una joven, sólo la dedicación de su padre, o de su madre en este caso, pero que resulta que en la mejor de las condiciones, tiene la edad de una abuela. 

Lo decidido por la actriz es una insensatez que acabarán pagando muy caro ambas protagonistas en esta historia

Por todo ello lo decidido por la actriz es una insensatez que acabarán pagando muy caro ambas protagonistas de esta historia. Y eso de "ya no voy a estar sola nunca más" será de momento, porque no se sabe que hará esta niña cuando sea una jovencita y decida, por ejemplo, vivir su vida al margen de su madre-abuela.

Otra pregunta procedente es ¿quién es el padre? Porque nos podemos encontrar con que es un pimpollo de treinta años y entonces la cosa se daría la vuelta.

Pero, al margen de eso que ha revolucionado las redes sociales -cuando hay otros famosos que han hecho exactamente lo mismo y no se ha producido la menor reacción- existen una serie de preguntas que siguen sin respuesta.

-¿Qué pasará cuando haya cientos de parejas que acudan a la gestación subrogada en los países donde esa práctica es legal y regresen a nuestro país trayendo a su niño en los brazos? Porque eso ya ocurre en España.

-Por qué una pareja de lesbianas puede tener un hijo propio pero una pareja de homosexuales varones no puede tener ese mismo derecho simplemente porque carecen de aparato reproductivo?

-¿Qué diferencia habría de gestar un bebé por razones de vínculo familiar o por razones económicas?

-¿Tendrían en ambos casos que seguir los procedimientos de adopción que destinan los niños a la pareja más cualificada independientemente de los vínculos familiares que ligasen por ejemplo a dos hermanas?

-¿Qué diferencia un trasplante de riñón o de hígado entre una madre y su hija, y un embarazo subrogado? Esta respuesta sí es fácil: el riñón o el hígado son vísceras pero el embarazo supone dar a luz a un bebé que es sujeto de derechos desde el mismo momento de su nacimiento.

Esta tarde una compañera me hablaba de auténticas granjas de embarazadas en algún país del Este de Europa, como vía para ingresar un dinero extra en las familias necesitadas. No sé si eso era una exageración pero parece que en Ucrania existen esas prácticas y es donde acuden muchas parejas de europeos que no pueden tener hijos.

No es útil tener una legislación muy restrictiva si los países de nuestro entorno no la tienen porque el bebé tendrá siempre los mismos derechos de los que sean titulares los padres en nuestro país.

Es fundamental coordinar una legislación de ámbito mundial si se quiere evitar la cosificación de las mujeres-productoras en masa de bebés por dinero. 

De otro modo, no sé para qué sirve la persecución legal en un país, si cualquiera puede coger un avión y marcharse a Estados Unidos o a Ucrania y contratar una madre reproductora. 

Hágase la excepción de los homosexuales varones que estarán siempre en clara inferioridad de condiciones respecto de una pareja de homosexuales hembras. Y eso será  discriminatorio en cualquier caso.