Es sin ninguna duda uno de los eventos claves de la agenda cultural y social de mi amada Italia. ‘La Prima’ en La Scala de Milán, el teatro operístico más importante del mundo, es más que que el estreno de la temporada lírica de la Ópera, es el encuentro de la alta sociedad italiana y un escaparate para la burguesía transalpina.

Este año la calidad artística del espectáculo ha pasado a un segundo plano. La esperpéntica identificación por parte de la policía de algunas personas del público que anoche gritaron "Viva l’ Italia antifascista" está suscitando un gran debate en Italia y ha dado una foto muy preocupante de la deriva lamentable que en algunos aspectos está teniendo mi país.

La Jefatura de la Policía de Milán ha confirmado que se identificó a dos personas de los palcos. Por la lluvia de críticas recibidas se han apresurado a aclarar en un comunicado que estas identificaciones “no han sido de ningún modo determinadas por el contenido de la frase pronunciada. Se ha realizado como actuación normal y preventiva para garantizar la seguridad de la representación. También en vista de algunas manifestaciones de protesta que se habían dado en la misma tarde”.

Explicaciones que no han convencido mucho.

Como he mencionado, los hechos ocurrieron anoche en la "Prima", la inauguración de la temporada en La Scala, que cada año el 7 de diciembre, en la fiesta del patrono de Milano, Sant’Ambogio (San Ambrosio), reúne a ‘La crème de la crème de la crème’ de Milán y de Italia. Los principales políticos del país, así como a empresarios, artistas y ‘celebrities’ italianas y extranjeras, se dieron cita en la capital de Lombardía.

A diferencia de lo que suele pasar a menudo en España, el himno nacional nunca nos ha dividido, más bien lo contrario, es un momento de unión más allá de los polémicas del momento y la ideología de cada uno

Era la primera vez que la ‘Prima’, este año con el ‘Don Carlos de Giuseppe Verdi, era dirigida por un español, Lluis Paqual, un honor y uno de los grandes hitos de los grandes directores de orquesta a nivel mundial.

Todos los años este evento comienza con la interpretación por parte de la orquesta del himno de Italia, el himno de Mameli. Un momento que todos los italianos vivimos con especial énfasis y, a diferencia de lo que suele pasar a menudo en España, el himno nacional nunca nos ha dividido, más bien lo contrario, es un momento de unión más allá de los polémicas del momento y la ideología de cada uno. Sin embargo anoche ocurrió algo inesperado, alguien desde los palcos gritó "Viva l’ Italia antifascista", a lo que después alguien replicó con un "Viva la Resistenza". La resistencia ha sido el movimiento de liberación del nazifascismo durante la II Guerra Mundial.

Hay que destacar que este año en el Palco Real, ha habido una ausencia muy importante, la del presidente de la República, Sergio Mattarella. Una ausencia importante que llevó a la organización a cambiar los protocolos de la noche colocando en primera fila a la senadora Liliana Segre, superviviente de Auschwitz de 93 años, sin duda uno de los personajes más extraordinarios de los últimos años por sus declaraciones constantes a favor de la democracia, de la libertad y críticas feroces al terrorismo. Una mujer querida por todos y amada por los medios de comunicación y los políticos de todos los colores. A su lado los organizadores colocaron al presidente del Senado, Ignazio La Russa, del partido Fratelli d’Italia, parte de la coalición de gobierno liderada por Giorgia Meloni y el vicepresidente Matteo Salvini de la Lega. Tanto la Lega como también Fratelli d’Italia son partidos de ultraderecha y sus líderes han sido a menudo bastante tibios en las críticas al fascismo.

Marco Vizzardelli, de 65 años, uno de los espectadores de la velada identificados por la policía, reconoció haber sido el orgulloso autor del grito de "Viva l’ Italia antifascista" y ha defendido que la propia Constitución italiana es claramente antifascista. Vizzarelli es periodista apasionado de opera y frecuentador de La Scala desde cuando tenía nueve años. En una entrevista ha dicho: “Ha sido un gesto istintivo, nada preparado. Aunque tengo que reconocer, como público habitual de la Scala, que desde hace días mi malestar crecía. Especialmente pensando al himno nacional tocado por un presidente del Senado que tiene el busto de Mussolini en su casa”.

¿De verdad hay que identificar alguien que grita que Italia es antifascista? El antifascismo es la misma esencia de la república italiana, identificar a quién lo grita, dónde sea, es un acto infame y antidemocrático

Como italiano, independientemente de la que sea mi ideología política, me ha parecido vergonzosa la identificación de este ciudadano. Un lamentable gesto que demuestra, por si se necesitara alguna confirmación, que el ambiente que se respira en Italia es muy pesado, casi irrespirable. ¿De verdad hay que identificar alguien que grita que Italia es antifascista? El antifascismo es la misma esencia de la república italiana, identificar a quién lo grita, dónde sea, es un acto infame y antidemocrático, un acto que pone en discusión la misma esencia de la democracia.

Por supuesto que estos hechos han sido muy criticados por parte de los partidos de centro y de izquierda y han abierto un debate importante en la sociedad italiana. Estos gestos de las fuerzas del orden son intimitadorios, cobardes, ponen a los ciudadanos frente a un lamentable espejo de falta de libertad de expresión. Lo bueno es que toda Italia lo ha visto. La ‘Prima’ fue retransmitida por la RAI en prime time y casi un millón y medio de italianos pudieron ver el ‘espectáculo’.

Desde hoy muchos italianos somos Marco Vizzardelli. No nos podemos hacernos intimidar por reconocer lo que somos: profundamente antifascistas.