Esta semana, el Reino Unido y Ucrania acogerán en Londres la Conferencia Internacional para la Recuperación de Ucrania. El objetivo es "movilizar el apoyo internacional para la estabilización económica y social de Ucrania y su recuperación de los efectos de la guerra".  Un momento crucial para reconstruir la economía y las infraestructuras de Ucrania, pero también la oportunidad de apoyar a su población.  

Es imposible expresar el impacto de la guerra en Ucrania con simples palabras o cifras. Más de un año después de que Rusia invadiera ilegalmente Ucrania el 24 de febrero de 2022, la población civil sigue viéndose gravemente afectada por los continuos combates.  Es bien sabido que las mujeres y las niñas suelen ser las más afectadas en muchos conflictos armados. Incluso antes de la guerra de 2014 en en el este del país, la violencia de género estaba muy presente en Ucrania en forma de acoso sexual, violencia doméstica y trata de personas. Antes de la guerra, las mujeres ya tenían dificultades para acceder a una vivienda adecuada, al empleo o a la educación. Pero ahora se enfrentan a barreras aún mayores para acceder a servicios contra la violencia, atención sanitaria reproductiva y apoyo psicosocial.    

La reconstrucción tiene mucho que ver con el género: debe tener en cuenta los derechos, las necesidades y las experiencias de las mujeres y las niñas

Y sin embargo, "no es el momento de los derechos de la mujer" es lo que se ha dicho a muchas mujeres y organizaciones desde la invasión total. Entonces, ¿cómo podremos "reconstruir mejor" el futuro de Ucrania si la igualdad de género y los derechos de la mujer no están en la agenda? ¿La respuesta es sencilla? No podemos. A pesar de ello, el actual Plan de Recuperación Nacional de Ucrania no incluye ningún plan, programa o paquete presupuestario vinculado a los derechos de las mujeres y niñas. 

En Ucrania, las mujeres siguen estando en primera línea, con 56.000 mujeres sirviendo en el ejército, y muchas más mujeres al frente de las responsabilidades de cuidado en los hogares. Además, lideran la respuesta humanitaria de las organizaciones nacionales y locales de la sociedad civil a la crisis. Este esfuerzo se complica aún más por las dificultades a las que se enfrentan en algunas partes del país para acceder a alimentos, agua, medicinas o artículos de higiene. La carga desproporcionada de su trabajo doméstico y de cuidados no remunerado se ve incrementada por los continuos cortes eléctricos y por la destrucción de los servicios sanitarios y educativos. El desempleo también va en aumento, y junto con cambios en la legislación laboral que erosionan aún más los derechos de los trabajadores, son las trabajadoras las que se enfrentan a las peores consecuencias.  

Tradicionalmente, y de forma errónea, se ha considerado que la reconstrucción está dominada por los hombres y que tiene que ver con infraestructuras físicas, como carreteras y puentes, y que mucha gente no considera que tenga una perspectiva de género. Aunque, por supuesto, la reconstrucción tiene mucho que ver con el género: toda reconstrucción debe tener en cuenta los derechos, las necesidades y las experiencias de las mujeres y las niñas. Dónde van y dónde vienen las carreteras y los puentes, cómo están iluminados y si tienen en cuenta los mercados que utilizan y en los que venden las mujeres y las niñas. Además, la reconstrucción incluye hospitales, escuelas, maternidades y viviendas: sin un enfoque que tenga en cuenta las cuestiones de género, no se atenderán las necesidades de las mujeres y niñas ucranianas. Hay que cuestionar las percepciones y los estereotipos, y ofrecer formación profesional y oportunidades de empleo a las niñas y las mujeres, para que también puedan incorporarse a un mercado orientado a la reconstrucción y la recuperación.  

Grafiti en una calle de Kiev.
Grafiti en una calle de Kiev.

Sin embargo, el proceso de recuperación, tanto a nivel nacional como internacional, ha dejado de lado los derechos de las mujeres y las organizaciones de mujeres, con una notable falta de coherencia política, a pesar de que su papel es esencial para la reconstrucción y la recuperación de Ucrania. Sin eso no será posible lograr una recuperación justa, ecológica y feminista en Ucrania. 

Se avanza cuando las mujeres tienen un sitio en la mesa

Tenemos la oportunidad de reconstruir una economía y una sociedad ucranianas que cuiden tanto de las personas como del planeta, con el claro objetivo de mejorar la vida de las mujeres y las niñas. La oportunidad está ahí. Pero la comunidad internacional, incluida la ONU, los gobiernos e instituciones financieras internacionales implicados, deben dar prioridad a estos retos y situar la igualdad de género en el centro del futuro de todas las mujeres y niñas de Ucrania.

Esto significa cumplir los compromisos ya adquiridos en materia de derechos humanos de las mujeres, incluida la paz y la seguridad de las mujeres. Financiar programas de recuperación que tengan en cuenta las necesidades, experiencias y demandas específicas de las mujeres y las niñas. La participación de las organizaciones lideradas por mujeres es un requisito fundamental en la recuperación y reconstrucción de Ucrania, no introducirse con calzador como una idea de última hora. 

Se avanza cuando las mujeres tienen un sitio en la mesa: es hora de acercarles una silla.


Daria Chekalova es directora adjunta de NGO Girls, una de las socias principales de ActionAid en la respuesta a la crisis de Ucrania. Esta organización está especializada en mujeres y niñas. Daria, máster en comunicación por la Universidad de Kiev, es responsable de la comunicación tanto interna como externa de la organización y ha asumido un papel fundamental durante esta crisis.

Jara Henar es asesora regional de incidencia humanitaria para la respuesta de ActionAid en Ucrania y países vecinos. Es licenciada en Ciencias Políticas, y cuenta con un máster en Relaciones Internacionales y otro en Derechos Humanos. Trabaja en incidencia en el ámbito de las migraciones desde 2007 y en el cruce con derechos de las mujeres desde 2012.